Ryuichi Sakamoto, contra el aburrimiento
El m¨²sico japon¨¦s, experimentador incansable durante d¨¦cadas, juega en sus ¨²ltimos dos discos, Playing the piano y Out of noise, con los l¨ªmites de los sonidos, con la armon¨ªa y con el ruido. "Me interesa colaborar con otros m¨²sicos. Me gusta la diferencia", asegura
De adolescente Ryuichi Sakamoto (Nakano, Tokio, 1952) tomaba el tren cada ma?ana para ir al instituto. Durante el trayecto, se distra¨ªa discerniendo todos y cada uno de los sonidos que pod¨ªan escucharse en el vag¨®n. Carraspeos de pasajeros, la vibraci¨®n de las ventanas, el traqueteo en las v¨ªas. Cada d¨ªa, escuchaba algo nuevo. Esta forma de matar el aburrimiento (la bestia negra de Sakamoto) es la semilla de Out of Noise, uno de sus dos ¨¢lbumes que en Espa?a se publicar¨¢n conjuntamente a principios de noviembre.
Out of Noise cuestiona la l¨ªnea divisoria entre la m¨²sica y el ruido y explora el hinterland donde se desvanecen los sonidos hasta que se funden en el ruido ambiente. Su b¨²squeda le llev¨® hasta Groenlandia, donde form¨® parte del proyecto Cape Farewell para la respuesta cultural al cambio clim¨¢tico. Sakamoto qued¨® embrujado con algunos de los sonidos del ?rtico: "El m¨¢s memorable fue el del interior de glaciar derriti¨¦ndose. Es el sonido m¨¢s puro que jam¨¢s haya escuchado". El tema env¨ªa un mensaje ecol¨®gico sin que prime el fondo sobre la forma: "Son sonidos interesantes y a su vez hermosos. No los inclu¨ª esperando que el oyente reconozca su procedencia".
"Desde ni?o, el piano ha sido mi instrumento. El piano es parte de mi vida, parte de m¨ª, y todav¨ªa lo adoro"
"A veces puedo sonar m¨¢s cl¨¢sico, otras no. Mi objetivo es deshacerme de los muros entre los g¨¦neros. Nunca pienso en ellos"
Se puede decir que Sakamoto ha participado en varios de los grandes acontecimientos culturales en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Arranc¨® el electro pop con la formaci¨®n Yellow Magic Orchestra. Compuso la m¨²sica para la ceremonia de inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona. Sus bandas sonoras han ganado un Oscar, dos Globos de Oro y un Grammy. Y ha trabajado con Bernardo Bertolucci, William Burroughs, David Bowie, Pedro Almod¨®var o Iggy Pop.
Una abrumadora trayectoria que Sakamoto ha levantado sin fanfarrias. De la misma manera, hace su entrada en la sala privada de un hotel londinense. Bien parecido, viste de dise?o y con exquisita simplicidad. Antes de sentarse, se deshace de varias capas de ropa. Se quita una chaqueta, un su¨¦ter y un pa?uelo. Todos grises, a juego con su pelo entreverado de canas. Mientras conversa en un ingl¨¦s sincopado juega con los objetos que encuentra con la mesa. De cuando en cuando hace pausas en momentos inusitados. Como si tambi¨¦n hiciera m¨²sica hablando.
Si Out of Noise llev¨® a Sakamoto a paisajes remotos, su ¨¢lbum Playing the piano, su otro disco, es un giro hacia rincones m¨¢s ¨ªntimos. El m¨²sico reinterpreta al piano las piezas m¨¢s conocidas de su repertorio: Feliz Navidad, Mr. Lawrence, El ¨²ltimo emperador, El cielo protector o Thousand Knives. El m¨²sico explica las razones de un disco de autoversiones: "No es una idea que me haya venido de nuevas. Es la manera en la que toco mis canciones en directo. Adem¨¢s, la mayor parte de esta m¨²sica fue originalmente escrita para el piano. Desde ni?o ha sido mi instrumento. El piano es parte de mi vida, parte de m¨ª, y todav¨ªa lo adoro".
El estilo convencional de Playing the piano puede sugerir una reconfortante vuelta al clasicismo, tras a?os de experimentaci¨®n. Sakamoto rechaza la idea: "A veces puedo sonar m¨¢s cl¨¢sico, otras no. Mi objetivo es deshacerme de los muros entre los g¨¦neros. Nunca pienso en ellos".
