Un barrio sube al escenario
Vecinos de Arganzuela analizan y retratan c¨®mo ha sido la evoluci¨®n del distrito en una obra de teatro
"Buscamos vecinos de Arganzuela que sean raperos, amas de casa o parejas que bailen chotis". Con este anuncio comenz¨® hace un a?o Corte Arganzuela, un proyecto de teatro documental que a trav¨¦s de im¨¢genes, historias y vivencias realiza un retrato de la evoluci¨®n del distrito de Arganzuela. Ahora se representa en la nave Intermedae del Matadero. Los actores, los vecinos. El gui¨®n, sus propias vidas.
"Nac¨ª en la estaci¨®n de Atocha en mayo de 1945. Mi madre llegaba a Madrid para hacer extraperlo, vender m¨¢s caros productos que estaban racionados, por si la gente joven no conoce la palabra", relata Pilar en escena. Su vida junto con la de su compa?ero de baile Agust¨ªn; la del rapero Elvis y su hermano Luis Alfredo; la de la enfermera jubilada Teresa y la de Javi que trabaja en un CEPI (centro hispano ecuatoriano), traza el camino vital del distrito n¨²mero 2 de Madrid y de los cambios que sus calles han experimentado. Suena a teatro social o pol¨ªtico pero lo que intenta es mostrar la realidad de una manera diferente, "la denuncia, la pol¨ªtica y el retrato social aparecen ah¨ª por s¨ª mismos", explica Cecilia P¨¦rez Pradal, directora de la compa?¨ªa Puctum e ide¨®loga del proyecto.
La obra se inspira en una t¨¦cnica ideada por el autor Bertol Brecht
Las pruebas de selecci¨®n comenzaron en septiembre de 2008
Todo empez¨® con el cierre y la reconversi¨®n del matadero municipal que inspir¨® a P¨¦rez Pradal a trabajar con los vecinos y a reflexionar sobre la importancia del espacio. En septiembre de 2008 comenzaron las pruebas de selecci¨®n a lo que sigui¨® un taller de teatro documental. Dos meses despu¨¦s se estren¨® en la f¨¢brica de Mahou una primera versi¨®n de la obra y en febrero se convocaron reuniones para valorar las opiniones de los vecinos. "Fue como un brainstorming [tormenta de ideas] en el que fuimos grabando a los vecinos, sus inquietudes, sus problemas y sus experiencias", explica la directora.
Aunque en escena s¨®lo aparecen seis personajes, m¨¢s de 50 han participado en los documentales que se proyectan antes y durante la representaci¨®n que pasa del rap con acento dominicano a los tonos castizos de un chotis. Multiculturalidad en escena, reflejo de la diversidad del distrito y de la evoluci¨®n del mismo.
Un Scalextrix simboliza la M-30; el sistema de circulaci¨®n humano sirve de met¨¢fora de las venas contaminadas y de las arterias verdes del barrio mientras que el sonido de afilar de los cuchillos y las diapositivas del matadero retrotrae al espectador a la ¨¦poca en la que los matarifes trabajaban en las naves. "En ocasiones se ten¨ªa que despiezar una pieza por minuto", recrea Agust¨ªn desde el escenario la historia del Matadero, lugar donde hoy a las 20.00 se representa gratis la obra. Ninguno de los actores es profesional lo que aportaba un reto al proyecto no por abordar los papeles, se interpretan a s¨ª mismos, sino por conseguir implicarles en la obra. "Al principio me sent¨ªa algo raro porque contaba algo de mi vida, una parte muy ¨ªntima de m¨ª mismo. Pero luego conectas con el p¨²blico y te olvidas", explica Javi de 19 a?os que se vino con 7 a Madrid y que en escena muestra cartas personales, fotos o aclara su conversi¨®n de "rapero chungo en un emo [tribu urbana] moderno".
Aunque la obra tiene una gran carga pol¨ªtica, no es teatro ¨¦pico. Aunque juega con un lenguaje vanguardista, tampoco es experimental. El proyecto se define como teatro documental, una t¨¦cnica que se inspira en el teatro pol¨ªtico y en la obra del alem¨¢n Bertol Brecht, su m¨¢ximo exponente. En esta obra la denuncia social ocurre como parte de la vivencia no como intenci¨®n y aunque se habla de la ampliaci¨®n de zonas verdes, de los problemas de contaminaci¨®n o de los impuestos de basura, "la intenci¨®n no es provocar", asegura Cecilia P¨¦rez Pradal . "Es una lectura muy interesante del teatro documental porque normalmente retrata grandes conflictos y no temas tan cercanos como los problemas de un barrio", explica Tojo de Paz, estudiante de direcci¨®n teatral, mientras recoge aut¨®grafos de los vecinos.
Para calmar los ¨¢nimos pol¨ªticos, el final de la obra es de verbena. Luces, juegos, chotis y sangr¨ªa para todos incluida. "Me parece que retrata una imagen ideal del barrio y de la sociedad. Me gusta pensar que puede ocurrir y he de reconocer que me ha emocionado", resume Marisa V¨ªctor su experiencia. Baile y bebida en un final alegre con la sensaci¨®n de haber visto algo divertido, original y diferente.
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