Amores que matan
El Partido Popular no puede ser ingrato con el vicealcalde de Madrid ni hoy ni ma?ana. Pero tal vez no le perdone que en su entrevista a este diario dijera lo que es de Perogrullo: "No se puede jugar con el futuro de los empleados de Caja Madrid, de la gente que tiene su dinero en la Caja y necesita una hipoteca para un piso, de los empresarios y aut¨®nomos que dependen, ellos y sus trabajadores, de los cr¨¦ditos". Sin embargo, un rasgo de sensatez por la obviedad como ¨¦ste de Cobo, si bien breve, pero que deja al descubierto c¨®mo un partido se convierte en problema para la ciudadan¨ªa y subraya su rid¨ªcula actuaci¨®n como un hartazgo, podr¨ªa justificar que en el PP dejaran a Cobo sin merienda. Una amiga m¨ªa, que ley¨® la entrevista y retir¨® la semana pasada sus dineros de la Caja, puede servirles de testigo a la hora de castigar al travieso. No est¨¢ dispuesta a fomentar con sus ahorros un rifirrafe de ambiciones en el espacio p¨²blico y teme adem¨¢s que sus eurillos acaben en mano de la m¨¢s absoluta incompetencia financiera, auspiciada por la mediocridad pol¨ªtica.
Cobo no se f¨ªa de Aguirre en casi nada, pero s¨ª de la eficacia del servicio de espionaje de la presidenta
Distinta fue mi primera reacci¨®n ante la entrevista: cre¨ª que la llamativa franqueza de Cobo era un acto de servicio m¨¢s al PP, que no persegu¨ªa otra cosa que distraernos de esa trama de corrupci¨®n en la que la polic¨ªa, los jueces, los fiscales y algunos medios de comunicaci¨®n se empe?an en involucrar a su partido. Y eso fue lo que me permiti¨® justificar que, aunque todos tengamos sobrada constancia de que el PP de Mariano Rajoy es cada vez m¨¢s la casa de t¨®came Roque, y Aguirre su amenaza, tan minuciosa descripci¨®n de este desmadre inaudito por parte de alguien del propio PP pusiera los pelos de punta. Pero entend¨ª que no estaba tan clara la cosa cuando, para mi mayor asombro, el vicealcalde exigi¨® a los socialistas madrile?os que no hagan lecturas torticeras de sus evidentes declaraciones de amor a la presidenta, y todav¨ªa m¨¢s, hay que ver, cuando les orden¨® que repitan por ah¨ª como un clamor lo que ¨¦l dice de Zapatero obsesivamente: que es un inepto, un incapaz, el peor presidente de la democracia, con lo que quiz¨¢ ha conseguido que su paisano, Zapatero, no acceda a hacerse una nueva fotograf¨ªa con ¨¦l, enterado por esta entrevista de lo que una foto suya con cualquier miembro del PP supone en ese partido. Mucho peor que retratarse con una se?ora de mala reputaci¨®n o con alguien que suscite las sospechas que tanto tard¨® en despertar Correa en el PP.
Mejor suerte que Zapatero, eso s¨ª, corri¨® en la entrevista Tom¨¢s G¨®mez, l¨ªder socialista madrile?o, al que Cobo s¨®lo llam¨® "tonto ¨²til". Pero a cambio sembr¨® dudas sobre por qu¨¦ abandon¨® Parla y le encomend¨® la averiguaci¨®n de ese porqu¨¦ -?Por qu¨¦ G¨®mez, se?ores, se habr¨¢ ido de Parla?- a Francisco Granados. Cobo no se f¨ªa de Aguirre en casi nada, pero s¨ª al parecer de la eficacia del servicio de espionaje de la presidenta, del que seguramente espera que haya investigado ya la huida de G¨®mez desde Parla hacia la capital.
En cualquier caso, ante el juicio que hoy o ma?ana sufrir¨¢ Cobo, no me digan ustedes que en su entrevista no dej¨® clara la pasi¨®n que por su partido y por Espa?a se apodera de ¨¦l, su desd¨¦n hacia el nacionalismo madrile?o y, sobre todo, su apuesta decidida por el cada d¨ªa m¨¢s carism¨¢tico l¨ªder del PP, aureolado Mariano Rajoy. Si en algo no dej¨® de insistir Cobo fue en su condici¨®n de ciego devoto de Ruiz-Gallard¨®n y de Rajoy, con plena entrega de cuerpo y alma, y unas l¨ªneas despu¨¦s de haber proclamado su amor por la independencia personal. No neg¨® esa otra voz de Gallard¨®n, m¨¢s ¨¢spera, que su "oscuro objeto del deseo", no es Caja Madrid con sus pestazos, sino La Moncloa, para¨ªso que quieren habitar sus dioses. Y como es evidente que Rajoy necesita auxilio, alguien que lo remolque sin saber hacia d¨®nde, explicit¨® con fervor su voluntad de ayuda al derrengado por este calvario de su incompetencia.
No me digan que no hay en todo esto m¨¢s que m¨¦ritos suficientes para olvidar que dijo de Aguirre que no es lo que ella dice que es: una liberal, por ejemplo. O que puede que Aguirre sea lo que no acaba de creerse que es: una nacionalista madrile?a, pongamos por caso. El amor de Cobo a Rajoy deber¨ªa estar en un d¨ªa como el de hoy o el de ma?ana por encima de todo. Pero hay amores que matan y no sabe uno si le va a hacer m¨¢s da?o a Rajoy el amor de Cobo o a Cobo el de Rajoy. Porque es de suponer que al uno y al otro se les reserva un futuro.
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