"La prensa es el pariente pobre del progreso marroqu¨ª"
Cuando Samira Sita?l accedi¨® al cargo de directora de informativos de 2M, la televisi¨®n m¨¢s vista de Marruecos, "los hombres de pelo blanco", cuenta, sacaron las u?as. Era 2002, y a¨²n no se sab¨ªa hasta d¨®nde llegar¨ªan las reformas que el rey Mohamed VI impulsaba desde su ascenso al trono, tres a?os antes. Ten¨ªa 37 a?os. "Es el cargo m¨¢s importante en los medios marroqu¨ªes, y esos hombres no cre¨ªan que se pudiese dar a una mujer m¨¢s joven que ellos", dice.
Esa influencia la recuerdan la ministra de Familia o algunas empresarias marroqu¨ªes, que acuden a saludarla mientras desayunamos. Todas han llegado a Barcelona invitadas por la fundaci¨®n Tanja a una reuni¨®n con mujeres catalanas. Y aunque Sita?l traza una l¨ªnea entre el Sur y el Norte, y ubica a su pa¨ªs en el Sur, pasar¨ªan por un grupo de ejecutivas francesas.
Es la directora de informativos de la televisi¨®n marroqu¨ª de m¨¢s audiencia
Estas profesionales de los medios, los negocios y la pol¨ªtica encarnan la cara positiva de la modernizaci¨®n marroqu¨ª. Pero, como periodista en un medio p¨²blico, Sita?l est¨¢ a salvo de la mayor sombra de unas reformas que han decepcionado a muchos: las dificultades de la prensa.
"Es el pariente pobre de las reformas", dice, mezclando espa?ol y franc¨¦s, mientras toma un cortado y picotea unos quesos. Ya ha comido en su habitaci¨®n, mientras segu¨ªa las noticias. As¨ª que se planta en el buf¨¦ del hotel despierta y empapada de la actualidad espa?ola. Y opina: "Algunas palabras muy duras de Aznar no se han olvidado en Marruecos". Sita?l demuestra que conoce Espa?a y no le sorprenden unos castizos churros que ve poco frescos.
Musulmana, prescinde tambi¨¦n de los embutidos mientras insiste en el tema m¨¢s espinoso. "No se puede encarcelar a periodistas" y las multas que se imponen a algunos medios en Marruecos "son desproporcionadas", cree. Pero evita romper muchas lanzas a favor del director de Al Michaal, que al d¨ªa siguiente del encuentro fue encarcelado por especular sobre la salud del rey. O del periodista inhabilitado Al¨ª Lmrabet. "Su condena nos oblig¨® a solidarizarnos con ¨¦l. Y me molesta, porque no aplica la deontolog¨ªa period¨ªstica", dice, y reclama, adem¨¢s de una reforma legal, mecanismos de autorregulaci¨®n de los periodistas.
Lo que s¨ª se ha reformado ya en Marruecos es la muwadana, el c¨®digo de familia. "M¨¢s all¨¢ del cambio jur¨ªdico, es una revoluci¨®n cultural que tardar¨¢" en imponerse, opina Sita?l. As¨ª que trata de poner su granito de arena en 2M con informaciones sobre ni?as explotadas o casadas. "Quiz¨¢ porque soy mujer, mi inter¨¦s por estos temas es mayor", concede.
Ser¨ªa tentador explicar c¨®mo lo cuenta mezclando elegancia y espontaneidad. Pero Sita?l lamenta esa atenci¨®n sobre su apariencia. "Los hombres de pelo blanco no pod¨ªan decir que les molestaba por ser mujer. As¨ª que criticaban mi vestido o mi ¨¢rabe". No habla el cl¨¢sico porque esta hija de emigrantes creci¨® en Francia. Tras 23 a?os en Marruecos, los mayores problemas por su g¨¦nero llegaron con el ascenso. "Muchos amigos me daban consejos, me infantilizaban. Hasta que me plant¨¦", dice. Y concluye: "Algunos amigos de ayer son enemigos de hoy, y otros, enemigos ayer, son hoy amigos".
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