De hecho, hay pocos g¨¦neros -ya sea jazz, pop, electr¨®nica o m¨²sicas del mundo- que el artista no haya tocado: "Tengo muchos intereses. ?sa es la raz¨®n por la que he probado estilos musicales tan diferentes. Me aburro muy r¨¢pido. ?sa es mi naturaleza", reconoce. "Si algo me interesa, me lanzo velozmente de lleno y con la misma rapidez me canso. Me rijo por lo que es nuevo para m¨ª, no para los dem¨¢s". Actualmente le entusiasma la m¨²sica barroca, que escucha sin descanso: "Parezco un cr¨ªo, hay tantos artistas, tantos pa¨ªses y a?os. Hay que recordar que Bach es solamente el fin del barroco".
No hay nada en el mundo que potencialmente no le interese. Menos las canciones. Una curiosa aversi¨®n para un m¨²sico nacido en el siglo XX e inmerso en la era en la que los reproductores de mp3 hacen tan f¨¢cil desmembrar discos. "A lo que me refiero es que para m¨ª, m¨²sica y letra son dos elementos totalmente diferentes. Pienso que la m¨²sica est¨¢ dise?ada por sonidos en primer lugar. En Yellow Magic Orchestra casi no introduc¨ªamos significado en las letras. Eran pr¨¢cticamente una se?al".
Con Yellow Magic Orchestra fue uno de los precursores del uso de sintetizadores y las t¨¦cnicas de grabaci¨®n digitales. Tomaban elementos de la tradici¨®n y la desafiaban, yuxtaponiendo temas sobre videojuegos y fuegos artificiales. En Jap¨®n eran tan grandes como los Beatles. En el resto del mundo quitaron la venda a los que ve¨ªan la m¨²sica japonesa como un ex¨®tico jard¨ªn oriental. Todav¨ªa hoy, j¨®venes artistas homenajean sus logros con sampleados y remezclas de ¨¦xitos de la banda. Sin embargo, Sakamoto no se conforma con ser el padrino de y quiere participar de lleno en la nueva revoluci¨®n tecnol¨®gica: "Se han unido dos factores muy poderosos, el ordenador personal e Internet. A principios de los a?os ochenta ten¨ªamos que agujerear setecientas tarjetas para programar la melod¨ªa m¨¢s simple. Hoy se puede hacer cualquier cosa con un port¨¢til. La Red sirve para escuchar, ver, recibir. Las posibilidades son ilimitadas".
Un ejemplo de estas posibilidades es su proyecto Chain Music (m¨²sica encadenada). En su p¨¢gina, Sakamoto ha solicitado a varios artistas que participen en una suerte de cad¨¢ver exquisito digital, en el que cada m¨²sico une un fragmento de m¨²sica al anterior. La iniciativa quiere recordar a las v¨ªctimas de la guerra de Irak y permanecer¨¢ en activo hasta que llegue la paz.
Sakamoto tiene un o¨ªdo en Debussy -su eterna inspiraci¨®n- y otro en los nuevos grupos que descubre en MySpace. Es miembro de redes sociales y con frecuencia sube fotos a Flikr, v¨ªdeos de sus ensayos en YouTube y actualiza su Twitter. "Ella odia todo eso", dice el m¨²sico mirando a su atractiva representante y actual pareja que teclea en su port¨¢til en una esquina de la habitaci¨®n. "A veces yo tambi¨¦n lo encuentro excesivo", admite. "En ocasiones hay que detener el flujo de informaci¨®n para que no interfiera en el trabajo. Pero para m¨ª es otra novedad. Quiz¨¢ me aburra pronto".
Pese a todo, no encuentra obst¨¢culos para concentrarse y crear: "Me da la impresi¨®n de que vagueo bastante. Pero trabajo muy r¨¢pido, m¨¢s que cualquier artista que conozco. Puede llegar a ser intimidante".
?No se ha sentido intimidado por otros artistas? "No, nunca", contesta con una naturalidad exenta de alarde. "Pero me interesa colaborar con otros m¨²sicos. Ver sus estilos, sus velocidades. Me gusta la diferencia".
No hace falta que lo diga. Ha estudiado la m¨²sica africana, indonesia, la bossa nova y el dub jamaicano, entre otros. Sin caer en el pastiche ni en el t¨®pico. Para evitar el acercamiento superficial a otras m¨²sicas, Sakamoto conf¨ªa en el toque personal: "Las colaboraciones surgen si conecto con determinados artistas. No quiero irrumpir en culturas milenarias ni saquearlas. Intento respetarlas e introducirme mediante amistades".
