"Algunos tienen a¨²n mucho muro dentro"
Klaus Wowereit recibe encantado, elegantemente vestido de oscuro, m¨¢s joven de aspecto de los 56 a?os que ma?ana (1 de octubre) cumple. Es m¨¢s corpulento de lo imaginado, con manos de apret¨®n efusivo a la hora del saludo y brazos que se extienden hasta el infinito cuando se repantinga en el sof¨¢ negro de su despacho en el Rotes Rathaus, un edifico de ladrillo rojo que fuera antes de la reunificaci¨®n Ayuntamiento del Berl¨ªn Este, en plena Alexanderplatz, bajo la estela de ese pirul¨ª comunista hiperfamoso que era y es la Torre de la Televisi¨®n. Todo parece inmenso e intenso por aqu¨ª, hoy, que los medios de comunicaci¨®n no paran de especular sobre los cambios previstos en la c¨²pula del SPS, el partido socialdem¨®crata, fracasado en las elecciones de hace tres d¨ªas (ha perdido 11 puntos; algo m¨¢s incluso en la capital); sobre si el alcalde de Berl¨ªn, al que llaman Wowi, ser¨¢ o no el pr¨®ximo candidato a canciller. "?se es claramente su objetivo. Pero para alcanzarlo debe superar las elecciones de 2011 en Berl¨ªn (3,5 millones de habitantes), y hasta entonces debe aprovecharse de su condici¨®n de vicepresidente en el partido", escribe el S¨¹ddeutsche Zeitung. As¨ª, pareciendo atento, pero con la cabeza en otros asuntos de altura, recibe Wowereit, educado y hecho una pura sonrisa, aunque mir¨¢ndole una y otra vez no se sabe bien si este hombre nacido en 1953, descendiente de familia de mujeres solas y poderosas (su abuela fue fundadora del SPD en Prusia oriental) y crecido con muchas dificultades econ¨®micas en esta ciudad cambiante y con muro, se r¨ªe con la boca como todos los mortales o es un efecto de sus ojos entrecerrados. Para muchos berlineses, Wowereit es el bon vivant de la noche; un amante de la comida, la bebida, los viajes y la fiesta que aparece en todas partes junto a J?rn Kubicki, m¨¦dico, 12 a?os menor que ¨¦l ("donde est¨¦ ¨¦l est¨¢ mi hogar", ha dicho), que es su pareja desde hace 16 a?os. Su declaraci¨®n sobre su condici¨®n homosexual justo en la campa?a para las elecciones de 2001 ("Soy gay? y as¨ª est¨¢ bien" se ha convertido en eslogan) dicen que le report¨® un buen pu?ado de votos, pero ¨¦l afirma que "con seguridad" tambi¨¦n se los rest¨®. Hoy el inter¨¦s por el tema ya se ha "normalizado", pero se ha vuelto m¨¢s precavido y sale bastante menos. ?Y qu¨¦ papel desempe?a su compa?ero ahora?, le preguntamos pasando r¨¢pido sobre un asunto que no le apasiona. "El papel que ¨¦l quiera", responde. "Es mi pareja? Participa en la vida p¨²blica, en la cual tambi¨¦n tiene inter¨¦s, o donde hace falta, lo decide ¨¦l".
