Aguirre lanza un gui?o a Rato pero mantiene el pulso por Caja Madrid

La estrategia de Mariano Rajoy, que ha apostado a ¨²ltima hora por Rodrigo Rato para presidir Caja Madrid, despu¨¦s de meses de silencio sobre el asunto, ha llevado a Esperanza Aguirre a una posici¨®n muy delicada. Se encuentra entre dos frentes: Ignacio Gonz¨¢lez, su mano derecha, y Rodrigo Rato, una persona con la que est¨¢ muy unida. Ella quiere salir de esa encrucijada, seg¨²n su entorno, y por eso ayer lanz¨® un gui?o a Rato, que apunta hacia un posible encuentro con ¨¦l.

"Parece que me parece mal Rato. Me parece espl¨¦ndidamente bien. Y estoy muy dispuesta a proponerle, si ¨¦l quiere, como uno de los consejeros generales de Caja Madrid", sentenci¨®. Eso no quiere decir, seg¨²n su entorno, que ella haya aceptado a¨²n a Rato como presidente y descartado as¨ª a Gonz¨¢lez, sobre todo porque este ¨²ltimo ha trenzado ya un pacto con PSM, IU, sindicatos y empresarios, que no est¨¢ claro que aceptaran al ex vicepresidente econ¨®mico del PP.

El l¨ªder llam¨® a la presidenta y se desvincul¨® de la entrevista de Cobo

Durante la tarde corri¨® la idea de que Rato podr¨ªa ser presidente y Gonz¨¢lez dirigir la corporaci¨®n industrial, algo descartado por todos los sectores y especialmente por G¨¦nova, que se?al¨® extraoficialmente que no aceptar¨¢ ning¨²n acuerdo que incluya a la mano derecha de Aguirre, un dirigente con el que Rajoy tiene una clara enemistad personal.

Sin embargo, Aguirre, pese a este acercamiento con el ex director del FMI, mantiene con fuerza el pulso con Rajoy. Tanto que ayer, despu¨¦s de varias llamadas con Dolores de Cospedal, la secretaria general y mediadora en el conflicto -fue consejera de Aguirre y es amiga de Gonz¨¢lez-, la presidenta dej¨® muy claro, y en tono duro, que ella no piensa negociar nada con una direcci¨®n que a¨²n no ha desautorizado a un dirigente que, en su opini¨®n, la ha injuriado gravemente, como Manuel Cobo, la mano derecha de Alberto Ruiz-Gallard¨®n.

La direcci¨®n nacional, hasta ahora firme en su pulso con Aguirre, empez¨® ayer a bajar mucho el tono. Cospedal intent¨® negociar una soluci¨®n para Caja Madrid a cambio de buscar una medida disciplinaria contra Cobo que pudiera contentar a los aguirristas.

Pero el pacto fue imposible. Aguirre est¨¢ tan molesta con la entrevista de Cobo en EL PA?S que exige resolver este asunto antes de ponerse hablar del otro, el m¨¢s importante, esto es: la batalla de poder por el control de Caja Madrid. "No habr¨¢ interlocuci¨®n con la direcci¨®n hasta que se pronuncien sobre Cobo", insist¨ªan los dirigentes aguirristas.

Rajoy sigue en silencio, e incluso mantiene la ficci¨®n de que no tiene candidato para la caja, pero est¨¢ detr¨¢s de todo y el lunes habl¨® por tel¨¦fono con Aguirre. Ella le pidi¨® explicaciones por la entrevista de Cobo, que los aguirristas creen instigada por Gallard¨®n y autorizada por el propio Rajoy, amigo del vicealcalde de Madrid. El l¨ªder del PP se desvincul¨® en privado de la entrevista, pero ha evitado decir nada p¨²blicamente. Los aguirristas est¨¢n muy molestos porque Gallard¨®n, miembro de la c¨²pula del PP, despu¨¦s de reunirse con Rajoy en maitines, sali¨® en p¨²blico en defensa cerrada de su mano derecha. Y de todos los dirigentes, s¨®lo la presidenta del PP catal¨¢n, Alicia S¨¢nchez Camacho, sali¨® en apoyo de Aguirre.

La tensi¨®n no baja ni un minuto, en medio del estupor de la mayor¨ªa de los dirigentes, que en todos los corrillos comentan el impacto que les produce lo que algunos definen como un "proceso de autodestrucci¨®n" del PP y otros como la guerra definitiva entre Rajoy y Aguirre.

Mientras la presidenta presionaba para que Rajoy le entregue la cabeza de Cobo, los suyos se movieron y juntaron firmas de alcaldes aguirristas exigiendo medidas. La iniciativa sent¨® fatal en G¨¦nova, que hizo llegar un mensaje: el Comit¨¦ de Garant¨ªas, que debe estudiar el expediente de Cobo, ya est¨¢ trabajando -un gesto de acercamiento a Aguirre- pero a la vez expres¨® su "malestar por las presiones internas y externas", en clara referencia a la recogida de firmas de los alcaldes.