La misi¨®n secreta del 'Chacal' franc¨¦s
El general Rondot, un superesp¨ªa franc¨¦s, organiz¨® la desaparici¨®n de dos de sus agentes, detenidos con armas de guerra en Manresa, para evitar su captura y juicio en Espa?a
Los Mossos d'Esquadra detuvieron en abril de 2002 en Barcelona a un marsell¨¦s con un rifle de mira telesc¨®pica y una pistola. Unas horas despu¨¦s arrestaron a otro hombre relacionado con ¨¦l. Ambos trabajaban para los servicios de espionaje franceses. Su jefe era el general Philippe Rondot, famoso por haber capturado en 1994 al terrorista Chacal. Rondot y el Gobierno enga?aron a la Fiscal¨ªa para lograr la liberaci¨®n de los agentes, a la vez que un general franc¨¦s aprovech¨® el desfile de las Fuerzas Armadas del 12 de octubre de 2002 en Madrid para conversar con miembros del Ejecutivo espa?ol e interceder por los detenidos. Seis d¨ªas despu¨¦s, y fruto de esas presiones, ambos fueron excarcelados y jam¨¢s acudieron al juicio.
Los detenidos quedaron libres horas despu¨¦s de que el general Rondot se entrevistase con el fiscal jefe de Barcelona
Los agentes secretos llevaban un rifle monotiro con mira telesc¨®pica l¨¢ser, as¨ª como una pistola Ruger
?Por qu¨¦ la justicia espa?ola no ha pedido explicaciones al general Rondot, que en su d¨ªa aval¨® a los dos fugitivos?
Los jueces dictaron una orden de busca y captura e ingreso en prisi¨®n de los dos esp¨ªas, al no haber acudido a su juicio
"Piazzole me pareci¨® un hombre fr¨ªo con una mirada de hielo. Al verle se me vino a la cabeza la imagen de Chacal"
El cerebro del espionaje franc¨¦s, que se jacta en su agenda secreta de sus buenas relaciones con el Cesid (hoy CNI) y la Guardia Civil, provey¨® de nuevas identidades falsas a los dos esp¨ªas y, adem¨¢s, organiz¨® evitar la difusi¨®n en Francia de la orden de busca y captura decretada por Espa?a. Rondot borr¨® cualquier rastro de los agentes Christian Piazzole y Rachid Chaouati, por lo que su localizaci¨®n ha resultado un fiasco. El general, hoy en el centro de la pol¨¦mica en Francia por su implicaci¨®n en el caso Clearstream, no ha sido llamado por la justicia espa?ola para que responda del paradero de los agentes a los que ¨¦l mismo aval¨®. Un pacto secreto entre ambos Gobiernos con la lucha contra ETA como tel¨®n de fondo parece proteger con un manto de inmunidad a los huidos.
Siete a?os despu¨¦s de los hechos, sigue sin aclararse qu¨¦ hac¨ªan en Espa?a los dos agentes, aunque diversas fuentes coinciden en que ven¨ªan a matar. ?A qui¨¦n? Nadie lo sabe, aunque los especialistas creen que el objetivo era un terrorista corso o bien un islamista asentado en Catalu?a. EL PA?S reconstruye esta oscura historia a partir del sumario, las declaraciones de los protagonistas y las notas ocultas del general Rondot.
El marsell¨¦s circulaba en un Audi 80, sobre las 0.30 del 18 de abril, por las proximidades de Manresa. Intentaba llegar a Barcelona. Estaba perdido porque no conoc¨ªa la zona. Hizo una maniobra extra?a al divisar una patrulla de los Mossos d'Esquadra, tratando de esquivar a los agentes. Pero ¨¦stos le interceptaron sin dificultad.
-Bona nit. ?Nos deja su documentaci¨®n?
El conductor exhibi¨® un pasaporte y un carn¨¦ de conducir a nombre de Richard Perez, de 40 a?os, de nacionalidad francesa.
-?Podr¨ªa abrir el maletero, por favor?
