Cris¨¢lida en una cabina
Dicen que la vida cabe en un cuaderno, pero la del se?or L¨®pez V¨¢zquez, hecha de celuloide y genialidad, ocupa vast¨ªsimas extensiones de nuestro imaginario y es pura historia interminable del cine espa?ol, de lo que somos. Convivimos con ¨¦l de pensi¨®n en un pisito; nos hizo sentir una gran familia y algo m¨¢s; tramamos juntos atracos a las tres y nos invit¨® a pasear pl¨¢cidamente con sor Citro?n, en un cochecito por las calles del Madrid de los cincuenta; hasta nos llev¨® de farra por aquel cortijo con suecas, desarrollismo y tardofranquismo de alcanfor, que hoy nos parece mentira.
Encontramos tambi¨¦n con ¨¦l millones de talento en la basura; bebimos juntos el peppermint frapp¨¦ de un pa¨ªs partido en dos; nos llev¨® a bosques de hombres lobo donde crece la superstici¨®n y habita la Espa?a negra y profunda; nos present¨® a queridas se?oritas nacidas de los rincones m¨¢s ocultos de su talento bueno para todo. Su vida tuvo lugar tambi¨¦n en una colmena de abejas gigantes e irrepetibles, llena de premios Nobel y bohemios, de c¨®micos sin fecha de caducidad ni camposanto capaz de albergar tanto talento, de monstruos hermosos que habitar¨¢n nuestros sue?os.
Hay quien dice que el se?or L¨®pez V¨¢zquez fue una cris¨¢lida encerrada en una cabina de la que brotaron mariposas que nos poblaron el coraz¨®n, y nos fueron construyendo hasta hacernos como somos. Hoy, cuando parece que el tiempo haya pisado un bache y, de pronto, nos damos cuenta de que nos falta alguien, nos preguntamos: "Y Jos¨¦ Luis, ?d¨®nde est¨¢? Nos ha enga?ado tantas veces haci¨¦ndonos creer que era otro, que ahora puede que s¨®lo est¨¦ interpretando, de nuevo de forma genial, su ausencia". Su aparente ausencia, porque de L¨®pez V¨¢zquez siempre hablaremos en presente. Siempre ser¨¢ patrimonio nacional, o ser¨¢ todos nosotros encerrados en un cine de sesi¨®n continua, sin querer salir jam¨¢s, so?ando la vida, permiti¨¦ndonos sobrevivir.
Si me permite una confesi¨®n p¨²blica, se?or L¨®pez V¨¢zquez, le dir¨¦ que desde que supe de usted, quise ser calvo y tener bigote, y anhel¨¦ bailar de forma triste con Mari Carrillo en un bar en blanco y negro (me falta el bigote y saber bailar, tambi¨¦n Mari Carrillo...).
Hoy, en nuestro traqueteo de c¨®micos de la legua, todos somos L¨®pez V¨¢zquez trashumando por una Espa?a de mil caras, de se?ores de negro con coraz¨®n de espejo, capaces de reflejar lo mejor y lo peor de lo que somos.
Y usted ser¨¢ siempre la tragedia y la comedia unidas, mezcladas; porque igual que cada d¨ªa ambas nacen juntas y a veces resulta imposible distinguirlas, en su rostro siempre vimos la verdad del hombre que es capaz de hacer re¨ªr mientras bebe una vida que no acaba de saberle bien.
Pepe Viyuela encarna en la obra El pisito el papel que hizo famoso a L¨®pez V¨¢zquez en el cine.
Babelia
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