Perspectivas econ¨®micas
Pese a los d¨¦ficit y el endeudamiento, los Gobiernos no deben relajar todav¨ªa sus esfuerzos para restablecer la salud del sector financiero y el apoyo a la demanda global con pol¨ªticas de expansi¨®n macroecon¨®mica
En el ¨²ltimo mes, se han publicado informes del FMI y de la OCDE que coinciden en que la situaci¨®n econ¨®mica mundial ha mejorado sustancialmente, con China en recuperaci¨®n, Estados Unidos a punto de tocar fondo y los dos principales pa¨ªses de la Eurozona -Alemania y Francia- mostrando ya tasas intertrimestrales positivas de crecimiento. Ambas instituciones coinciden en que el rebote incipiente de las econom¨ªas se est¨¢ produciendo relativamente pronto y en que ello es debido a las fuertes medidas de est¨ªmulo presupuestario de muchos Gobiernos, as¨ª como a las bajadas dr¨¢sticas de tipos de inter¨¦s y a las inyecciones de liquidez de los bancos centrales. Estas actuaciones han salvado a la econom¨ªa mundial de un escenario a¨²n m¨¢s sombr¨ªo.
Las previsiones para Espa?a no pintan tan mal como interpretan ciertos analistas y aficionados
Abaratar el despido no es una panacea para crear empleo en medio de una crisis
Pero las fuerzas que impulsan el rebote actual son de naturaleza transitoria y disminuir¨¢n en el curso de 2010. Es demasiado pronto para que los Gobiernos relajen sus esfuerzos para restablecer la salud del sector financiero y el apoyo a la demanda global con pol¨ªticas de expansi¨®n macro-econ¨®mica. A pesar de los amplios d¨¦ficit y de una deuda creciente en muchos pa¨ªses, los est¨ªmulos presupuestarios deben ser sostenidos, hasta que la recuperaci¨®n tenga una base s¨®lida.
Las recomendaciones ante las perspectivas de una recuperaci¨®n -probablemente, lenta y d¨¦bil- no pueden ser m¨¢s claras y llenas de l¨®gica econ¨®mica. En el caso de la econom¨ªa espa?ola, las dificultades son mayores por la dimensi¨®n de las ca¨ªdas del sector de la construcci¨®n y del empleo. A pesar de ello, las previsiones del FMI para Espa?a -una ca¨ªda interanual del PIB del 3,8% para 2009 y otra del 0,7% para 2010- no pintan tan mal como las interpretaciones de ciertos analistas y aficionados, pues la cifra para 2009 es inferior a la media de la UEM y a las de pa¨ªses como Alemania, Italia y Reino Unido. Adem¨¢s, pronosticar una ca¨ªda de unas d¨¦cimas negativas para 2010, entre -0,75% y -0,3%, puede tornarse en ligeramente positiva con igual probabilidad, ya que el margen de error cuando las cifras son de d¨¦cimas en torno a cero puede ser del 200%, como ha sido la diferencia entre las previsiones de julio y de octubre del FMI para Alemania en 2010. Por otra parte, en las previsiones para 2012, Francia habr¨¢ superado el alto nivel de PIB del a?o 2008 con un 102%, y Alemania y Espa?a recuperar¨¢n un 98% de aqu¨¦l, por delante de Italia e Irlanda. En 2014, seg¨²n el Fondo, Espa?a estar¨¢ creciendo al mismo ritmo que Estados Unidos, por encima de Alemania e Italia.
Entre los dilemas de pol¨ªtica econ¨®mica que se presentan ahora a los Gobiernos, el espa?ol ha optado por unos Presupuestos del Estado que frenan renglones de gasto y se dirigen a contener el ritmo de crecimiento del d¨¦ficit, con subidas tributarias que tendr¨¢n impacto a mediados de 2010. Es una opci¨®n respetable, por ser una decisi¨®n valiente por impopular, que ha recibido el apoyo del Banco de Espa?a.
Mi opini¨®n personal est¨¢ del lado de las recomendaciones del FMI y de la OCDE, que he rese?ado antes. La prioridad es sostener los est¨ªmulos expansivos de la pol¨ªtica monetaria y presupuestaria, para reforzar el ritmo de recuperaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola. Reforzar la expansi¨®n es la receta mejor, tanto para contribuir a que se reabsorba el d¨¦ficit como para combatir el desempleo. Es un lugar com¨²n, desde la teor¨ªa keynesiana, que las econom¨ªas no son, ni funcionan, como los hogares, ni siquiera como las empresas. Un mayor gasto p¨²blico, bien elegido, estimula el crecimiento y puede reducir el d¨¦ficit, en vez de agrandarlo. Por eso pa¨ªses como EE UU (con un d¨¦ficit previsto del 13,5%) y Reino Unido (con otro del 14,5%), a pesar de tener endeudamientos del 87% y del 75% -mucho mayores que Espa?a- no est¨¢n paralizados por la "histeria del d¨¦ficit", como escribe Brittan, en el Financial Times.
Un suplemento de ingresos del orden de 6.400 millones de euros, como prev¨¦ recaudar el Gobierno con la subida de impuestos, podr¨ªa financiarse con emisi¨®n de deuda p¨²blica sin grandes problemas. Si son aproximadamente acertadas las previsiones del FMI, los tipos de inter¨¦s permanecer¨¢n bajos hasta, al menos, el a?o 2012, y Espa?a terminar¨¢ este a?o con una deuda bruta del orden del 53% del PIB, frente a una media del 78% de los mayores pa¨ªses europeos.
