El alcalde de Roma desaloja a 100 familias gitanas
El Ayuntamiento de Roma, dirigido por el posfascista Gianni Alemanno, y el de Mil¨¢n, que rige la ultraderechista Letizia Moratti, llevan meses echando abajo asentamientos de gitanos en cumplimiento de las normas aprobadas en mayo de 2008 por el Gobierno italiano.
Diversas organizaciones de derechos humanos denunciaron ayer la "persecuci¨®n sistem¨¢tica de la minor¨ªa roman¨ª" en Italia. En apenas un a?o, calcula Roberto Malini, de EveryOne, se ha reducido en m¨¢s de la mitad la poblaci¨®n gitana residente en el pa¨ªs: de 170.000 a s¨®lo 50.000 personas.
El mi¨¦rcoles pasado, al alba, se produjo en la periferia de Roma el ¨²ltimo desalojo forzoso. Alrededor de 150 agentes de polic¨ªa destruyeron con excavadoras y bomberos el campamento Casilino 700, en el que viv¨ªan 100 familias gitanas.
Amnist¨ªa Internacional ha condenado la acci¨®n llevada a cabo por la polic¨ªa y ha lanzado un manifiesto denunciando la "grave violaci¨®n del derecho internacional y los derechos humanos" que suponen los desalojos que no son comunicados con anterioridad al juez y en los que no se ofrecen alojamientos alternativos a toda la comunidad afectada.
El alcalde de Roma, Gianni Alemanno, ha protestado contra la queja de Amnist¨ªa Internacional, aunque ha reconocido que ignoraba por completo el hecho de que los tratados internacionales protegen los derechos de las personas desalojadas
Varias ilegalidades
Seg¨²n reiter¨® ayer la organizaci¨®n no gubernamental, el municipio italiano incumple la legalidad en varios puntos: "Destruyen sus bienes y no les indemnizan, no se les ofrece protecci¨®n legal, muchos ni?os se ven obligados a dejar de ir a la escuela y algunas familias son divididas a la fuerza".
La Cruz Roja ha asistido con mantas y comida a algunos miembros de la comunidad que se hab¨ªan refugiado en una f¨¢brica abandonada. "Pero el Ayuntamiento ha desalojado tambi¨¦n la f¨¢brica", cuenta Roberto Malini.
El portavoz de EveryOne afirma que algunos padres, arrestados y llevados en autob¨²s a comisar¨ªa, han sido obligados a firmar peticiones de repatriaci¨®n voluntaria: "Ya no hay escr¨²pulos. Ante la pasividad de la Uni¨®n Europea, no rige m¨¢s ley que la del odio racial".
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