Cuando se le propuso participar en la ceremonia de apertura de los Juegos de Barcelona de 1992, componiendo una pieza sobre la civilizaci¨®n mediterr¨¢nea, actu¨® con similar prudencia. "En un principio lo rechac¨¦ porque no me atraen los eventos deportivos. Adem¨¢s, como japon¨¦s, no sab¨ªa nada sobre la cultura mediterr¨¢nea. Le pregunt¨¦ al productor si estaba seguro de que yo era la persona adecuada. Despu¨¦s viaj¨¦ a Barcelona: me enamor¨¦ de la ciudad, de la idea y la gente de mentalidad tan abierta. Me encontr¨¦ como en casa. Si la candidatura de Madrid alg¨²n d¨ªa es aceptada, tambi¨¦n me gustar¨ªa participar en sus juegos".
En 2006, el artista fund¨® la compa?¨ªa discogr¨¢fica independiente commmons, para la que han fichado a nuevas bandas y grupos veteranos como la formaci¨®n estadounidense de pos rock Tortoise. Sakamoto ha hablado francamente sobre su postura liberal con respecto a los derechos de autor. Algo que en principio no se muestra muy compatible con su rol de jefe de una discogr¨¢fica. Sakamoto r¨ªe como si le hubieran cazado en plena travesura: "Estamos abiertos a cualquier concepto de copyright. La idea es que el artista debe tener a su disposici¨®n varios niveles de protecci¨®n. Puede ser muy estricta o totalmente gratis. Algunos de mis trabajos pueden ser copiados o remezclados libremente, pero no ser vendidos. El artista debe decidir".
Como m¨²sico de ¨¦xito, es plenamente consciente del dilema al que se enfrentan los j¨®venes artistas, que deben elegir entre darse a conocer ofreciendo m¨²sica gratis o cobrar para ganarse la vida. "No tengo la soluci¨®n, pero me preocupa el futuro de la m¨²sica. Si no se puede ganar dinero en esta industria perderemos gran cantidad de talento. Cuando los m¨²sicos son todav¨ªa j¨®venes pueden colgar su m¨²sica sin cobrar por ella. El problema es cuando tienen que mantener una familia". Siempre pueden sacarse un dinerito trabajando para gigantes multinacionales, como Sakamoto, que ha hecho m¨²sica para anuncios, creado tonos de m¨®vil para Nokia o detalles para programas de Microsoft que finalmente no fueron utilizados: "No lo hice por dinero", protesta. "En cada caso es diferente, pero cuando Nokia se puso en contacto conmigo, hace cuatro o cinco a?os, los tonos era algo nuevo y emocionante, por eso acept¨¦".
Adem¨¢s del futuro de la m¨²sica, a Sakamoto le quita el sue?o el porvenir del planeta. Su paternidad le hizo tomar una postura activa en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. En su actual gira mundial, la primera en diez a?os, intenta compensar las emisiones de CO2 para alcanzar el estatus de "carbono cero". Y su ni?a bonita es la fundaci¨®n moreTrees, dedicada a repoblar bosques para equilibrar las emisiones de carbono en la atm¨®sfera.
Sakamoto es un hombre que mira al futuro. Eso no quiere decir que a veces no se deje querer por la nostalgia. Tras quince a?os separados, los tres miembros de Yellow Magic Orchestra han vuelto a juntarse. Su primer encuentro fue por casualidad, en el S¨®nar de Barcelona de 2004, donde hablaron de posibles colaboraciones. El a?o pasado actuaron en Londres, Gij¨®n y Tokio. Ahora preparan nuevo disco. "Despu¨¦s de tantos a?os, juntarse es extra?o y agradable. Nuestros egos fueron la causa de nuestra separaci¨®n y ya los dejamos atr¨¢s". Sakamoto reflexiona un instante, buscando la frase adecuada para terminar la entrevista: "Un menor ego es lo ¨²nico bueno de hacerse mayor".
Ryuichi Sakamoto presenta Playing the piano / Out of Noise editado por Universal, el 11 de noviembre en Madrid (Teatro Circo Price); el 13 en Santiago de Compostela (Auditorio); el 15 en Girona (Auditorio); el 17 en San Sebasti¨¢n (Kursaal); el 19 en Cartagena (Nuevo Teatro Circo) y el 20 en Ja¨¦n (Nuevo Teatro Infanta Leonor). www.sitesakamoto.com/.
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