"La pol¨ªtica es mi hobby, soy de los pocos que han poidod hacer una profesi¨®n de ¨¦l"
"En 20 a?os, Berl¨ªn ser¨¢ a¨²n m¨¢s internacional, un punto de encuentro entre Este y Oeste"
Otros dicen que es muy listo, de pensamiento r¨¢pido y lengua mordaz, ir¨®nico, meticuloso en sus cosas y en su vida. Puro animal pol¨ªtico. Disfrut¨®n. Ayer mismo, en televisi¨®n, cuando aparec¨ªa con otros pol¨ªticos del SPD reunidos, de rostros crispados y serios, para renovar cargos, para analizar y encarar los p¨¦simos resultados electorales y atajar el futuro, llamaba la atenci¨®n un Wowereit relajado, riendo todo el rato: "Es una serenidad alegre de la que me beneficio". Y dice que s¨ª, que disfruta con los retos ("en pol¨ªtica siempre se est¨¢ en crisis"), quiz¨¢ porque sigue aplicando en su vida aquello que aprendi¨® de su madre (mujer sola a cargo de cinco hijos): "Haz las cosas lo mejor que puedas, lo dem¨¢s vendr¨¢ luego". Fue el primero de la familia en estudiar bachillerato en un gimnasium, lleg¨® a la Universidad, y su ¨¦poca a lo John Kennedy y Willy Brandt, sus dos ¨ªdolos, le llev¨® de estaci¨®n en estaci¨®n hacia la gran pol¨ªtica. Luego vio caer el muro con entusiasmo, trabaj¨® con entrega en el Este y super¨® antes que otros los recelos ante los pol¨ªticos del otro lado, lo cual seguramente ha sido una de las bases s¨®lidas con las que ha podido gobernar la ciudad en coalici¨®n con los rojos del m¨¢s all¨¢ (el PDS, integrado en Die Linke junto al partido de Oskar Lafontaine). A su aura de cercano y campechano le ayuda mucho el aspecto de hombre experimentado que le da el pelo plateado, la relajaci¨®n del gesto y el esp¨ªritu. A su ciudad la llama "Mein Berl¨ªn" (mi Berl¨ªn): "Quiz¨¢ viajo tanto porque despu¨¦s voy a regresar aqu¨ª, a esta urbe de arquitectura impresionante, amplia, abierta, segura, que nunca descansa y siempre est¨¢ en proceso, con esa fuerza para superar la adversidad y recuperar la autoconfianza que andaba hace nada hecha a?icos".
El resultado electoral del 27 de septiembre ha sido una cat¨¢strofe para su partido, el SPD? Es tal como se hab¨ªa pronosticado, por una vez, excepcionalmente, los sondeos ten¨ªan raz¨®n.
Y dado que usted apunta alto en la renovaci¨®n de la c¨²pula, ?nos encontramos frente al alcalde de Berl¨ªn o ante un futuro candidato a la canciller¨ªa alemana? Ser alcalde es un puesto fabuloso, un desaf¨ªo, sobre todo porque Berl¨ªn es, adem¨¢s de ciudad, un Estado federal. El pr¨®ximo periodo legislativo empezar¨¢ a finales de 2011, y el resto ya se ver¨¢.
La capital alemana ha recibido el Premio Pr¨ªncipe de Asturias por la reunificaci¨®n de dos mundos. Tras dos d¨¦cadas, ?urban¨ªsticamente y socialmente est¨¢ todo hecho? A¨²n existen perspectivas distintas en el Este y el Oeste. Es m¨¢s evidente en momentos de elecciones o debates concretos. Por ejemplo, la discusi¨®n sobre el reciente cierre del aeropuerto de Tempelhof tuvo una carga m¨¢s emocional en el Oeste, no en vano aliment¨® a la poblaci¨®n durante el bloqueo ruso. O, al contrario, el derribo del antiguo palacio de la Rep¨²blica de la RDA? Pero lo importante es invertirlas en un nuevo ser com¨²n, en futuro. Y creo que esto se est¨¢ logrando cada vez m¨¢s, sin que se pueda asegurar que el impacto del muro en las cabezas se deshizo del todo. Algunos todav¨ªa tienen mucho muro dentro. Hasta uno nuevo, dir¨ªa yo. No es s¨®lo cuesti¨®n generacional, tambi¨¦n se puede transmitir a los m¨¢s j¨®venes.
Y desde el punto de vista arquitect¨®nico, ?Berl¨ªn ya esta acabado? No. Viendo s¨®lo dos grandes terrenos como los de los aeropuertos de Tempelhof o Tegel. El espacio liberado de Tempelhof se desarrollar¨¢, pero a largo plazo. Tegel ser¨¢ el pr¨®ximo terreno a disposici¨®n a partir de 2012, cuando se abra el nuevo aeropuerto internacional, pero tambi¨¦n tenemos otros espacios industriales en medio de la ciudad libres. Es decir, Berl¨ªn no esta acabado para nada. Es una ciudad en proceso y as¨ª permanecer¨¢.
