Variaciones en un cisma soterrado

Lleg¨® un feligr¨¦s a misa cuando el cura estaba en mitad de su serm¨®n. "?De qu¨¦ est¨¢ hablando?". "Del pecado". ?Y qu¨¦ dice?". "Que no es partidario", le resumi¨® el vecino. Irritarse, como hicieron ayer algunos pol¨ªticos, por las execraciones del portavoz del episcopado espa?ol contra quienes vayan a votar la ley del aborto es como disgustarse porque el Papa no quiera renunciar a las ostentosas prerrogativas del pontificado romano. ?Qu¨¦ van a decir?

Otro cantar es el debate sobre la autoridad de los prelados del catolicismo, por encumbrados que aparezcan. Cientos de te¨®logos de prestigio y miles de iglesias de base no hacen caso a sus proclamaciones sobre el aborto. Ese es el principal motivo de enfado de los obispos, y su mayor preocupaci¨®n: el cisma soterrado en que est¨¢n sumidos, en este y en otros muchos asuntos.

La tesis de la otra Iglesia cat¨®lica, expuesta desde dentro, la verbaliz¨® ayer la te¨®loga Margarita Pintos de Cea-Naharro, de la prestigiosa Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII. "Como cat¨®lica creo que la vida es un don de Dios; como mujer comprometida con la vida de las personas, quiero que las mujeres dejen de ser v¨ªctimas y puedan decidir en conciencia. Hay que releer el evangelio de Juan sobre la mujer ad¨²ltera: "Tampoco yo te condeno...". Muchas mujeres cat¨®licas no queremos imponer nuestra moral a un Estado laico, plural y democr¨¢tico".

Tambi¨¦n el jesuita Juan Masi¨¢ Clavel discrepa del portavoz episcopal, como ¨¦l miembro ilustre de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, pero en orillas bien alejadas. "Ning¨²n Gobierno tiene derecho a arrogarse el monopolio de la democracia. Ninguna confesi¨®n religiosa tiene derecho a detentar el monopolio de la moral", sostiene.

Autoridad mundial en bio¨¦tica, Juan Masi¨¢ a?ade: "No todo lo ¨¦ticamente rechazable ha de ser penalizado, ni tampoco lo despenalizado es, sin m¨¢s, ¨¦ticamente aprobable. No hay que mezclar delito, mal y pecado. Seguimos sin aprobar la asignatura pendiente: proponer sin imponer; despenalizar sin fomentar; cuestionar sin condenar; concienciar sin excomulgar. Rechazar desde la conciencia el mal moral del aborto es compatible con admitir, en determinadas circunstancias, que las leyes no lo penalicen como delito. El apoyo a esas despenalizaciones no se identifica con favorecer el aborto a la ligera".