El inicio temprano en el cannabis desemboca en fracaso escolar
La droga afecta a ¨¢reas del cerebro relacionadas con la memoria y la concentraci¨®n
La relaci¨®n entre cannabis y fracaso escolar est¨¢ cada vez m¨¢s clara. Esta droga afecta a dos ¨¢reas del cerebro (hipocampo y am¨ªgdala) que est¨¢n relacionadas con la memoria, la concentraci¨®n y la capacidad de relacionar conceptos. De ah¨ª que la tasa de quienes han repetido dos cursos o m¨¢s sea casi el doble entre quienes fuman esta sustancia habitualmente (el 36%) que entre quienes no lo han hecho nunca (el 20%).
Este dato y su explicaci¨®n son una de las novedades de la gu¨ªa Cannabis II, presentada ayer por la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmela Moya. Con esto no se cierra el ciclo ni se resuelve al 100% la pregunta de qu¨¦ fue antes, si el consumo de drogas o ser un alumno conflictivo, pero apunta a una base biol¨®gica que permite afirmar que en algunos casos el estupefaciente precede al fracaso.
40.000 menores son "consumidores problem¨¢ticos" de hach¨ªs o marihuana
El caso extremo de esta relaci¨®n se da en los hijos de mujeres que tomaron cannabis durante el embarazo o en la lactancia. Tambi¨¦n en ellos se ha observado que hay una disminuci¨®n de capacidades como la memoria o la de planificar tareas, dijo Amparo S¨¢nchez, del Comit¨¦ Cl¨ªnico del Plan Nacional sobre Drogas.
La insistencia en el efecto del cannabis en los m¨¢s j¨®venes est¨¢ justificada por los datos. A pesar del descenso en el consumo registrado desde 2004, uno de cada cinco menores entre 14 y 18 a?os toma cannabis habitualmente, y un 2,2% (unos 40.000 chicos y chicas) son ya "consumidores problem¨¢ticos" de esta sustancia, seg¨²n S¨¢nchez. Es decir, ya han presentado problemas por intoxicaci¨®n aguda (ataques de ansiedad, psicosis) o m¨¢s a largo plazo, como el citado fracaso escolar. S¨¢nchez indic¨® que estudios internacionales han demostrado que s¨®lo un 2% de las personas que se inician j¨®venes (la edad del comienzo del consumo est¨¢ en Espa?a en los 14,6 a?os) consiguen un t¨ªtulo universitario, mientras que la proporci¨®n entre los que no han tomado nunca la sustancia es del 38%.
Ante estas cifras, uno de los objetivos de esta comisi¨®n es desmontar el t¨®pico de la inocuidad del cannabis, sobre todo, entre lo m¨¢s j¨®venes. Pero aqu¨ª los datos son contradictorios. Si bien ha aumentado la proporci¨®n de quienes saben que consumirlo habitualmente es malo (lo dice el 88,3%), son m¨¢s quienes creen que fumar una cajetilla de tabaco al d¨ªa es peor (lo opina el 88,8%). En 2004 los porcentajes eran del 83,7% y del 80,3% respectivamente.
S¨®lo hay m¨¢s proporci¨®n de consumidores de drogas entre los repetidores en los casos de las sustancias legales (tabaco y alcohol), que son las que m¨¢s se combinan con el cannabis. Este aspecto del policonsumo fue destacado por Moya, quien destac¨® el efecto de "puerta de entrada" del cannabis hacia otras sustancias ilegales. Aunque lo matiz¨®: lo normal es que quien consume otras drogas, como coca¨ªna o hero¨ªna, haya empezado por el porro, aunque eso no quiere decir que todos los que fuman hach¨ªs o marihuana acaben pas¨¢ndose a otras sustancias. La causa de esta relaci¨®n, aparte de la gen¨¦tica que predispone a una adicci¨®n, est¨¢ en que todas se obtienen en el mercado ilegal, por lo que al buscar una se entra en contacto con las otras.
Uso terap¨¦utico
La gu¨ªa Cannabis II tambi¨¦n recoge -eso s¨ª, al final y en cuatro de sus m¨¢s de 80 p¨¢ginas- los "posibles usos terap¨¦uticos de los cannabinoides". Aclara que se trata de un empleo de algunos de los compuestos de la planta, y que es s¨®lo en casos en que los otros medicamentos "no dan la respuesta adecuada y no existe otro tratamiento efectivo".
El primero de estos usos (el m¨¢s demostrado y el que ha abierto la puerta a despenalizaciones como la reciente en Estados Unidos) es el de combatir las n¨¢useas y v¨®mitos debidos a algunos tratamientos anticancerosos (quimioterapia).
Tambi¨¦n se aconsejan a veces para abrir el apetito en personas con caquexia (delgadez extrema), sobre todo asociada al sida y al c¨¢ncer terminal. Otra indicaci¨®n es combatir dolores que no tienen otro tratamiento.
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