El chico de la vespa

Luis Fern¨¢ndez tiene 52 a?os. Es una edad enga?osa, como acaso es enga?osa la edad de su sucesor, Alberto Oliart, poeta y abogado, que tiene 81. En realidad, Fern¨¢ndez es como aquel personaje de G¨¹nter Grass en El tambor de hojalata que se negaba a crecer y ten¨ªa una fuerza del demonio. Es riojano y so?ador, cree que el mundo se abarca de una mirada y que las vespas caminan tan veloces como los rayos. Tom¨® la vespa para presentarse en el Congreso, y no pas¨® nada; pero cuando se subi¨® a la vespa otra vez, y fue como si fuera en avi¨®n, a presentar un proyecto para cambiar definitivamente la Corporaci¨®n, empezaron a reescribirle el gui¨®n. Desde fuera le pueden decir de todo (que contrat¨® con p¨®lvora de rey, que se salt¨® los reglamentos antes de que se hicieran las leyes...), y de hecho se lo llevan diciendo los suyos y los ajenos (los suyos tambi¨¦n son ajenos, parece) casi desde que se subi¨® por segunda vez en la dichosa vespa. Pero desde dentro hay algunos detalles que dar¨ªan una idea cabal de c¨®mo funciona su cerebro radiotelevisivo: despu¨¦s de la ¨¦gida de Carmen Caffarel (que dio a la historia el ERE sobre el que transpira ahora el Ente), Fern¨¢ndez se preocup¨® de lo que fue su primera vocaci¨®n (en la SER, en Telecinco), la informaci¨®n. Coloc¨® los telediarios en la primera fila de la audiencia. ?A costa de qu¨¦? De hacer periodismo; la autoestima de esos informativos, sobre los que la tradici¨®n arroj¨® la sospecha sempiterna de la manipulaci¨®n pol¨ªtica, resultaron ya resueltamente profesionales, sin otra interferencia que la que ven¨ªa de la pericia o impericia de sus responsables. Se cuenta que muchas veces esa aguja de marear fue demasiado fiel a las directrices: a favor de las noticias, y que algunos miembros del Gobierno no se reconoc¨ªan en el producto. Ahora Oliart ha dicho que la neutralidad es su objetivo. Acaso lo dijo pensando en esta historia, pero es cierto, y ser¨ªa ruin no aceptarlo, y Oliart es un hombre de enorme nobleza, que sin lo que hizo all¨¢ arriba este riojano hubiera sido imposible escribir neutralidad y RTVE en el mismo rengl¨®n. Eso se le debe, y lo hizo como si estuviera siempre subido en una vespa, a la velocidad de un rayo. Acaso esa velocidad le tumb¨®, pero ¨¦l no se halla sino corriendo.