El comp¨¢s y el tiral¨ªneas de Antonio Gaud¨ª
El Museo Diocesano de Barcelona expone material in¨¦dito de la cripta de la Colonia G¨¹ell y de su creador
En 1908, cuando la colonia creada por Eusebi G¨¹ell en Santa Coloma de Cervell¨® llevaba funcionando 16 a?os, el arquitecto Antoni Gaud¨ª comenz¨® a construir una de sus obras m¨¢s destacadas y desconocidas: la iglesia de la colonia G¨¹ell, que al final qued¨® s¨®lo en cripta al abandonar el proyecto en 1914 por falta de financiaci¨®n. En octubre de 2008 se cumpli¨® el centenario de la primera piedra y el Museo Diocesano de Barcelona expuso una maqueta de una tonelada de peso realizada a escala 1/25 de la obra frustrada de Gaud¨ª, fruto de 10 a?os de trabajo de la Universidad de Innsbruck.
Ahora, para cerrar el a?o de aniversario, el mismo Museo Diocesano, que cuenta entre sus fondos con m¨¢s de mil documentos relativos a la construcci¨®n de este edificio, vuelve a recordar a Gaud¨ª con la exposici¨®n El triunfo de la arquitectura moderna, compuesta por unas cien piezas, muchas de ellas nunca mostradas. Es el caso de la caja de herramientas realizada en Suiza en 1898 perteneciente al arquitecto, donde se pueden ver los compases, las escuadras, el tiral¨ªneas y el transportador de ¨¢ngulos que utiliz¨®. Tambi¨¦n se muestran la copia de los planos que realiz¨®, junto con Francesc Berenguer, para la rampa de acceso a la iglesia; las herramientas de picapedrero utilizadas para tallar la piedra; material audiovisual sobre la restauraci¨®n realizada por el especialista Pere C¨¤noves en las vidrieras empleando la misma t¨¦cnica de la tricrom¨ªa que us¨® Gaud¨ª, y algunas de las facturas, con firma incluida, que recibi¨® Gaud¨ª por la compra de materiales, entre ellos las columnas de basalto de la nave central del templo.
Seg¨²n Pere Jordi Figuerola, conservador del museo, "muchos objetos y documentaci¨®n fueron guardados por los habitantes de la colonia durante la Guerra Civil, en caso contrario habr¨ªan desaparecido". Con los a?os, estas piezas y la documentaci¨®n fueron devueltas al p¨¢rroco de la iglesia y ¨¦ste acab¨® deposit¨¢ndolas en el Museo Diocesano, que las ha conservado hasta ahora.
La exposici¨®n se acompa?a de varios estudios que aportan luz sobre la obra del genial arquitecto, como el que hace referencia a la desaparici¨®n de tres de las columnas de basalto extra¨ªdas de la cantera para la iglesia que no se construy¨® y que estaban en el exterior del templo (a¨²n hoy permanecen all¨ª varias de estas columnas cubiertas por una lona junto al material no utilizado). Seg¨²n ha podido reconstruir el investigador Manuel Medarde, en 1964 viajaron a Nueva York tras "traspasar la propiedad" la asociaci¨®n Amigos de Gaud¨ª a la Staempfli Gallery de Nueva York.
En la exposici¨®n tambi¨¦n se puede ver la factura de la cuerda que compr¨® Gaud¨ª y para trasladar la piedra "sin que la tocara nunca la mano del hombre, tal como ¨¦l quer¨ªa", asegura Figuerola.
Otros de los puntos pol¨¦micos que toca la exposici¨®n es el de los planos de la rampa de la iglesia. Seg¨²n defiende Figuerola, "los que hicieron la restauraci¨®n entre 1999 y 2002 debieron consultarlos, ya que en ellos se ve c¨®mo quer¨ªa dejar Gaud¨ª el entorno del edificio, algo que no se ha respetado". Figuerola tambi¨¦n critic¨® que con la ¨²ltima restauraci¨®n se haya perdido el circuito subterr¨¢neo que manten¨ªa el edificio libre de humedad. "Se ha tapado y ahora tiene humedades", afirma rotundo.
En la exposici¨®n, junto a fotograf¨ªas de la maqueta estereost¨¢tica creada por Gaud¨ª -hecha de tela, hilo de pescar y saquitos rellenos de perdigones, que desaparecieron tras la Guerra Civil al utilizarlos los vecinos para cazar y alimentarse-, se pueden ver recortes de prensa, candelabros de hierro e o incluso el reloj que marcaba la hora en la cripta. Y como curiosidad, una carpeta de dibujos dedicada a Gaud¨ª por Salvador Dal¨ª tras visitar la cripta en 1972. En la tapa, el ampurdan¨¦s pint¨® una G enorme que termina en una especie de zapato de tac¨®n, quiz¨¢ inspirado por el calzado de su musa Amanda Lear, que le acompa?¨® en su visita y que no dud¨® en plasmar en el libro de visitas una firma mucho m¨¢s grande que la de su mentor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.