El calendario de los 50 millones
Los tenistas sufren temporadas de 11 meses, pero reciben miles de euros hasta por perder
"Estoy orgulloso del boicoteo. Wimbledon hab¨ªa decidido apoyar a la federaci¨®n internacional y la posici¨®n de ¨¦sta era que ella controlaba a los jugadores...". Hubo un tiempo en el que el tenis abraz¨® el sindicalismo. D¨ªas en los que la Asociaci¨®n de Tenistas Profesionales (ATP) fue una aut¨¦ntica uni¨®n de trabajadores. Los jugadores decidieron ir a la huelga y provocaron un terremoto: en 1973, Jan Kodes gan¨® Wimbledon porque 79 de los mejores tenistas del mundo pactaron no jugar el torneo impulsados por Jack Kramer, que se declar¨® "orgulloso" de la revuelta, convocada para protestar por la exclusi¨®n de Niki Pilic, sancionado por no jugar la Copa Davis. Hoy, 40 a?os despu¨¦s de aquella queja que invirti¨® la relaci¨®n de poderes en el tenis -los jugadores ya como centro del producto, millonarios premios, derrotas en primera ronda pagadas a m¨¢s de 10.000 euros, la raqueta como deporte global-, hay quien se ha atrevido a pronunciar esa palabra de nuevo: huelga. Protesta contra los rigores del calendario, que en 2009 se extiende del 1 de enero al 6 de diciembre. Fue Andy Roddick, el n¨²mero seis, uno de los nueve tenistas que se retir¨® lesionado del Masters 1000 de Shanghai, en el que ayer Rafael Nadal perdi¨® (6-7 (3) y 3-6) la final contra Nikolay Davydenko.
Tras jugar sobre tierra, hierba y cemento, el 'n¨²mero 100' ingres¨® 170.000 euros
"Es rid¨ªculo estar en un deporte profesional que no ofrece el tiempo leg¨ªtimo para descansar, entrenarse y curarse de las lesiones", se quej¨® el estadounidense; "hablamos del calendario desde siempre y ahora nos abofetean con torneos obligatorios. Una huelga... No. Hay que pensar en los seguidores".
Los 30 mejores tenistas deben disputar obligatoriamente y como m¨ªnimo los cuatro torneos del Grand Slam, ocho de los Masters 1.000 (todos menos el de Montecarlo, que es opcional) y cuatro torneos 500 (uno despu¨¦s del Abierto de Estados Unidos, para que acudan a los de Asia) si quieren evitarse sanciones y completar su ranking. Su ausencia injustificada les penaliza con un cero de obligatoria suma en la clasificaci¨®n. Y si se produce en un torneo de categor¨ªa 1.000 acarrea la prohibici¨®n de jugar en otro similar, justo en el que haya tenido m¨¢s ¨¦xito durante el curso precedente (as¨ª pierden el mayor n¨²mero de puntos posibles). La suspensi¨®n se evita si el tenista viaja a la ciudad del torneo que no disputa y se presta a actividades promocionales durante dos d¨ªas. Es lo que dice el libro de reglas de la ATP, m¨¢s de 270 p¨¢ginas de cl¨¢usulas que los tenistas deben conocer al dedillo. As¨ª, la ¨¦lite sabe que est¨¢ obligada a ceder dos horas semanales a la prensa. Es el Stars Program: si los diez mejores no cumplen, multa de 20.000 d¨®lares (m¨¢s de 13.000 euros). Sus sudores, sin embargo, tambi¨¦n est¨¢n bien recompensados.
Si los 12 mejores hacen frente a todos sus compromisos, se reparten un bonus de seis millones de d¨®lares (unos cuatro millones de euros) cada fin de a?o (dos para el n¨²mero uno; uno para el n¨²mero dos...). Roger Federer, el m¨¢s exitoso del curso, con dos t¨ªtulos grandes, ha ingresado m¨¢s de cuatro millones en 2009 y m¨¢s de 33 en su carrera. Feliciano L¨®pez, que se ha impuesto en 13 partidos y ha perdido 20, suma casi 222.000. Y Rajeev Ram, el n¨²mero 100, m¨¢s de 170.000 disputando torneos de segunda. Nadal, con un grande conquistado y tres Masters 1000, ha acumulado casi 3,5 millones. "Jugar tantos partidos al a?o es duro", avisa ¨¦l, que acabar¨¢ con m¨¢s de 70 pese a ser baja en Wimbledon y Queen's por lesi¨®n. El espa?ol s¨®lo ha disputado un torneo no obligatorio, el de Doha, y una ronda de la Davis. "Pones el cuerpo al l¨ªmite".
