Ferrol, recuerdos de ACB
La llama del viejo OAR se mantiene en el Ferrol Club Baloncesto, un nuevo club nacido de sus cenizas y en una ciudad que todav¨ªa respira b¨¢squet
Noventa kil¨®metros y 15 a?os separan a Ferrol de la ACB, categor¨ªa en la que un d¨ªa fue faro del baloncesto gallego y hoy es tan s¨®lo un recuerdo. Desde 1980 hasta 1994 el OAR s¨®lo falt¨® un a?o a su cita con los mejores. Luego cay¨®, se qued¨® sin sost¨¦n econ¨®mico y no pudo avalar un presupuesto ni hacer frente a la deuda que ten¨ªa sobre todo con Hacienda y la Seguridad Social. Deriv¨® en el Club Baloncesto Galicia, lleg¨® a competir en la segunda categor¨ªa, pero nunca m¨¢s volvi¨® a recibir a los grandes en A Malata. Hoy trata de levantarse tras una fusi¨®n con el San Rosendo, otra de las referencias de la ciudad en el trabajo con la base. Es el Ferrol Club Baloncesto, que compite en uno de los seis grupos de la EBA, la cuarta categor¨ªa del baloncesto espa?ol, contra el Chantada, el Establecimientos Otero de Cambados o el Xiria de Carballo. Pero mantiene la llama en una ciudad que respira baloncesto. "Es un deporte que sigue teniendo tir¨®n entre los ni?os en gran medida por el efecto que tuvo entre los padres que vivieron la buena ¨¦poca", explica Miguel Loureiro, director deportivo del Ferrol y capit¨¢n del viejo OAR.
"Lo ten¨ªamos todo y no nos d¨¢bamos cuenta", explica Manolito Aller
El equipo de Baz¨¢n pudo competir en primera pero el astillero lo impidi¨®
Loureiro encarna gran parte de la esencia de aquel equipo de leyenda. Era un alero al que no le sobraba ni talento ni f¨ªsico, pero que supo explotar sus cualidades para jugar m¨¢s de una d¨¦cada contra Epi, Villacampa, Iturriaga, Sibilio o cualquier americano que cruzara As P¨ªas para mostrar su repertorio. Era el Le¨®n de Canido. A Juan Fern¨¢ndez, presidente y hacedor del equipo, sus compa?eros de Baz¨¢n le llamaban El Tigre, as¨ª que parece claro que, con esa fauna al frente de las operaciones, en el OAR no iban de pardillos.
"?ramos muy humildes, pero tremendamente exigentes porque si no, ten¨ªamos claro que en Primera nos tomar¨ªan de co?a", aclara Loureiro. "El OAR era una forma de vida, un club para arraigarte, no una estaci¨®n de paso", sentencia Manuel Aller, que empez¨® siendo Manolito, el junior, y acab¨® vistiendo de rojo en 19 ocasiones. Berciano de nacimiento, lleva m¨¢s de media vida en Ferrol desde donde colabora con la Federaci¨®n Espa?ola en la detecci¨®n de nuevos talentos. Tanto ¨¦l como Loureiro salen en todas las fotos de plantillas que jalonan el museo del club, un viaje al pasado en los bajos de A Malata, un espacio al que Loureiro, que tiene su despacho a 10 metros, acude cada poco tiempo a renovar el esp¨ªritu. "Tenemos poco tiempo para el recuerdo porque nos sobra ilusi¨®n en esta nueva andadura, pero de vez en cuando me gusta entrar aqu¨ª", reconoce.
Trofeos que empiezan a cultivar ¨®xido, camisetas, chandals, un magn¨ªfico archivo gr¨¢fico... Cada imagen remite a una historia diferente. En casi todas est¨¢ Juan Fern¨¢ndez. "Era un club presidencialista", apunta Loureiro. "Hab¨ªa mucha gente detr¨¢s, pero Juan ten¨ªa una personalidad arrolladora y fue el art¨ªfice de la filosof¨ªa del club", detalla Aller.
Concejal y l¨ªder de Independientes por Ferrol, Fern¨¢ndez presidi¨® el OAR desde 1960 a 1994, los ¨²ltimos a?os compagin¨® esa labor con el de conselleiro de Industria a las ¨®rdenes de Manuel Fraga, "un amigo", dice. "Seguramente no le favoreci¨® al club que yo entrara en pol¨ªtica", asume. Hubo desencuentros que no fomentaron las ayudas institucionales, pero quiz¨¢s ya no es tiempo de buscar culpables y s¨ª de reconstrucci¨®n. Los plazos pueden apurarse. Este verano la Federaci¨®n Espa?ola de Baloncesto ofert¨® varias plazas en la LEB oro, la antesala de la ACB. Vigo y Ourense aceptaron, pero Ferrol y A Coru?a rehusaron. "Necesitamos primero una buena estructura", diagnostica Loureiro, que coordina unas escuelas que acogen a 200 ni?os.
"Hay un hilo conductor que no nace en el OAR", aclara. El viejo equipo de Baz¨¢n, en el que jug¨® Fern¨¢ndez, fue precursor. Pudo llegar a la m¨¢xima categor¨ªa, pero la empresa lo impidi¨®. Ya entonces iban contracorriente. "En Ferrol siempre hemos estado en crisis", concuerdan Aller y Loureiro. Pero durante unos a?os tocaron el cielo.
"Lo ten¨ªamos y no nos d¨¢bamos cuenta de lo que era, Juan nos llevaba a pueblos de 2.000 habitantes a inaugurar polideportivos y no lo entend¨ªamos, pero esa gente sigue recordando al OAR, sembramos afici¨®n de una manera brutal y fuimos cantera de jugadores y entrenadores. Parece que no es nada hasta que lo dejas de tener", reflexionan. Miran hacia el Xacobeo Blusens de Santiago y transmiten aliento. "Estamos con ellos para que den el impulso que necesita el baloncesto en Galicia".
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