Escuelas de idiomas en pie de guerra

Espa?a es el tercer pa¨ªs de la UE, por detr¨¢s de Hungr¨ªa y Portugal, con mayor porcentaje de adultos (un 46,6%) que no saben hablar ninguna lengua extranjera, seg¨²n los datos reci¨¦n publicados por Eurostat, la oficina estad¨ªstica comunitaria. Y sin embargo el inter¨¦s por aprender crece a?o a a?o. Casi 390.000 alumnos se matricularon el curso pasado en las 300 escuelas oficiales de idiomas espa?olas (EOI), un 23% m¨¢s que hace una d¨¦cada.

Las escuelas de idiomas son la opci¨®n p¨²blica, de calidad y m¨¢s asequible -un curso entero cuesta alrededor de 100 euros-, para aprender idiomas y obtener un certificado en Espa?a. El problema es que el t¨ªtulo que ahora se va a obtener en estos centros ya no equivale al m¨¢ximo nivel de competencia reconocido oficialmente, tras la reforma que llev¨® a cabo el Ministerio de Educaci¨®n para adaptar las ense?anzas a un esquema com¨²n en toda Europa y que entr¨® en vigor hace dos cursos.

Ahora, con cinco o seis a?os de estudio se alcanza s¨®lo un grado medio

Si antes, con cinco cursos, un alumno consegu¨ªa el certificado de aptitud, la competencia m¨¢s alta posible, ahora con cinco o seis a?os (depende de cada comunidad) s¨®lo se alcanza un nivel intermedio alto. "La ense?anza se ha devaluado", denuncia Marta Torres, presidenta de la Asociaci¨®n de Alumnos de Madrid. Profesores y alumnos recogieron firmas y organizaron protestas el a?o pasado y amenazan con volver a hacerlo ¨¦ste si el ministerio no regula los niveles superiores.

La reforma de Educaci¨®n (real decreto 1629/2006) pretend¨ªa adecuar la ense?anza de las EOI al Marco Com¨²n Europeo de Referencia para las lenguas (MCER). Este marco establece seis niveles de competencia: A1 y A2 (b¨¢sico), B1 y B2 (intermedio) y C1 y C2 (avanzado). El problema es que las EOI s¨®lo pueden impartir hasta el B2. Es decir, hasta un nivel intermedio alto. El real decreto no desarrolla el curr¨ªculo de los niveles C, as¨ª que los alumnos que quieren conseguir la m¨¢xima certificaci¨®n tienen que recurrir a instituciones privadas o universidades, que cobran varios centenares de euros por curso.

"Antes nuestra certificaci¨®n de aptitud [cinco a?os] equival¨ªa a un nivel C1. Ahora un B2 deja a los alumnos a mitad de camino y no les sirve para nada. No ven reconocido su esfuerzo y no pueden solicitar determinadas becas", opina Caridad Baena, presidenta de la Asociaci¨®n de profesores de EOI de Madrid (Apeoim). La falta de legislaci¨®n del ministerio ha provocado un desajuste entre comunidades. El real decreto deja la puerta abierta a que cada una imparta los niveles C, pero no las obliga.

Como resultado, la gran mayor¨ªa (Navarra ha empezado a impartir C1 este a?o, pero sin tener la normativa aprobada) ni los imparten ni los certifican. Adem¨¢s, la falta de regulaci¨®n estatal ha propiciado un agravio entre territorios. En casi todas las comunidades, como Madrid o Valencia, hacen falta seis a?os para llegar al B2; en Catalu?a, Andaluc¨ªa y Navarra, cinco.

Ministerio y comunidades se pasan la pelota. Educaci¨®n asegura que las consejer¨ªas pueden impartir niveles C si quieren. Las consejer¨ªas dicen que no lo hacen porque esperan a que el ministerio establezca los curr¨ªculos. En agosto del a?o pasado el ministerio hizo p¨²blico un borrador de real decreto con el que iba a regular la impartici¨®n de niveles C en las EOI. "No se ha vuelto a saber nada de ¨¦l", asegura Mar¨ªa ?ngeles Due?as, presidenta de la Asociaci¨®n de directores de EOI de Madrid. Seg¨²n un portavoz de Educaci¨®n, no ser¨¢ un real decreto, sino una orden ministerial la que regular¨¢ los niveles C. Est¨¢ "muy avanzada", afirma, y ayudar¨¢ a las comunidades a "clarificar el marco normativo, pero sin darle car¨¢cter obligatorio".

"Somos un servicio p¨²blico, que posibilita a todo el mundo aprender idiomas, y tenemos capacidad y experiencia, pero nos han dejado de lado", dice Baena. Profesores, directores y alumnos tienen claro que s¨®lo con una normativa com¨²n las escuelas oficiales, que cumplen 100 a?os en 2011, podr¨¢n seguir manteniendo su prestigio y su utilidad.