La subida de impuestos en coyuntura de recuperaci¨®n incipiente ser¨¢ -a mi juicio- contraproducente si s¨®lo sirve para reducir el d¨¦ficit, y tanto m¨¢s cuanto que afecta a las familias de rentas medias y bajas, que tienen mayor propensi¨®n al consumo. Pero si se destina a sostener los est¨ªmulos a la demanda global y al empleo, podr¨ªa ser adecuada, ya que el multiplicador del gasto p¨²blico tiene m¨¢s efecto que el contractivo de un alza tributaria.
Las recomendaciones de la llamada "escuela de la oferta" son importantes para el crecimiento a largo plazo, pero son err¨®neas para afrontar una crisis econ¨®mica, salvo que coincidan con las recomendaciones de estirpe keynesiana (como, por ejemplo, una bajada de impuestos).
La recomendaci¨®n de abaratar el despido "para crear empleo" yerra en el timing y en el objetivo. Primero, desconoce la imposibilidad para un Gobierno de plantear esa reforma mientras cada mes caen en el paro decenas de miles de trabajadores. Los sindicatos lo tomar¨ªan como una provocaci¨®n y reaccionar¨ªan ¨¢speramente. Pero, despu¨¦s, es que el abaratar el despido no es una panacea para crear empleo en medio de una crisis, seg¨²n lo presenta un manido eslogan.
El muy serio problema de las ampl¨ªsimas fluctuaciones del empleo en nuestro pa¨ªs, con fenomenales creaciones de puestos de trabajo en periodos de auge, seguidas de ca¨ªdas de la ocupaci¨®n y aumentos del paro, tambi¨¦n extraordinarios, no se debe a que haya m¨¢s d¨ªas por a?o en las indemnizaciones por despido que en otros pa¨ªses. Lo demuestra, adem¨¢s de un an¨¢lisis de causa y efecto, el caso de Irlanda, que con una flexibilidad total en los contratos laborales ha tenido una experiencia semejante a la espa?ola: tras crecer el empleo, entre 1994 y 2007, a la tasa media del 4,2% anual, ha sufrido una ca¨ªda de ¨¦ste del 9,2%, en el conjunto de 2008-2009, del mismo orden que la espa?ola (-7,5%).
Las excesivas fluctuaciones del empleo tienen causas mucho m¨¢s profundas que el coste del despido, en las estructuras de la demanda agregada y del sistema productivo espa?ol (o irland¨¦s). El factor fundamental es el gran peso de la inversi¨®n en construcci¨®n en Espa?a y el consiguiente en la generaci¨®n del valor a?adido y en el empleo. En 2007 la inversi¨®n en construcci¨®n en Espa?a y en Irlanda era del 15,7% del PIB en la primera y del 15,6% en la segunda, frente al 9% en EE UU, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. La inversi¨®n es la componente m¨¢s vol¨¢til del PIB en todos los pa¨ªses, pero en Espa?a tiene mayor peso y mayores fluctuaciones, y determina mucho m¨¢s que en otros pa¨ªses grandes oscilaciones del empleo.
Cuando se reduzca, como es de esperar, el excesivo peso de la construcci¨®n -que adem¨¢s exige inevitablemente plantillas en gran parte temporales-, disminuir¨¢n sustancialmente los enormes vaivenes del empleo que hemos experimentado en los noventa del siglo XX y en la crisis actual.
Con las lecciones que sacar¨¢n los Gobiernos y los bancos centrales del trance actual, mantendr¨¢n -cuando pase la depresi¨®n- los tipos de inter¨¦s en niveles suficientemente altos para no engendrar burbujas inmobiliarias, al tiempo que los otros bancos aumentar¨¢n la prudencia en la concesi¨®n de cr¨¦ditos. La construcci¨®n seguir¨¢ siendo importante en Espa?a, aunque se reduzca a la mitad (unos cuatro puntos y medio del PIB) la residencial, y la inversi¨®n total seguir¨¢ siendo -en porcentaje del PIB- bastante superior a la media en la Eurozona. Ese cambio en el patr¨®n de crecimiento ayudar¨¢ a reducir el d¨¦ficit de la balanza de pagos, la deuda externa y la temporalidad de los contratos.
Lo m¨¢s dif¨ªcil de ese cambio ser¨¢ expandir el sector de los servicios para mantener un crecimiento suficiente del PIB y del empleo. Ello exige, en el medio y largo plazo, una fuerte inversi¨®n en todos los tramos de educaci¨®n y modificar los contratos laborales para contribuir tambi¨¦n a la reducci¨®n de la excesiva temporalidad actual, que da?a la formaci¨®n profesional de los trabajadores, la productividad y la innovaci¨®n en las empresas. ?se es un fin alcanzable con s¨®lo dos tipos de contratos -uno indefinido y otro por tiempo determinado- y no la cantilena de "abaratar el despido para crear empleo".
La tarea no es nada f¨¢cil, pero es necesaria si queremos prolongar el extraordinario ¨¦xito de una econom¨ªa que ha multiplicado por ocho su PIB per c¨¢pita desde 1950, y que ha convergido ya mucho con las de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados de Europa.
Miguel Boyer Salvador es ex ministro de Econom¨ªa y Hacienda.
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