El tal Perez descendi¨® del veh¨ªculo y levant¨® la trampilla del portaequipajes. Al hacerlo, apareci¨® un tubo de PVC en cuyo interior hab¨ªa un rifle monotiro de fabricaci¨®n artesanal, con silenciador y mira telesc¨®pica l¨¢ser, as¨ª como una pistola Ruger del calibre 22 Long Rifle con la numeraci¨®n borrada. Pero no era lo ¨²nico. Tambi¨¦n llevaba un radiotransmisor port¨¢til, dos buscapersonas, un GPS, una br¨²jula, un tel¨¦fono m¨®vil Nokia y una c¨¢mara de fotos Kodak que ocultaba en sus tripas un dispositivo electr¨®nico de radiobaliza. Un equipo completo del esp¨ªa perfecto. O del asesino a sueldo perfecto.
Perez fue detenido. Horas despu¨¦s confesar¨ªa que su verdadera identidad era Rachid Chaouati, nacido en El Biar (Argelia) en 1963, con domicilio en Marsella. Dijo ser estudiante de artes marciales y haber trabajado de guardaespaldas en una empresa de protecci¨®n de empresarios, tras un cursillo en la academia Vips Securit¨¦ de Marsella.
El d¨ªa de los hechos, un tal Antoine (en realidad, un esp¨ªa identificado como Christian Piazzole) le orden¨® que fuese a un bosque de El Perell¨®, siguiendo las coordenadas fijadas en un aparato GPS. Encontrar¨ªa unos ¨¢rboles y tres piedras que indicaban que all¨ª hab¨ªa enterrado un tubo de pl¨¢stico, del que deb¨ªa hacerse cargo.
Tras recoger el tubo, Chaouati y el otro esp¨ªa quedaron citados en la oficina de turismo de la plaza de Catalu?a de Barcelona, desde donde se encaminar¨ªan hasta un bar pr¨®ximo. En ese local le dio un mapa de la comarca de Anoia (Barcelona), y le facilit¨® indicaciones precisas para hallar el escondite donde ocultar las armas, cerca de Sant P¨¨re de Sallavinera.
Al no localizar las piedras que se?alaban el punto donde habr¨ªa de depositar el fusil y la pistola, Chaouati habl¨® por tel¨¦fono con Piazzole, quien le indic¨® que regresase de nuevo al punto que le hab¨ªa marcado. Recorri¨® por segunda vez el camino, pero tampoco lo encontr¨®. Cuando eran las nueve de la noche, Rachid, que iba acompa?ado de su esposa, Karima, decidi¨® irse a dormir al hotel P¨¨re III de Manresa. Sin embargo, a las 23.30 son¨® el tel¨¦fono: era Piazzole, que, "muy enfadado", le orden¨® que se presentase de inmediato en Barcelona para verse con ¨¦l. Cuando iba de camino a esa cita fue interceptado por la patrulla policial.
Chaouati confes¨® que tres a?os atr¨¢s hab¨ªa insertado un anuncio en la revista Secur¨¦ Mag ofreci¨¦ndose de guardaespaldas o ch¨®fer de seguridad. Al cabo de unos meses recibi¨® una llamada de un tal Antoine, que le ofreci¨® un sueldo de 8.500 francos franceses al mes y le dio un carn¨¦ falso a nombre de Richard Perez. Su trabajo consistir¨ªa en "comprar tel¨¦fonos m¨®viles y viajar al extranjero para fotografiar restaurantes y edificios". Un peculiar recadero. Antes de ser detenido, el marsell¨¦s ya hab¨ªa hecho varios viajes a Zaragoza -"para comprar un m¨®vil"- y a Barcelona y Valencia. No era la primera vez, pues, que estaba en Espa?a y que usaba este pa¨ªs como base de operaciones.
Mientras los polic¨ªas estaban interrogando a Rachid Chaouati, su tel¨¦fono m¨®vil no paraba de sonar. Alguien le llamaba de forma nerviosa y compulsiva. Los mossos comprobaron que las llamadas proced¨ªan de cabinas p¨²blicas del centro de Barcelona. El detenido declar¨® que tal vez era su jefe Piazzole y facilit¨® su descripci¨®n (un hombre de entre 40 y 50 a?os, de 1,70 de estatura y de cabello cano y perilla). R¨¢pidamente se mont¨® una operaci¨®n de caza y captura. Y una patrulla localiz¨® a un tipo que respond¨ªa a esa descripci¨®n justo cuando estaba en una cabina de las Ramblas de Santa M¨®nica, junto al Museo de Cera. Fue apresado en la calle de Portaferrissa.
