Acampada en la frontera de hielo
Situado a 60 millas al oeste de la capital de Alaska, Juneau, y tan s¨®lo accesible mediante avioneta, se encuentra Glacier Bay, uno de los lugares m¨¢s remotos y salvajes que existen en Alaska. Cuando en 1794 el explorador George Vancouver naveg¨® por estos mares, pas¨® de largo este magn¨ªfico lugar, ya que toda la zona estaba invadida por un gran glaciar. Habr¨ªa que esperar hasta 1879, cuando el aventurero y explorador John Muir recorri¨® de nuevo este lugar en canoa y comprob¨® que el glaciar hab¨ªa retrocedido tantas millas que hab¨ªa dejado a su paso una gran bah¨ªa con fiordos que esconder¨ªa los glaciares m¨¢s importantes de Alaska.
Siguiendo la gesta de John Muir decidimos adentrarnos en este gran parque natural de la misma manera en la que ¨¦l lo hab¨ªa hecho. Sustituyendo la canoa por el kayak, nos dispon¨ªamos a pasar varios d¨ªas recorriendo este remoto lugar. Despu¨¦s de recibir una charla de los rangers del parque, donde te ense?an las reglas de acampada y, sobre todo, el modo de actuar en caso de encuentro con los osos, recogimos nuestros kayaks y los montamos en el barco que nos llevar¨ªa hasta el mismo coraz¨®n de los glaciares.
Fue cerca de los impresionantes glaciares Margerie y Johns Hopkins donde desembarcamos en una playa para iniciar nuestra aventura. Fueron unos d¨ªas que creo que ninguno llegaremos a olvidar jam¨¢s. Pese a que no par¨® de llover en todo el tiempo y al final del tercer d¨ªa ten¨ªamos las tiendas empapadas y toda nuestra ropa h¨²meda en el mejor de los casos y mojada en la mayor¨ªa, vivir de un modo tan natural y salvaje nos hizo superar todas las dificultades.
No puede uno acampar todos los d¨ªas frente a un glaciar, dormir en hermosos e inabarcables bosques, ver osos grizzly y leones marinos, contemplar el amanecer frente a las islas, sentir c¨®mo las focas salen del mar y te observan, llevar la cuenta de las mareas para remar, cuidar el kayak como a tu vida porque es tu ¨²nico medio de transporte y, sobre todo, vivir la naturaleza salvaje tan de cerca. Sin duda, Alaska sigue siendo la ¨²ltima frontera.
Diana Pozuelo Lorenzo (Madrid)
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