Crece. Y crecer implica cara y cruz. Berl¨ªn tiene y vende mucho fuera una determinada imagen de para¨ªso cultural, art¨ªstico, con una subcultura y una escena alternativa consolidada. ?Si todo se encarece, se llena de turistas y pasa a ser una ciudad como otra cualquiera, todo esto desaparecer¨¢? La palabra clave, s¨ª, es gentrificaci¨®n. Los barrios cambian y tendr¨¢n un est¨¢ndar de vida distinto. Eso implica que otros no puedan pagar los alquileres, que muchos artistas no puedan mantener su estudio, s¨ª, pero esto es un proceso normal, tiene que pasar, y Berl¨ªn se debe amoldar. Ser¨¢ un proceso interesante. Aun as¨ª, existen tantas ¨¢reas libres en el centro, que eso tardar¨¢ mucho en suceder? Quiero decir que, evidentemente, trabajamos para que Berl¨ªn se desarrolle econ¨®micamente, para que se vuelva m¨¢s rico, y esto implica, digamos, cambios, pero no ser¨¢n tan radicales y r¨¢pidos como para ser un problema serio.
Visto hoy, es curioso que Alemania acabe de votar conservador y en Berl¨ªn quieran reconstruir el castillo prusiano? Vale, [se r¨ªe] s¨ª, bueno, sobre el castillo ha habido tremenda discusi¨®n. Pero en ese espacio vac¨ªo en pleno centro hay que construir un nuevo edificio, y con el antiguo volumen del castillo esto es innegable. Hay un hueco por cerrar. La idea b¨¢sica ten¨ªa dos lados. Desde el principio estaba claro que no habr¨ªa copia del antiguo castillo, como hicieron en Varsovia, por ejemplo. Ser¨ªa algo nuevo. La discusi¨®n es m¨¢s por la fachada: una hist¨®rica o una completamente nueva. Y ser¨¢ completamente nueva, pero en tres lados se pondr¨¢ la hist¨®rica. Yo estaba a favor de una nueva, pero hubo una comisi¨®n que decidi¨® y el Parlamento Federal Alem¨¢n vot¨® con gran mayor¨ªa; es un terreno federal, hay que aceptarlo. Sea como sea, lo importante es lo que habr¨¢ dentro: no se mostrar¨¢ la historia de los prusianos, sino que se crear¨¢ el Foro Humboldt.
Ahora van a celebrar a lo grande el vig¨¦simo aniversario de la ca¨ªda del muro? ?Cu¨¢les son los eventos m¨¢s destacados? Lo hemos dividido en tres partes. Primero mostramos el desarrollo hist¨®rico de lo que se llam¨® "la revoluci¨®n silenciosa", que se puede ver en una exposici¨®n en Alexanderplatz. Es la primera vez que se cuenta de manera tan amplia el desarrollo del movimiento por los derechos civiles. Esto se prolongar¨¢ hasta el a?o que viene, que se celebra el vig¨¦simo aniversario de la unificaci¨®n. En segundo lugar mostramos c¨®mo se unific¨® la ciudad, c¨®mo se realiz¨® esta unificaci¨®n? ?C¨®mo se encontraron el Este y el Oeste? ?C¨®mo cambiaron sus fisonom¨ªas? Y la tercera parte se dedica al 9 de noviembre en s¨ª, con una gran acci¨®n colectiva de fichas de domin¨® que se levantar¨¢n como piezas del muro?
Todos estos eventos hacen de Berl¨ªn la imagen del pa¨ªs, ?por qu¨¦ entonces los otros Estados federales no quieren pagar para descargar a Berl¨ªn de sus deudas millonarias? No le dieron nada cuando usted lo suplic¨® con aquel lema sobre la ciudad que se hizo famoso: "Berl¨ªn, pobre, pero 'sexy". La federaci¨®n le contest¨® que no deb¨ªa ser tan pobre cuando era 'sexy'? Cierto [se r¨ªe]. Consecuencia del federalismo: nadie quiere dar nada. Existe mucho resentimiento. Berl¨ªn del Oeste fue subvencionado con considerables recursos financieros del resto de la Rep¨²blica, m¨¢s del 50% del presupuesto se cobraba de Bonn. De ah¨ª esa hostilidad. Y en el momento en que este modelo de subvenci¨®n desapareci¨®, pasamos a participar en el sistema normal de compensaci¨®n presupuestar¨ªa interterritorial, y?no comprendieron que Berl¨ªn tiene problemas excepcionales. Es parte de nuestra historia que la relaci¨®n de los alemanes con su capital cambia continuamente, ojal¨¢ sea ya para mejor? No somos la capital de los berlineses y berlinesas, sino de todos los alemanes.
