Espect¨¢culos de harina y huevo
El escenario de Teatro da Mangiare? es una mesa infinita con mantel de cuadros; el libreto, un recetario; los espectadores, 26 comensales, y los actores, tres agricultores que sembraron, labraron y recogieron los manjares que ellos mismos est¨¢n cocinando para nosotros de mil amores. El pan, del trigo de su cosecha (molido en uno de los pocos molinos de agua que quedan activos), lo amasaron ellos mismos horas antes, y lo terminaron de cocer hace un rato. "Casi todo lo que van a comer es de nuestra cosecha: el br¨®coli, las cebollas, la zanahoria, las patatas, que pueden acompa?ar con salsa de yogur con albahaca seca... El salami lo hace mi padre. El vino y el agua los pone el teatro", nos dice Stefano Pasquini. "Con el agua no suele haber problema, pero con el vino, a veces s¨ª. Si es bueno, agrad¨¦zcanselo a la organizaci¨®n".
En la granja abandonada de su abuelo, cultivaron la tierra y criaron animales, pero pronto empezaron a montar espect¨¢culos
Pasquini, Berselli y Maurizio Ferraresi comienzan su trabajo cuatro horas antes de que el p¨²blico llegue
Mientras Pasquini bromea, Paola Berselli bulle entre fogones. Ella es quien rompe el fuego en este espect¨¢culo autobiogr¨¢fico. Con la Internacional de fondo, nos cuenta con un ritmo y un tono cada vez m¨¢s vivos, c¨®mo en 1989, mientras el muro de Berl¨ªn y el socialismo real se ven¨ªan abajo, decidieron dejar el teatro y retirarse al h¨²medo y feraz valle del Marzatore, poblado por apenas un centenar de habitantes, a treinta kil¨®metros de Bolonia. "La casa m¨¢s pr¨®xima est¨¢ a 200 metros de la nuestra, y el pueblo m¨¢s cercano, a ocho kil¨®metros, en otro valle", explica Pasquini. All¨ª, en la granja abandonada de su abuelo, se pusieron a cultivar la tierra y a criar animales, pero como la cabra acaba tirando al monte, pronto empezaron a montar espect¨¢culos en un viejo granero de 24 metros cuadrados, donde caben quince espectadores. "Sin problemas econ¨®micos, hicimos el teatro que nos dio la gana. Hasta que, en el a?o 2000, nos propusieron hacer este espect¨¢culo para el Festival de Volterra. Aceptamos, por el valor absolutamente antiecon¨®mico de una propuesta que nos permit¨ªa combinar las cosas del esp¨ªritu con lo material, las ideas con los alimentos. En Teatro da Mangiare? volcamos las utop¨ªas, las desilusiones, los amores y los deseos de nuestra generaci¨®n. Es un espect¨¢culo que nos resume".
Desde entonces, han dado m¨¢s de quinientas representaciones en media Europa. Las pr¨®ximas son en Gij¨®n y en Elche, en castellano. "Al principio, hac¨ªamos dos diarias: comida y cena. Cuando son fuera de los teatros, con luz natural, tienen el sabor de un domingo en familia. Iluminadas con luz escasa y sencilla, no son para ver, sino para vivirlas, escucharlas y olerlas. Los olores aqu¨ª son indispensables. Es un espect¨¢culo que va por dentro: teatro invisible".
Pasquini, Berselli y Maurizio Ferraresi, n¨²cleo del Teatro delle Ariette, comienzan su trabajo en Teatro de Mangiare? cuatro horas antes de que el p¨²blico llegue, como los actores del kathakali, que se maquillan y visten prolijamente con antelaci¨®n enorme. Ellos hacen la masa de los tagliatelle, cuecen el pan y las verduras, ponen la mesa, cortan el queso y lo preparan todo como se prepara cuando se tiene invitados en casa. "Esto es un acto de amor", apostilla Pasquini.
En uno de los mon¨®logos que acompa?an el yantar, Pasquini elogia el gesto antiecon¨®mico de Leonelli, paisano suyo que mantuvo abierto su molino de agua hasta el d¨ªa de su muerte, y el de su hijo, jubilado ferroviario que ha cogido el testigo del no negocio: eso les permite hacer el pan de su trigo y no de harinas lejanas, an¨®nimas y almacenadas qui¨¦n sabe cu¨¢nto. "La econom¨ªa no s¨®lo es cuesti¨®n de dinero. Habr¨ªa que introducir un sistema contable que tenga en cuenta tambi¨¦n las emociones, la alegr¨ªa, el tiempo ganado y el tiempo compartido. Observe la paradoja: este peque?o espect¨¢culo absolutamente antiecon¨®mico nos ha permitido vivir del teatro profesionalmente. A menudo, cuando haces lo que quieres encuentras a quien le gusta. La econom¨ªa del dinero estrangula la verdadera econom¨ªa de la vida, que pasa por la nutrici¨®n y el cuidado de uno mismo. Los id¨®latras creen que el dinero abre todas las puertas, pero las puertas que a m¨ª me interesan se abren de otro modo".