Piazzole llevaba mapas, adem¨¢s de una novela francesa titulada Le n¨¦crophage, de Bretin y Bonzon, ambientada en la guerra de Indochina, que relata la vida de un asesino experto en torturas chinas. En una bolsa portaba un walkie-talkie, un GPS, una c¨¢mara de v¨ªdeo, un reloj con dispositivo GPS, numerosas tarjetas de cabinas telef¨®nicas espa?olas y un pasaje Par¨ªs-Barcelona.
Tanto Piazzole, nacido en Frenda (Argelia) de padres corsos, como Chaouati y su esposa fueron puestos a disposici¨®n judicial. "El tal Piazzole me pareci¨® un hombre fr¨ªo, con una mirada de hielo, como indiferente a todo. Hac¨ªa poco que yo hab¨ªa le¨ªdo el libro de Chacal, y no s¨¦ por qu¨¦ me vino a la cabeza que ese tipo pod¨ªa ser alguien como Chacal, el asesino a sueldo que pretend¨ªa matar al general De Gaulle", recuerda un funcionario judicial.
Los mossos pidieron a Francia su colaboraci¨®n para identificar todas las llamadas telef¨®nicas efectuadas por los dos esp¨ªas durante el ¨²ltimo a?o, en especial una hecha poco antes de su captura a una tal madame Petit. ?Qui¨¦n era esta misteriosa mujer? "Los franceses nunca nos contestaron a eso ni a las preguntas relacionadas con las armas decomisadas ni a otras cuestiones que hubieran sido muy ¨²tiles para aclarar el caso", afirma un mando policial.
A pesar de la escasa ayuda francesa, pronto se supo que el tal Piazzole era un agente de los servicios de espionaje de la Direcci¨®n General de Seguridad Exterior (DGSE) y que Chaouati era una especie de recadero que trabajaba para ¨¦l. Cuando se produjo el incidente, el general Philipe Rondot, de 73 a?os, el jefe de los esp¨ªas y hombre de confianza del entonces presidente Jacques Chirac, crey¨® que hab¨ªa perdido a dos de sus agentes. Despu¨¦s, al conocer que hab¨ªan sido interceptados por la polic¨ªa espa?ola, prepar¨® una estratagema de cara a la prensa: la versi¨®n oficial dir¨ªa que estaban realizando un ejercicio de entrenamiento, lo que explicaba la presencia de las armas. Era una cortina de humo para no revelar que los detenidos en Catalu?a desarrollaban una misi¨®n Alpha, un nombre en clave que designa en Francia a los equipos preparados para asesinatos selectivos.
El jefe de los esp¨ªas era nada m¨¢s y nada menos que Rondot, el hombre que caz¨® en Sud¨¢n en 1994 a Ilich Ram¨ªrez S¨¢nchez, alias Chacal, entonces el hombre m¨¢s buscado en todo el mundo, que actualmente cumple condena en la c¨¢rcel de Clairvaux. El nombre de Rondot salt¨® a la palestra cuando los jueces franceses que investigaban el llamado caso Clearstream requisaron agendas del general en las que hab¨ªa anotado sus operaciones.
En los ¨²ltimos meses, Rondot ha testificado en un juicio abierto al ex primer ministro Dominique de Villepin, a quien se atribuye haber tratado de involucrar al actual presidente, Nicolas Sarkozy, en un esc¨¢ndalo de cobros ilegales a trav¨¦s de la sociedad luxemburguesa Clearstream. Con ello, Villepin habr¨ªa pretendido cortar de ra¨ªz las aspiraciones de Sarkozy a la presidencia de la Rep¨²blica.
Rondot tiene una larga carrera en las cloacas del Estado. En 1997 fue nombrado consejero de informaci¨®n y operaciones especiales de la Defensa en el Gobierno del socialista Lionel Jospin, y m¨¢s tarde continu¨® asesorando al Gobierno derechista de Jean-Pierre Raffarin. Tiene en su haber episodios turbios como el intento de liberaci¨®n de su amigo Tarik Aziz, ministro de Exteriores del fallecido Sadam Husein, y la ayuda prestada al general croata Ante Gotovina, criminal de guerra que fue capturado por la polic¨ªa espa?ola a finales de 2005.