Con los 60.000 millones de euros de deuda, ?c¨®mo se levanta uno con ¨¢nimo cada d¨ªa? Me present¨¦ a las elecciones con la promesa de dominar nuestras finanzas y conservar el bienestar social. No es popular realizar una pol¨ªtica de finanzas sostenible. Pero no hubo alternativa. Tenemos muchas deudas, pero menos de lo esperado. Pronosticaron que ser¨ªan 90.000 millones y son 60.000. En 2007-2008 hab¨ªamos llegado al super¨¢vit, sin tener que contraer deudas nuevas. Era el cambio de tendencia, pero en ese momento se present¨® la crisis financiera. Espero que la coyuntura nos ayude.
Usted tiene puestas sus esperanzas en la cultura, el turismo, la ciencia? Ciencia, tecnolog¨ªa e innovaci¨®n en combinaci¨®n con industria. Hemos tenido una gran perdida de puestos industriales, pero quedan m¨¢s de un mill¨®n en este sector, siempre relacionado con la innovaci¨®n y el desarrollo y con una producci¨®n cualificada. Por eso es tan importante la conexi¨®n con centros universitarios y cient¨ªficos de innovaci¨®n y nuevas tecnolog¨ªas, como la fotovoltaica, la solar, y la medicina? hay buenas perspectivas.
Todo eso es formaci¨®n de futuro. Pero en la educaci¨®n actual sufren los berlineses grandes problemas? Usted empez¨® en pol¨ªtica dedic¨¢ndose a la educaci¨®n hace veinte a?os, parece que no ha cambiado mucho? ?ste es uno de los desaf¨ªos. Berl¨ªn no tiene un porcentaje exorbitante de extranjeros, menos del 15%, pero en general est¨¢ concentrado en barrios c¨¦ntricos del antiguo Berl¨ªn Oeste. Es muy distinto a lo que sucede en Par¨ªs con los banlieue. El primer problema es, por un lado, de cantidad, y el segundo es la mezcla social. Intentamos hacer mucho con todos los grupos implicados, pero la clave est¨¢ en la voluntad, en las familias? El gran objetivo de la pol¨ªtica socialdem¨®crata debe ser organizar posibilidades de progresos para aquellos que deseen progresar. Es decir, con quien nada quiere, poco se puede hacer. Y ¨¦sta es una de las grandes dificultades que veo hoy.
Y hay otros problemas en Berl¨ªn, aqu¨ª tengo una lista? ?Tantos?
Infraestructuras: llevan semanas sin metro de superficie (Sbahn); en agosto aqu¨ª reinaba el caos, algo ins¨®lito. ?Ya se ha acabado? Fue un desastre, porque se ahorr¨® dinero donde no se deb¨ªa, en el marco de la?reforma y privatizaci¨®n del metro. No se hizo el mantenimiento regular, no se cambiaron piezas de desgaste a tiempo y?la autoridad regulatoria retir¨® todos los veh¨ªculos? Quer¨ªan embellecer a la novia para poder decir en Bolsa que es una empresa fant¨¢stica.
Y los de la escena izquierdista radical se le han puesto a quemar coches en plan parisiense? S¨ª, otra forma de violencia. Para protestar contra la gentrificaci¨®n se queman coches de lujo o se tiran bombas f¨¦tidas en restaurantes? Esto ya lo vimos antes. Los pir¨®manos no son un grupo homog¨¦neo, tienen motivos distintos, a veces no pol¨ªticos, y eso hace la soluci¨®n dif¨ªcil. La polic¨ªa est¨¢ en ello.
Hay siempre temor por el recorte en la oferta cultural tan rica, tan reconocida? Por ejemplo, ?cu¨¢ntas operas existen en Berl¨ªn? Hay tres.
As¨ª que de momento hay tres? ?Y cu¨¢nto dinero habr¨¢ para la escena alternativa? Tambi¨¦n m¨¢s. El presupuesto para la cultura se pudo aumentar en 2010-2011, es decir, de nuevo hay m¨¢s dinero para cultura. En este terreno nunca es bastante, pero hasta donde lleguen nuestras posibilidades habr¨¢ m¨¢s.
