'Ca¨ªn' se convierte en un segundo 'Ensayo sobre la ceguera'
Jos¨¦ Saramago busca provocar "desasosiego" con su nueva novela
Su El Evangelio seg¨²n Jesucristo levant¨® ampollas en la sociedad conservadora de su pa¨ªs, hasta el punto de que el Gobierno portugu¨¦s consider¨® oportuno impedirle a Jos¨¦ Saramago que concurriera con esa novela a un concurso europeo. Fue a principios de 1990, y el escritor que luego (en 1998) gan¨® el Nobel de Literatura se fue de Portugal a Lanzarote entristecido por la agresi¨®n sufrida. Ahora Saramago ha escrito Ca¨ªn y, de nuevo, Dios la que se ha armado otra vez en Portugal.
La Iglesia ha sido algo m¨¢s discreta que la pol¨ªtica; un pol¨ªtico conservador portugu¨¦s (de nombre Mario David, del Partido Socialdem¨®crata) pidi¨® en el Parlamento Europeo que el autor de Ca¨ªn fuera despose¨ªdo de la nacionalidad portuguesa. Y gente de la Iglesia, cont¨® Saramago ayer en la presentaci¨®n del libro en la Casa de Am¨¦rica, conden¨® la novela al tiempo que ¨¦sta aparec¨ªa. "?Y c¨®mo sab¨ªan que era condenable?".
"En Portugal se vende al lado de la Biblia. ?Qu¨¦ mont¨®n bajar¨¢ primero?"
Ahora Saramago ya no se entristece, ni cambia de pa¨ªs, ni se enrabieta; al contrario, a sus 86 a?os (cumple 87 este 16 de noviembre), parece haber sacado fuerzas de esa reacci¨®n que su nueva novela ha alcanzado en su pa¨ªs y ayer, junto a su mujer, Pilar del R¨ªo, la traductora del libro al espa?ol, dijo lo que siempre fue una divisa de su trabajo: "Yo no escribo para agradar ni para desagradar: yo escribo para desasosegar". Y vaya que s¨ª ha desasosegado. Como dijo su editora espa?ola, Pilar Reyes, de Alfaguara, Saramago se ha sentido con fuerzas para discutir (otra vez) con la Biblia. Y ha conseguido algo ins¨®lito en el mundo de la librer¨ªa, al menos de las librer¨ªas portuguesas: "Ahora me dicen que Ca¨ªn se vende al lado de la Biblia. Ya veremos qu¨¦ mont¨®n baja primero".
La apuesta editorial es fuerte. Zeferino Coelho, el editor portugu¨¦s de Caminho, que ha publicado toda la obra del Nobel, cont¨® que en su pa¨ªs ya hay distribuidos 130.000 ejemplares, y en Espa?a est¨¢ circulando una cantidad similar, a dos semanas de que el libro haya salido a encontrarse con el p¨²blico.
El desasosiego, esta expresi¨®n que le emparenta con su paisano Fernando Pessoa, est¨¢ en el libro, y estuvo ayer en sus palabras. La historia de la humanidad es la historia de la muerte del hombre. Y de muerte (de asesinatos tambi¨¦n) est¨¢ llena la Biblia. Ahora Saramago agita las aguas con su versi¨®n de la historia de Ca¨ªn y obliga a releer lo que la Biblia dice del personaje; el desasosiego de la Iglesia viene, quiz¨¢, se?al¨® el novelista, de un hecho cierto: que durante siglos la Iglesia cat¨®lica no quiso que los fieles interpretaran esos textos sagrados.
Desasosiega a la Iglesia (y sin duda al eurodiputado que pidi¨® que le quitaran a Jos¨¦ su naturaleza de portugu¨¦s) que Ca¨ªn sea un alegato contra el Dios "injusto, envidioso y orgulloso" que retratan los textos sagrados. Y ese desasosiego, dice Pilar del R¨ªo, se respira en el propio texto, una especie de regreso a la atm¨®sfera que hay en uno de los textos m¨¢s l¨²cidos del autor, el Ensayo sobre la ceguera.
Pilar del R¨ªo cont¨® una an¨¦cdota que ahora parece una met¨¢fora de otras reacciones que ha tenido el libro. Una se?ora se acerc¨® a Saramago en Lisboa a agradecerle Ca¨ªn, y le llev¨® manzanas asadas, un plato favorito del escritor de Azinhaga. "No tengo otra cosa que regalarle". En su pa¨ªs es lo m¨¢s dulce y sosegado que se dijo de Ca¨ªn.
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