Dos meses despu¨¦s de la ca¨ªda de los dos esp¨ªas en Barcelona, un comisario de polic¨ªa franc¨¦s que se identific¨® como Bernat Chardonye se present¨® ante los Mossos d'Esquadra acompa?ado del teniente coronel de la Guardia Civil ?ngel Gozalo Mart¨ªn, entonces jefe del servicio de Informaci¨®n en Catalu?a. El emisario franc¨¦s quer¨ªa trasladar a los mossos tres ideas: una, que Piazzole era un funcionario del Estado, sus jefes deseaban que fuera puesto en libertad y que garantizar¨ªan que ¨¦ste comparecer¨ªa ante la justicia siempre que fuese llamado; dos, que Piazzole hab¨ªa colaborado, dentro de los acuerdos interestatales pertinentes, con las autoridades policiales espa?olas; y tres, que Piazzole y Chaouati estaban haciendo "una pr¨¢ctica de traslado de armas desde el sur de Barcelona al territorio franc¨¦s" cuando fueron arrestados.
El juez de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de Manresa, Ram¨®n Landa Mena, mantuvo en prisi¨®n a los agentes franceses porque la fiscal¨ªa entend¨ªa que si quedaban en libertad se corr¨ªa el riesgo de que jam¨¢s volviera a v¨¦rseles el pelo. Sin embargo, en la sombra estaban movi¨¦ndose los hilos para intentar resolver el grave conflicto franco-espa?ol que supon¨ªa el caso Piazzole y Chaouati.
El entonces fiscal general del Estado con el PP, Jes¨²s Cardenal, telefone¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Mena, fiscal jefe de la Audiencia Territorial de Catalu?a. "Me llam¨® Cardenal para preguntarme por el asunto y para saber si se pod¨ªa dejar en libertad a los dos franceses. Le dije que no, porque estaban acusados de tenencia de armas de guerra y hab¨ªa riesgo de que se fugaran", recuerda Mena.
Jes¨²s Cardenal, de 80 a?os, que trabaja hoy en un bufete de abogados, declara: "Algo me suena, pero la memoria falla con la edad. No recuerdo cu¨¢l fue mi actuaci¨®n. Mena ten¨ªa los asuntos de Barcelona, y yo, los de toda Espa?a. Este tema se mantendr¨ªa probablemente muy reservadamente por la trascendencia de los hechos. Si Mena dice que le llam¨¦ para interesarme por el caso, seguro que fue as¨ª. Tal como usted me lo cuenta, parece que el resultado final de su puesta en libertad fue bastante obsceno".
?Qu¨¦ sabe C¨¢ndido Conde- Pumpido, actual fiscal general del Estado, de este turbio asunto? "En el traspaso de funciones, Cardenal no me cont¨® nada de esta historia. Mena me alert¨® del caso, pero s¨®lo tengo una informaci¨®n general. Los servicios secretos franceses dijeron que, en realidad, los detenidos no hab¨ªan intentado usar el arma. Que serv¨ªan al Estado franc¨¦s y que hac¨ªan un ejercicio. Dijeron que la formaci¨®n de los servicios secretos inclu¨ªa realizar operaciones ficticias. La verdad es que la versi¨®n no era muy cre¨ªble".
Conde-Pumpido sigue: "Los servicios secretos franceses argumentaron que se deb¨ªa estimar el ¨¢mbito de colaboraci¨®n que manten¨ªan con el Gobierno espa?ol. Consideraban que la justicia espa?ola deb¨ªa ser comprensiva, teniendo en cuenta la colaboraci¨®n tan estrecha con Espa?a en la lucha contra el terrorismo. Parece que uno de ellos (Piazzole) era una persona importante en los servicios secretos franceses".
Tambi¨¦n el entonces ministro del Interior, Mariano Rajoy, habl¨® del caso franc¨¦s con el conseller de Interior de Catalu?a, Xavier Pom¨¦s. El hoy presidente del PP asegura que no recuerda el asunto, aunque admite que Pom¨¦s le record¨® hace poco que s¨ª que hablaron del tema en su momento. Por su parte, Pom¨¦s s¨ª se acuerda de una "conversaci¨®n informal" con Rajoy surgida mientras hablaban del despliegue de los Mossos en Catalu?a y que transcurri¨® as¨ª:
Pom¨¦s: Mariano, han sido detenidos en un control dos t¨ªos franceses muy raros. ?Sabes t¨² algo?
Rajoy: Ni idea, Xavier.
Pom¨¦s: Bueno, pues ya se apa?ar¨¢n...
El ex conseller catal¨¢n asegura que ¨¦l se "desentendi¨® del tema" pensando que ser¨ªa una actuaci¨®n no oficial de alg¨²n servicio franc¨¦s. "Nadie me llam¨® despu¨¦s para interceder por los dos detenidos", asevera.