?C¨®mo cree que ser¨¢ esta ciudad dentro de otros veinte a?os? A¨²n m¨¢s internacional, estando situada en medio de Europa ser¨¢ punto de encuentro intelectual, de artistas, de la industria creativa; gente con su domicilio temporal o permanente aqu¨ª. Punto de encuentro entre el Este y el Oeste en el sentido europeo.
A usted, hasta fuera de Berl¨ªn, la gente en la calle le aclama como a una estrella de cine. El 'Spiegel' le llama "marca Wowereit". ?Es usted mucho m¨¢s que un alcalde? Bueno, si soy Wowi, est¨¢ bien.
Mucha gente le adora, pero hay quien le critica. Le¨ª que alguien dijo que usted es "un jovial enemigo del ser humano". ?Ah s¨ª? S¨¦ qui¨¦n es. Pero no se reiter¨® en lo dicho. Soy amigo jovial de los humanos, a m¨ª me encantan los seres humanos.
Al leer su autobiograf¨ªa, y siguiendo su infancia y juventud, se ven sus progresos en el SPD, c¨®mo se fue creando usted a s¨ª mismo? ?Es muy ambicioso? Claro, si no, no hubiera logrado lo que tengo. No soy alguien que planee su carrera minuciosamente o que sepa hoy lo que har¨¢ en a?os? No. Hay gente, y podr¨ªa nombrarlos, que lo hacen de esta manera, con planes meditados. Soy una persona intuitiva, siempre digo, o hay una chance o no la hay. No es grave si algo no se produce, porque mi felicidad no depende de esto. Soy ambicioso, pero no de manera gru?ona como otros.
O sea, que usted disfruta con la pol¨ªtica? Es mi hobby. Es bonito. Soy de las pocas personas que han tenido oportunidad de hacer una profesi¨®n de su hobby. Y si no estoy en pol¨ªtica, algo saldr¨¢.
?Y ser¨¢ qu¨¦? No s¨¦, a lo mejor me convierto en moderador de televisi¨®n. Entonces ser¨¦ yo quien pregunte a los pol¨ªticos, y ser¨¢n debates duro, ja, ja.
Usted es de las personas que se crecen con los desaf¨ªos? Me encantan la excitaci¨®n y el cambio. Los tiempos de crisis me parecen emocionantes. El momento hist¨®rico de la ca¨ªda del muro, por ejemplo, y el cambio que result¨® de all¨ª, madre m¨ªa, fue algo incre¨ªblemente motivador para m¨ª. Era b¨¢rbaro poder hacer construir, levantar algo nuevo con todo aquello. Soy una persona que trabaja de manera continua, no picoteando aqu¨ª y all¨¢? Pero tambi¨¦n me encanta si pasa algo extraordinario.
Su carrera pol¨ªtica siempre subi¨® de escal¨®n tras una derrota. Le ha sucedido varias veces. Incluso para llegar a ser alcalde. Y parece que ahora? Todav¨ªa no se sabe si lo que se aproxima ser¨¢ un paso hacia arriba o hacia abajo. No se sabe.
Parece m¨¢s bien hacia arriba, ?no? No lo s¨¦. Hay situaciones que pueden parecer pasos hacia abajo cuando uno va para arriba. Y al contrario. Estoy dispuesto a aportar mi ayuda porque nos encontramos en una situaci¨®n verdaderamente dif¨ªcil para la socialdemocracia, no s¨®lo en Alemania. Debemos unir todas las fuerzas, y yo ofrezco mi aportaci¨®n, independientemente de mi funci¨®n en el partido, para un comienzo nuevo.
