Larga vida al presidente Mouse
El Reino Medio va a conseguir por fin un Reino M¨¢gico. Disney ha recibido el visto bueno estatal para construir un parque tem¨¢tico y un complejo tur¨ªstico en Shanghai, una idea que lleva casi 20 a?os en gestaci¨®n. No hay garant¨ªa de que las familias chinas acepten a Mickey y Minnie Mouse, pero la magia econ¨®mica del pa¨ªs justifica que Disney emprenda esta arriesgada inversi¨®n.
Las marcas mundiales no pueden permitirse no estar en un mercado de 1.300 millones de bolsillos. El turismo interno de China es el mayor del mundo, con un valor de 100.000 millones de d¨®lares en 2008. Se prev¨¦ que el negocio tur¨ªstico crezca un 11% al a?o en la pr¨®xima d¨¦cada. El aumento de la afluencia y la mejora de las infraestructuras, incluida una l¨ªnea de alta velocidad de Pek¨ªn a Shanghai, apuntan en la direcci¨®n correcta.
El camino seguido por Disney para acceder a esta lucrativa oportunidad ha estado lleno de baches. Sus dibujos animados no llegaron a China hasta 1986, y la versi¨®n local del programa de Disney Club se emiti¨® por primera vez en 1994. El punto bajo lleg¨® cuando la empresa produjo una pel¨ªcula sobre la vida del Dalai Lama. Pero ahora que los pol¨ªticos se disponen a fomentar activamente el consumo privado, a lo mejor Disney se encuentra con una acogida mejor como proveedora de un parque tem¨¢tico. Pocas empresas son m¨¢s adecuadas para el gasto fr¨ªvolo.
De lo que Disney carece en China es de las profundas ra¨ªces hist¨®ricas y culturales que tiene en Occidente. La restricci¨®n de los medios de comunicaci¨®n en China ha impedido a Disney asegurarse unos derechos de retransmisi¨®n en el pa¨ªs, lo cual la priva de una ¨²til fuente de magia mercadot¨¦cnica para atraer visitantes.
Un tipo de magia que Disneyland Shanghai no necesita, sin embargo, es la que estuvo a punto de hundir a su pariente parisiense: la deuda. Disney tuvo que reestructurar su complejo europeo dos veces por las p¨¦rdidas que provoc¨® el descenso de visitantes, de modo que los accionistas y los obligacionistas ten¨ªan dificultades para salir adelante. Aun as¨ª, mientras Disney deje el dise?o financiero en manos de los pol¨ªticos de Pek¨ªn, no deber¨ªa tener problemas para lograr un buen rendimiento. -
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