La temporalidad, otra vez
Trabajar menos y cobrar el paro ya es posible en Espa?a, pero choca con el alto n¨²mero de contratos temporales
Sobre el mercado laboral espa?ol siempre pesa la misma losa: la alta temporalidad. El gran peso de los contratos temporales, el 25,2% del total, se esconde casi en todos sus problemas. Ella ha permitido una destrucci¨®n de empleo sin precedentes ni temporales o geogr¨¢ficos cercanos. Para detener la sangr¨ªa del paro -ahora que vuelve a acentuarse con el oto?o- el Gobierno ha puesto sobre la mesa esta semana al kurzarbeit, una iniciativa alemana que permite combinar reducciones de jornada y cobrar el paro y que ha impedido que con una recesi¨®n econ¨®mica m¨¢s aguda que la espa?ola el empleo apenas se haya resentido.
Sin embargo, no hab¨ªa que viajar hasta Berl¨ªn para encontrar un modelo que ya existe en la norma laboral espa?ola. Lo ha advertido el l¨ªder de UGT, C¨¢ndido M¨¦ndez. La f¨®rmula germana no es exactamente igual, pero entre las tres variedades de regulaciones de empleo espa?olas que hay est¨¢ la de reducci¨®n de jornada que permite compensar la p¨¦rdida de salario con la percepci¨®n de la parte proporciona de la prestaci¨®n. Y en cambio aqu¨ª no funcionado.
Los sindicatos no quieren que la compensaci¨®n consuma prestaci¨®n
El tejido productivo espa?ol puede hacer menos efectiva la medida
?Por qu¨¦? S¨ª. Ella de nuevo: la alta temporalidad. La reducci¨®n de jornada fue un instrumento al que las empresas recurrieron asiduamente hasta mitad de los ochenta. Pero en 1984 lleg¨® la primera reforma del Estatuto de los Trabajadores. Con ella se impuls¨® la contrataci¨®n temporal para combatir el elevado paro. Desde entonces el uso de los ERE de reducci¨®n de jornada ha ido cayendo. Del total de trabajadores afectados por ERE hasta septiembre, s¨®lo un 4% han visto como se reduc¨ªa su jornada. "Con la alta temporalidad, las empresas tienen un elemento de flexibilidad m¨¢s sencillo", explica Valeriano G¨®mez, ex secretario general de Empleo y profundo conocedor del mercado laboral. La misma explicaci¨®n da Paloma L¨®pez, responsable de Empleo de CC OO.
Hay otras explicaciones para el desuso del kurzarbeit espa?ol. Un trabajador afectado por la reducci¨®n de jornada consume derechos de prestaci¨®n por desempleo, algo que no sucede en Alemania y que dificulta el acuerdo entre trabajadores y empresarios para pactar la regulaci¨®n.
Tambi¨¦n el requisito de que, al menos, la reducci¨®n del horario de trabajo sea de un tercio es un obst¨¢culo, explica Juan Antonio Sagardoy, catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo. Algo que en su opini¨®n habr¨ªa que suprimir.
Con estos mimbres, resulta evidente que si se quiere impulsar una v¨ªa de ajuste empresarial para la recesi¨®n que no se cebe con el empleo (CC OO calcula que en Alemania se ha evitado la destrucci¨®n de 430.000 puestos de trabajo y en Espa?a el impacto podr¨ªa ser mayor) hay que hacer cambios en la norma espa?ola. El Gobierno, como ha adelantado el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, pretende que ¨¦ste sea el primer punto a tratar en el di¨¢logo social. De hecho, el titular de Trabajo y la de Econom¨ªa, Elena Salgado, ya han llamado por tel¨¦fono a alg¨²n responsable sindical para tratar el tema.
La respuesta que han encontrado ha sido comprensiva. No en vano, en esta ocasi¨®n el primer paso lo dio el l¨ªder de CC OO, Ignacio Fern¨¢ndez Toxo, en el programa de TVE Tengo una pregunta para usted. Pero no por ello han renunciado a marcar su posici¨®n.
UGT ha reclamado que sea una medida "nueva y coyuntural" que no est¨¦ ligada a las regulaciones de empleo. Su secretario de Acci¨®n Sindical, Toni Ferrer, ya hace una propuesta concreta: que los trabajadores afectados no pierdan derechos de prestaci¨®n.
En la misma l¨ªnea apunta CC OO. L¨®pez dice que deber¨ªa buscarse una f¨®rmula que permita el ajuste horario en lugar del habitual recurso al despido individual, el grueso de las extinciones de contrato en Espa?a.
En la otra orilla, la empresarial, de momento no hay respuesta, al menos desde la gran patronal, CEOE. S¨ª que ha reaccionado la asociaci¨®n de las grandes empresas de trabajo temporal, Agett. Su presidente, Francisco Aranda, que ve la propuesta como positiva, advierte de que el resultado alem¨¢n no tiene porque repetirse en Espa?a, por mucho impulso que pretendan darse al kurzarbeit.
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