Causa extra?eza la desmemoria y el aparente desinter¨¦s de muchas de las personas que de una forma u otra se vieron implicadas en este oscuro incidente.
Sin embargo, el 12 de octubre de 2002, un general franc¨¦s aprovech¨® la conmemoraci¨®n del desfile de las Fuerzas Armadas en Madrid para acercarse a las autoridades espa?olas y hablarles del espinoso asunto que pod¨ªa enturbiar las relaciones entre ambos pa¨ªses y su buena colaboraci¨®n en la lucha contra ETA, seg¨²n una fuente judicial que pide el anonimato. Ese misterioso general insisti¨® una vez m¨¢s en la solicitud de libertad para los dos agentes encarcelados.
S¨®lo cuatro d¨ªas despu¨¦s, el 16 de octubre de 2002, el jefe de gabinete de la ministra de Defensa, Mich¨¨le Alliot-Marie, envi¨® a Rondot a Espa?a. "General, me parece necesario que usted mantenga una reuni¨®n personalmente con el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a
para ver en qu¨¦ situaci¨®n est¨¢ la causa judicial. Ser¨ªa deseable que vaya lo antes posible, es decir, ma?ana mismo".
Rondot se present¨® ante Mena acompa?ado de un teniente coronel de la Guardia Civil. Se identific¨® con su nombre y pidi¨® la liberaci¨®n de Piazzole, empe?ando su palabra de honor en que ¨¦ste comparecer¨ªa ante la justicia espa?ola cuando fuese requerido. "No recuerdo el nombre del general. S¨®lo que era un hombre con el pelo canoso y vestido con un traje de rayas", dice el ex fiscal jefe de Catalu?a.
"El general hizo una declaraci¨®n oficial ante m¨ª afirmando que el detenido era un funcionario franc¨¦s que estaba realizando bajo sus ¨®rdenes un ejercicio de simulaci¨®n. Ante esa garant¨ªa institucional, yo cambi¨¦ de criterio y curs¨¦ un escrito al juzgado a favor de la puesta en libertad", rememora Mena. ?ste recuerda que le sorprendi¨® que el general le hablara s¨®lo de Piazzole y que cuando ¨¦l le hizo notar ese detalle, Rondot exclam¨®: "?Ah! ?Hay un segundo detenido? Yo cre¨ª que estaba muerto...".
El abogado Fernando Rodr¨ªguez, de 42 a?os, asisti¨® a Karima, la esposa de Chaouati, y posteriormente se hizo cargo de la defensa de ¨¦ste. "El general Rondot vino a hablar con el fiscal Mena y ¨¦ste orden¨® a la Audiencia Provincial que los pusieran en libertad. La Secci¨®n V de la Audiencia tom¨® esa decisi¨®n ante un escrito de Mena. El escrito del fiscal era de tres l¨ªneas y dec¨ªa algo as¨ª como que 'ha comparecido ante m¨ª el general Rondot, general franc¨¦s, y me ha comunicado que Christian Piazzole trabaja para la polic¨ªa francesa... por lo que se pide su libertad provisional...'. El escrito se refer¨ªa s¨®lo a Piazzole, no citaba a mi cliente" (Chaouati).
Los magistrados Elena Guindulain, Augusto Morales y Jos¨¦ Mar¨ªa Assalit, ante la "fundada solicitud" de Mena, ordenaron el 18 de octubre la excarcelaci¨®n de Piazzole y Chaouati. Y ambos recuperaron la libertad pocas horas despu¨¦s de que el general Rondot se viese con Mena. El letrado Rodr¨ªguez lo recuerda bien, pese al tiempo transcurrido: "Me llamaron de la Audiencia dici¨¦ndome que iban a poner en libertad a mi cliente y me fui a la c¨¢rcel Modelo. La secretaria judicial primero fue a la prisi¨®n donde estaba Piazzole y luego a la de mi cliente. Recuerdo a esta funcionaria all¨ª sentada esperando a que trajeran a mi cliente para notificarle su puesta en libertad. Me pareci¨® una escena muy rara. Nunca hab¨ªa visto a una secretaria judicial notificando una puesta en libertad". ?sta suspendi¨® un juicio para ocuparse de poner en libertad a ambos, seg¨²n fuentes judiciales.