El Teatro delle Ariette es especialista en espect¨¢culos pensados en t¨¦rminos poco rentables. Tras Teatro da mangiare?, estrenaron Teatro di terra, L'estate. fine y E' finito il tempo delle lacrime. "Lleg¨® un momento en el que, adem¨¢s de nuestras materias primas, quisimos compartir con el espectador nuestra experiencia con la tierra, el grano, la simiente y con cuanto crece y muere para volver a germinar. Y sentimos tambi¨¦n la necesidad de hacer un espect¨¢culo con nuestros animales. Al principio dud¨¢bamos de que a ellos les apeteciera, pero ahora creemos que ha sido una experiencia hermosa, y que est¨¢n contentos de viajar. No les ense?amos habilidades circenses ni les obligamos a nada. Simplemente, los sacamos al escenario, d¨®nde, sin haberlo ensayado, mantienen una relaci¨®n muy precisa con lo que hacemos: si cambiamos el ritmo o la intenci¨®n, ellos cambian de actitud. Pero lo que m¨¢s me sorprende es que parecen comprender en qu¨¦ momento exacto llega el final, que es su momento estelar, cuando se quedan solos en escena. Instantes antes de que eso suceda, su gesto es siempre id¨¦ntico. Son el espejo de lo que fuimos en un pasado remoto e irrecuperable".
En E' finito il tempo delle lacrime, los corderos pacen, el perro sigue a Paola Berselli, las gallinas escogen el lugar m¨¢s tranquilo para dormitar, las ocas se desplazan siempre al lado opuesto al que ocupan los actores y, al final, siempre en el mismo momento, lo crean o no, el poney relincha, saca la cabeza de su caj¨®n y mira alternativamente al p¨²blico y a los actores. "Los animales est¨¢n siempre muy presentes y atentos. Cuando reconocen un gesto que hicimos el d¨ªa anterior o una palabra que dijimos, comprenden que ayer sucedi¨® lo mismo y que hoy suceder¨¢ de igual manera, y repiten su comportamiento de modo tan natural como la noche sigue al d¨ªa. Es algo que da mucha paz. Como granjero, sab¨ªa que para ellos el h¨¢bito es importante, pero el teatro me ha hecho descubrir hasta qu¨¦ punto est¨¢n atentos a cuanto pasa".
Antes de montar E' infinito
..., mientras Teatro delle Ariette trabajaba sobre los escritos de Pasolini, la madre de Paola Berselli enferm¨® y muri¨®. "Entonces, el dolor de Pasolini se anud¨® con nuestro duelo. Y de enero a julio, por encargo del Festival de Santarcangelo, cultivamos la escenograf¨ªa de L'estate. fine: un cementerio vegetal de seis mil metros cuadrados donde los parterres de zanahorias, ajos y cebollas representaban las tumbas separadas por bulevares de tierra yerma, y alt¨ªsimas matas de jud¨ªas recreaban las b¨®vedas de una iglesia, con tres fuegos prendidos ante el altar. Todo, rodeado por murallones de ma¨ªz. Desde una casa pr¨®xima, el p¨²blico acompa?aba el recorrido de una caja ata¨²d llena de arroz, que llev¨¢bamos a cocer en uno de los fuegos".
Aquello era una misa f¨²nebre, pero vital, un rito pagano inspirado en la transubstanciaci¨®n del pan y del vino, atravesado por reflexiones de Pasolini sobre el ocaso de la civilizaci¨®n campesina, depredada por la sociedad de consumo. "Todo lo que hacemos tiene cariz autobiogr¨¢fico", reflexiona Pasquini. "Nosotros lo llamamos teatro de la experiencia: vivimos y compartimos lo vivido".
Teatro da mangiare? Gij¨®n. Patio del Centro de Cultura Antiguo Instituto, dentro de la programaci¨®n del Teatro Jovellanos. Del 12 al 15 de noviembre. De jueves a domingo: 21.30. S¨¢bado: 14.00 y 21.30. Elche. Centre de Cultura Contempor¨¤nia L'Excorxador. 17 y 18 de noviembre.
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