?Es el SPD un partido anciano, burocratizado, cerrado, que ha pedido el contacto con la calle? No creas, ha habido muchos equipos j¨®venes en la batalla electoral. Y despu¨¦s de la derrota, el lunes siguiente, s¨®lo en Berl¨ªn se afiliaron cien personas de golpe. Por solidaridad. Esto en estos momentos es extremamente raro. Cuando yo entr¨¦ en el partido en el 72 hab¨ªa todo un movimiento detr¨¢s, la consecuencia del 68, la consecuencia del voto de censura a Willy Brandt, era una situaci¨®n extremadamente emocional en la que se afili¨® mucha gente joven. Desde entonces no he vivido una cosa igual. Esto har¨ªa falta ahora. Pero es dif¨ªcil, porque los j¨®venes se frenan ante la pol¨ªtica, prefieren otras actividades, otras formas de compromiso. C¨®mo lograr ser atractivo para ellos es muy dif¨ªcil. Y adem¨¢s tenemos que ver que nuestra clientela cl¨¢sica cambi¨®, ya no son s¨®lo los obreros; es tambi¨¦n gente creativa, metropolitana, innovadora. Un desaf¨ªo.
La abstenci¨®n ha sido muy alta en estas elecciones. S¨ª, y especialmente en Berl¨ªn, pero a lo mejor es una se?al positiva, quisieron darnos un escarmiento.
?Los socialdem¨®cratas van a colaborar m¨¢s ahora con el partido Die Linke, es decir, van a ser m¨¢s 'rot-rot', m¨¢s rojos? Verdaderamente, nosotros aqu¨ª en Berl¨ªn rompimos un tab¨² al gobernar con el PDS (los comunistas del Este). Podr¨ªa haber salido mal, pero funcion¨®. Quiero calificar a Die Linke seg¨²n la posibilidad de hacer pol¨ªtica gubernamental, de su capacidad para gobernar en cuestiones sociales y de pol¨ªtica exterior. Si no es capaz, no se hace nada, no hay obligaci¨®n.
Ahora me gustar¨ªa hacerle ese 'test' pol¨ªtico personal que usted dice debe superar todo pol¨ªtico. Primero: ?por qui¨¦n se siente bien representado en el exterior? Frank-Walter Steinmeier. ?l nos represent¨® muy bien fuera.
?A qui¨¦n le comprar¨ªa usted un coche usado? A m¨ª, claro.
?A ning¨²n pol¨ªtico de otro partido, a Angela Merkel? Para nada. A Merkel no le compro nada.
En su libro dice que tiene buena relaci¨®n con ella, aunque, lamentablemente, no est¨¢ en su red de mensajes por el m¨®vil? La se?ora Merkel no hace nada m¨¢s que mandar mensajes con su m¨®vil todo el tiempo, es horrible.
Ha cambiado usted mucho desde aquellos tiempos en que era pobr¨ªsimo en su barrio, Lichterande? ?Es m¨¢s 'yuppy', m¨¢s c¨®modo?? Soy Wowi y me gusta.
?Qu¨¦ pas¨® con la casa familiar donde vivi¨® usted hasta que falleci¨® su madre? Se vendi¨®. No era f¨¢cil emocionalmente, pero si decido hacer algo, lo hago y no lo lamento, sino que empiezo algo nuevo.
Algo nuevo? ?quiere usted ser canciller de Alemania? ?sta es una pregunta peligrosa, y por eso la respondo como siempre: soy alcalde regente de Berl¨ªn y no estoy buscando trabajo. P
Hijo entregado
Klaus Wowereit, de 56 a?os. Naci¨® en un barrio obrero de Berl¨ªn y es el menor de cinco hermanos. Entr¨® en el SPD en 1972 bajo los efectos de Mayo del 68 y entusiasmado con la figura de su modelo, Willy Brandt. Creci¨® en la pol¨ªtica comunal, dedic¨¢ndose especialmente a los asuntos educativos. Es regidor de la capital alemana desde 2001. Hertha, su madre, le marc¨®, la adoraba y la cuid¨® hasta su muerte; a ella le ha dedicado su autobiograf¨ªa ...Y as¨ª est¨¢ bien (editorial Heyne). Wowereit ama las dificultades porque las tuvo todas. Sabe discutir, engatusar y pelear porque era el peque?o en casa. Y asegura que ama las fiestas tambi¨¦n por influencia materna. Sin un duro eran capaces de vestirse todos de punta en blanco y recibir con orgullo ofreciendo lo poco que ten¨ªan."En 20 a?os, Berl¨ªn ser¨¢ a¨²n m¨¢s internacional, un punto de encuentro entre Este y Oeste""La pol¨ªtica es mi 'hobby', soy de los pocos que han podido hacer una profesi¨®n de ¨¦l"
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