"Del escrito de Mena y de la intermediaci¨®n de Rondot me enter¨¦ despu¨¦s de que pusieran en libertad a mi cliente y cuando consult¨¦ todo el expediente. Hasta entonces, el abogado de Piazzole y yo s¨®lo sab¨ªamos de la visita de un guardia civil y un comisario franc¨¦s a los mossos, pero eso fue al principio. La visita del general fue al final", a?ade el letrado.
"Xavier, el abogado de Piazzole, me dijo: 'a ¨¦ste ¨¦chale un galgo', refiri¨¦ndose a su defendido. Se van a Francia y ma?ana son otras personas distintas", prosigue el abogado. "Mi cliente estaba exultante y emocionado cuando le comunicaron la puesta en libertad. Durante los meses que estuvo en prisi¨®n lo visit¨¦ casi todos los viernes y no entend¨ªa por qu¨¦ estaba encarcelado. Insist¨ªa en que trabajaba para el Estado franc¨¦s. Al salir a la calle me hizo un regalo con el dinero que ten¨ªa. No le cobr¨¦ nada".
El abogado recogi¨® a Chaouati y lo llev¨® en su coche a casa de un familiar, un argelino como ¨¦l, con bigote. "Se dieron dos besos. Nos despedimos y ¨¦sa fue la ¨²ltima vez que lo vi. Ese hombre no era un terrorista. No ten¨ªa la pinta ni la actitud de un criminal, ni de un asesino a sueldo. A m¨ª me dijo que era un agente en pr¨¢cticas y que trabajaba para una empresa de seguridad. Era un simple recadero que hac¨ªa toda clase de encargos. No sab¨ªa lo que hab¨ªa dentro del tubo que ten¨ªa que depositar".
Chaouati confes¨® a su defensor que estaba encantado con los trabajos que hac¨ªa y, sobre todo, con los viajes porque era "casi como hacer turismo". Rezaba todos los d¨ªas en prisi¨®n, pero ¨¦l y su mujer estaban occidentalizados y vest¨ªan como tales.
"Defend¨ª la inocencia de mi cliente y argument¨¦ que el rifle no era un arma de guerra, que admit¨ªa otros tipos de calibre. Y que actuaba bajo orden debida. Yo cre¨ª que vendr¨ªa a juicio porque en el expediente consta que recibi¨® y firm¨® la citaci¨®n judicial. Su direcci¨®n en Marsella deb¨ªa ser correcta. En cambio, Piazzole nunca recibi¨® la citaci¨®n", se?ala el abogado.
Piazzole y Chaouati quedaron en libertad, pero las autoridades francesas lucharon durante todo el a?o 2003 por conseguir que se cerrase el sumario abierto en Manresa (Barcelona).
"El ministro de Defensa puede hablar con su hom¨®logo espa?ol. Ejercer presi¨®n. Fiscal de Barcelona. ?Ministro de Justicia espa?ol?", escribi¨® Rondot en su cuaderno de notas. Y a?adi¨®: "No ejercer demasiada presi¨®n, ya que eso podr¨ªa dar la impresi¨®n de que hay algo oculto en este asunto". El entonces titular de Justicia, Jos¨¦ Mar¨ªa Michavila (PP), ha declarado a EL PA?S: "No me suena de nada esta historia. No recuerdo haber hecho ninguna gesti¨®n por esos detenidos. Desde luego, es un tema bastante chocante y rocambolesco".
En septiembre de 2003, Rondot convers¨® con Laurent Le Mesle, asesor de justicia del presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, para saber m¨¢s sobre las intenciones de los jueces espa?oles, seg¨²n el diario franc¨¦s Lib¨¦ration. Le Mesle asegur¨® al mismo rotativo no haber hecho m¨¢s que hablar con el magistrado de enlace en Madrid para "entrar en contacto con los jueces espa?oles".
Los meses avanzaron y el proceso instruido por el juez de Manresa Ram¨®n Landa continu¨® imparable. Como los agentes no iban a comparecer a la vista oral que se intu¨ªa inminente, la DGSE tem¨ªa que la ausencia de Piazzole y Chaouati obligara a las autoridades espa?olas a emitir contra ellos una orden de busca y captura internacional. Uno de los dos detenidos necesitaba una nueva identidad. Por eso, el general Rondot anot¨® en su cuaderno: "Facilitarle una IF (DGSE) ".