Los mejores, siempre en las rondas finales, van al l¨ªmite. Por eso Federer, Nadal y Djokovic negocian a trav¨¦s del Consejo de Jugadores una improbable, por ahora, reorganizaci¨®n del calendario. El sistema, sin embargo, da dinero a todos. En 2009 se van a repartir m¨¢s de 80 millones de d¨®lares en premios (53,7 millones de euros), un 33% m¨¢s que en 2006. Perder en la primera ronda de Roland Garros significa 15.000 euros. Ganar el torneo, m¨¢s de un mill¨®n. Lo mismo pasa en trofeos de menor categor¨ªa: ceder en el primer partido de Shanghai, donde s¨®lo juegan los mejores, le dio, por ejemplo, m¨¢s de 7.300 euros a Garc¨ªa L¨®pez, uno de los derrotados. Davydenko, el vencedor, se llev¨® m¨¢s de 414.000.
Los jugadores est¨¢n sometidos a las obligaciones del reglamento y, en ocasiones, a la coincidencia de intereses entre sus agentes y los torneos: las grandes firmas de representantes son tambi¨¦n propietarias de muchas de las citas del calendario, a las que acuden sus representados. "Hay un peque?o conflicto de intereses", ironizaba esta semana Roddick.
Los contratos privados de los tenistas tambi¨¦n recompensan largamente sus esfuerzos: los hay con torneos no obligatorios, que se aseguran as¨ª la presencia de las estrellas, y los hay con las marcas deportivas, que pagan bonus por la posici¨®n del ranking ocupada al final de cada curso (entre los cinco mejores, los diez, los veinte...), ya que eso tambi¨¦n significa mayor tiempo de exposici¨®n en televisi¨®n. La clasificaci¨®n para el Torneo de Maestros, que concentra a los ocho mejores en Londres (del 22 al 29 de noviembre), lo resume todo: a final de un temporada extenuante, con viajes por cuatro continentes y constantes cambios de superficie (cemento, tierra y hierba, castigo para el cuerpo), ocho jugadores se reparten 3,3 millones de euros y cifras astron¨®micas por partido ganado.
Hay una cosa clara: el negocio va bien. Los cuerpos de los tenistas, vistas las nueve retiradas de Shanghai, adonde no acudieron Federer ni Andy Murray, fatigado y lesionado, no tanto.
Davydenko gana a Nadal
Nada m¨¢s perder la final del torneo de Shanghai, ante Nikolay Davydenko por 6-7 (3) y 3-6, Rafael Nadal, que hab¨ªa jugado bien, pero no excelente; que hab¨ªa dado un paso m¨¢s en su recuperaci¨®n para la alta competici¨®n tras una lesi¨®n abdominal, pero sin encontrarse a¨²n consigo mismo, lo defini¨® todo en una frase sincera: "Necesito terminar el a?o manteniendo este nivel de crucero e intentando atacar un pel¨ªn m¨¢s. Necesito partidos como ¨¦ste para decidirme a hacerlo".
Eso, decisi¨®n y agresividad, es lo que le falt¨® a Nadal para llevarse un partido en el que Davydenko siempre mand¨®. El n¨²mero dos se mueve con agilidad. Ha recuperado el empuje del rev¨¦s. Saca dignamente, ya instalado con frecuencia por encima del 70% de primeros. Vuelve a tener la frescura mental para recuperar marcadores en desventaja como el del primer set (de 2-4 y 15-40 pas¨® a 5-4 y bola de set). Le falta, ¨¦se es el problema, recobrar un metro de pista, dar un paso hacia adelante y buscar la red como argumento, las herramientas que le elevaron al n¨²mero uno.
No fue agresivo y en la pausa encontr¨® la derrota. El diagn¨®stico ya est¨¢ interiorizado. "Es positivo porque ha sido el primer partido desde la lesi¨®n jugando contra uno de los mejores en el que he competido de t¨² a t¨². Es la vez que mentalmente he estado mejor", dijo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.