Verismo sin histerias
El mundo de la ¨®pera podr¨ªa vivir sin divos, pero ser¨ªa infinitamente m¨¢s aburrido. Nada desata m¨¢s pasiones en el p¨²blico que una diva en acci¨®n. No quedan muchas en activo y, aunque la nueva generaci¨®n de estrellas l¨ªricas, con Ana Netrebko a la cabeza, viene pegando fuerte, Ren¨¦e Fleming demostr¨® anoche en el Teatro Real que actualmente no hay diva m¨¢s glamurosa que ella.
No necesit¨® ni abrir la boca para conquistar a un p¨²blico sediento de grandes voces que le dedic¨® una tonificante salva de aplausos al pisar de nuevo un escenario donde ya cosech¨® un sonoro ¨¦xito hace cinco a?os. Elegantemente vestida por una de las dise?adoras m¨¢s innovadoras del momento, Vivienne Westwood, la soprano estadounidense calent¨® motores con una muestra del belcantismo rossiniano, un aria de Armida resuelta con durezas y una trabajosa ornamentaci¨®n.
REN?E FLEMIN
soprano.
Orquesta Sinf¨®nica de Madrid. Director: Jes¨²s L¨®pez Cobos.
Arias y piezas orquestales de Britten, Rossini, Verdi, Strauss, Mascagni, Giordano, Puccini y Leoncavallo. Teatro Real de Madrid, 12 de noviembre.
Fleming luci¨® una voz c¨¢lida, bella y carnosa, de sugerentes colores
Fleming luci¨® sus m¨¢s delicadas armas l¨ªricas en el Ave Mar¨ªa de Otello, dejando bien claro que Desd¨¦mona es su m¨¢s refinada creaci¨®n dentro del repertorio verdiano, en el que siempre se ha movido con cautela para no forzar sus medios naturales. Muy bien acompa?ada por Jes¨²s L¨®pez Cobos, recre¨® cada matiz con su justa intensidad expresiva y una l¨ªnea de canto inmaculada que, curiosamente, no bastaron para cerrar la primera parte del concierto con una cierta decepci¨®n e inusitada frialdad en la sala. ?Las causas? Sin duda un programa mal escogido y p¨¦simamente completado por piezas orquestales de Britten y Verdi resueltas con poca finura y trazo grueso por la orquesta y el director musical del teatro.
La temperatura l¨ªrica subi¨® muchos enteros en la segunda parte. De entrada, cuatro hermosos lieder de Richard Strauss, su compositor fetiche, fraseados con una calidez y una intensidad l¨ªrica absolutamente fascinante. Pero, como la dicha nunca es completa, el acompa?amiento de la Orquesta Sinf¨®nica de Madrid no pas¨® de discreto, lo que en Strauss es siempre un pecado. Por fortuna, las cosas cambiaron en el ¨²ltimo tramo del programa, consagrado al verismo.
P¨¢ginas infrecuentes de Giordano (Siberia), Leoncavallo (La boh¨¨me) y Mascagni (Iris), combinadas con arias m¨¢s conocidas de Fedora, tambi¨¦n de Giordano y la m¨¢s famosa Boh¨¨me del repertorio, la de Puccini. En las turbulentas pasiones veristas luci¨® Fleming sus armas m¨¢s poderosas: una voz c¨¢lida, bella y carnosa, de sugerentes colores, un lirismo suave y una musicalidad exquisita. Demostr¨®, de paso, que el verismo bien cantado, sin histerias ni excesos lacrim¨®genos, es un repertorio que conviene revisar al alza. Ante los generosos aplausos del respetable, la diva regal¨® una c¨¦lebre p¨¢gina de Puccini (O mio babbino caro), una curiosa escena de la ¨®pera Conchita, de Zandonai, y, la joya del todo el concierto, Morgen, de Strauss, donde estuvo sublime.
No podr¨ªa decirse que fue un gran concierto porque lo mejor de la velada fueron los bises, pero, definitivamente, sin divas, el mundo de la ¨®pera ser¨ªa otra cosa y, como prueba, basta se?alar que al finalizar el concierto Fleming firm¨® discos y programas a un centenar de aficionados que, como mandan los c¨¢nones, se hicieron una foto con la diva con m¨¢s glamour del planeta l¨ªrico.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.