A principios de 2004, la inminencia del proceso judicial provoc¨® nuevas reuniones, ya que Rondot tem¨ªa que la incomparecencia del esp¨ªa y su recadero provocara un esc¨¢ndalo en la prensa. "Seg¨²n el director de gabinete: la justicia espa?ola no da cr¨¦dito a nuestra versi¨®n: las armas eran aut¨¦nticas y el agente no sab¨ªa que se trataba de un ejercicio".
La vista oral qued¨® fijada para el 28 de enero de 2004 en la Secci¨®n V de la Audiencia de Barcelona, con la petici¨®n fiscal de siete a?os de prisi¨®n para cada uno de los procesados por dep¨®sito de armas de guerra. El tribunal esper¨® en balde la llegada de Piazzole y Chaouati. Ese mismo d¨ªa, el general Rondot anot¨®: "Operaci¨®n Alpha: probable mediatizaci¨®n con la audiencia de hoy en Barcelona". Al no comparecer a la vista, la justicia dict¨® una orden de busca y captura, que hasta hoy no ha tenido ¨¦xito.
"Nunca o¨ª hablar nada de este tema. Parece claro que esos dos hombres no ven¨ªan a nada bueno", comenta un mando de los servicios antiterroristas de la Guardia Civil. "Las armas que llevaban eran para matar. Nadie lleva un arma mort¨ªfera si no es para matar. No creo que esos hombres estuvieran haciendo un ejercicio. ?C¨®mo van a venir unos agentes franceses a hacer un simple ejercicio a Espa?a?", se pregunta hoy el fiscal Mena, quien no oculta su malestar por haber sido burlado y "enga?ado".
La Guardia Civil y el CNI aseguran que no conocen al tal Piazzole y que nunca han trabajado con ¨¦l. Eso pese a que el general Rondot se jacta en su agenda de tener amistad con estos servicios espa?oles.
?Cu¨¢l era realmente la misi¨®n de los esp¨ªas? Fuentes policiales barajan como hip¨®tesis m¨¢s factible la de atentar contra un terrorista corso, precisamente en una ¨¦poca en que se hab¨ªa recrudecido la ofensiva de los independentistas de C¨®rcega.
Otras fuentes especulan con la posibilidad de que el objetivo fuese un islamista relacionado con los atentados del 11-S en Estados Unidos. No en vano Catalu?a es uno de los territorios donde Al Qaeda y sus grupos asociados han echado ra¨ªces. Meses antes de la detenci¨®n de los dos franceses, la polic¨ªa desarticul¨® en Madrid la red de Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, un sirio nacionalizado espa?ol que captaba muyahidin para Bosnia y Afganist¨¢n y recog¨ªa dinero para la yihad global. Abu Dahdah ten¨ªa colaboradores en Catalu?a cuya identidad nunca ha sido desvelada. Mohamed Atta, el jefe del comando suicida, y Said Bahaji guardaban en su apartamento de Hamburgo (Alemania) el tel¨¦fono de Abu Dahdah. Dos meses antes del ataque contra las Torres Gemelas en Nueva York, Atta se reuni¨® en Salou (Tarragona) con Ramzi Binalshib, uno de sus hombres en Alemania, para comunicarle los nombres de los suicidas, los objetivos y la fecha del ataque.
Corsos o islamistas, Christian Piazzole, el Chacal franc¨¦s, ten¨ªa un objetivo en su punto de mira.
Las notas del cuaderno del general Rondot
Las notas manuscritas por el general Rondot en su agenda personal demuestran las gestiones que hizo para liberar a los dos detenidos y c¨®mo sus jefes pol¨ªticos estuvieron puntualmente informados de la marcha del proceso policial y judicial abierto en Espa?a.
? 4 de octubre de 2002
8.15. horas. Entrevista con Philippe Marland: Mi entrevista con Dominique de Villepin [ministro de Exteriores]:
-Est¨¢ de acuerdo con mi desplazamiento a Irak.
-Asunto Alpha se?alado (mi nota n¨²mero 314) : Ninguna objeci¨®n.
? 16 de octubre de 2002
11.00 horas
Ir sin p¨¦rdia de tiempo a Barcelona para ver al fiscal jefe
Si esto no funciona, la MD podr¨ªa ir a Madrid el viernes? Telefonear a D.Champtiaux : vamos.
Junto a estas anotaciones, hay un tarjet¨®n del jefe de Gabinete de la ministra de Defensa, que dice:
Mi general: Confirmo que me parece necesario que usted se entreviste personalmente con el fiscal jefe de Barcelona para garantizar la condici¨®n de la persona encausada.
Es deseable que esta gesti¨®n sea los m¨¢s pronto posible. Es decir, desde ma?ana.
15.00 horas
-En el despacho del jefe del gabinete
-Situaci¨®n (tel¨¦fono de D. Champtiaux)
-Decisi¨®n de Philippe Marland [jefe de gabinete de la ministra Mich¨¨lle Alliot-Marie]:
-negociar una entrevista en dos partes :
mi marcha + explicaciones. (coperaci¨®n antiterrorista franco-espa?ola).
Yo sostengo que es un ejercicio
Vuelta del M [ministro]
Expulsi¨®n del agente
PV en mi nombre : personal encargado Rens y OS en el Ministerio de Defensa. El Cesid me conoce.
Acompa?amiento: general Champtiaux y M. Fourre (pero no asisten a la entrevista).
Prevenir al Cesid y a la Guardia Civil.
La ministra de Defensa ser¨¢ informada, luz verde
Ver al general Champtiaux
18.00 horas
Asunto Alpha.
Luz verde de la ministra de Defensa y del general Bentegeat [jefe del Estado Mayor franc¨¦s] (transmitido por tel¨¦fono al general Champtiaux).
? 3 de diciembre de 2002
16.15 horas
Reuni¨®n con Philipe Marland.
Comida de DGST [servicio de vigilancia al territorio] y DGSE sobre las dificultades encontradas para llevarles a cooperar en la lucha antiterrorista.
Situaci¨®n de las operaciones CDG en los Balcanes.
Asunto Alpha. Necesidad de obtener el cierre del caso por el fiscal jefe de Barcelona. Enviarle mis saludos para agradec¨¦rselo.
No ejercer demasiadas presiones porque ser¨ªa dar la impresi¨®n de que hay algo que ocultar.
? 14 de noviembre de 2003
Asunto espa?ol (Alpha).
Opini¨®n de Laurent Le Mesle :
-No hacer nada.
-?Ver qu¨¦ eco (medi¨¢tico) tiene la audencia de Barcelona ?
H 1: Ning¨²n eco
H2: Hablar no moverse
?Posibilidad de traslado a Francia ? Arriesgado: no aceptar esta soluci¨®n.
Dejar pudrirse este asunto
Arreglar el caso del agente sin IR- Darle una IF [identidad falsa] de la DGSE
Seg¨²n el jefe de gabinete : la justicia espa?ola no se cree nuestra versi¨®n: las armas eran reales y el agente no sab¨ªa que se trataba de un ejercicio.
-Hablar con P.Brochand (director de la Direcci¨®n General de la Seguridad Exterior).
? 6 de enero de 2004
8.15 horas
Reuni¨®n con Ph. Marland. Asunto espa?ol (Alpha).
*?ltima nota DGSE n¨²mero 1552 del 31-12-03 sobre el procedimiento
-?Soluci¨®n del traslado del caso a Francia? Aceptable si Espa?a lo soluciona en audiencia de gabinete y no p¨²blica (riesgo medi¨¢tico)
Asegurarse por la parte espa?ola: orden del magistrado en Madrid + abogado.
-?Dejar pudrirse el asunto de Espa?a? Consultar al juez Fourret ese d¨ªa.
-Explicar yo mismo al fiscal jefe de Barcelona.
-?Qu¨¦ se hace DGSE para la protecci¨®n de OT y del agente? (Prioritario)
-Si se transfiere a Francia, es como reconocer que hay algo oscuro.
-Ver a P. Brochand ma?ana a las nueve.
? 21 de enero de 2004
15-16.30 horas
Reuni¨®n con Ph. Marland
-La DGSE se agita mucho : notas... -Una orden europea ejecutoria (de aqu¨ª a dos meses) en Francia.
-Riesgo de mediatizaci¨®n.
?Ver la difusi¨®n de una orden en Francia?
-Evitar la inscripci¨®n en los archivos franceses
-La suerte del agente: ?deslocalizarlo? Par¨ªs
? 28 de enero de 2004
14.45 horas
En casa de Philipe Marland.
Operaci¨®n Alpha: Probable mediatizaci¨®n con la audiencia de este d¨ªa en Barcelona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.