"Si estamos desunidos, nos volvemos irrelevantes"
Robert Cooper aparc¨® en 2002 su carrera en la diplomacia brit¨¢nica para asumir la direcci¨®n de Exteriores y Defensa del Consejo Europeo. Ha sido uno de los art¨ªfices de la pol¨ªtica exterior de la UE y mano derecha de Javier Solana. S¨®lido intelectual y peso pesado en el debate europeo, ha participado en Madrid en una reuni¨®n del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Pregunta. ?Impulsar¨¢ el Tratado de Lisboa una pol¨ªtica exterior europea real?
Respuesta. No es cierto que no tengamos una pol¨ªtica exterior... De acuerdo, no tenemos una sola pol¨ªtica en muchos sitios, pero en otras ¨¢reas la UE trabaja unida. En los Balcanes, salvo Kosovo, no hay estrategias nacionales. En Oriente Pr¨®ximo hay consenso en el apoyo a la creaci¨®n de dos Estados. Lisboa no va a cambiar las cosas de la noche a la ma?ana, pero dar¨¢ un rostro visible a Europa. En la ¨²ltima d¨¦cada, Javier Solana y la comisi¨®n de Pol¨ªtica Europea de Seguridad y Defensa (PESD) han acrecentado el impacto de Europa, a pesar de que no hab¨ªa una sola voz. Ahora la habr¨¢, as¨ª que la respuesta a la pregunta de Kissinger sobre qui¨¦n responde al tel¨¦fono en Europa est¨¢ m¨¢s clara. La PESD facilit¨® la unidad en la acci¨®n, aunque no hubiera unidad de criterio. Hacer cosas colectivamente (por ejemplo, desplegar soldados) nos obliga a estar unidos. Lisboa crea un servicio diplom¨¢tico ¨²nico que nos obligar¨¢ a actuar juntos.
"Tenemos que demostrar que podemos ser eficaces en nuestro vecindario"
P. ?No es demasiado ambicioso aspirar a una pol¨ªtica exterior com¨²n?
R. No. Ya tenemos una. La pregunta es si ser¨¢ ¨²nica. En tanto haya gobiernos nacionales habr¨¢ visiones distintas, pero no hay nada malo en el pluralismo. En EE UU, los debates sobre pol¨ªtica exterior a veces llegan a una conclusi¨®n porque el presidente toma una decisi¨®n. En Europa, el debate a veces no tiene conclusi¨®n. Dicho esto, lo podemos hacer mucho mejor.
P. Usted dice que el mundo no necesita otra gran potencia al estilo decimon¨®nico. ?C¨®mo ve el papel de Europa en un mundo marcado por el G-2 (EE UU y China)?
R. Habr¨ªa que saber en qu¨¦ consiste el poder en el mundo actual. Las dificultades de EE UU en Irak llevan a preguntarse cu¨¢n ¨²til es hoy el poder¨ªo militar. China tiene suficientes reservas de d¨®lares como para amenazar el poder financiero norteamericano. Definir el poder es m¨¢s complejo que antes. ?Es un juego de suma-cero? ?Existe realmente el G-2? Creo que, a largo plazo, el poder m¨¢s importante es el poder del ejemplo. Jap¨®n ha demostrado que un pa¨ªs no europeo puede industrializarse, y todo el mundo en Asia lo ha imitado. Tambi¨¦n Europa tiene gran influencia: muchos pa¨ªses nos quieren imitar y otros desean incorporarse a la UE. A nivel estrat¨¦gico, eso nos convierte en una potencia.
P. ?Qu¨¦ prioridades debe tener la pol¨ªtica exterior europea?
R. Lo primero, la vecindad: los Balcanes y el Mediterr¨¢neo. La segunda prioridad es una mayor capacidad de intervenci¨®n en regiones en crisis, fortaleciendo los medios civiles y militares. El ¨¦xito en esas dos ¨¢reas facilitar¨¢ la tercera prioridad: las relaciones con las potencias (EE UU, China, Rusia, Brasil). Si queremos que nos tomen en serio, tenemos que demostrar que podemos ser eficaces en nuestro vecindario.
P. ?C¨®mo construy¨® Solana su mandato, sin los instrumentos que ofrece Lisboa?
R. A base de acci¨®n. El tratado es bueno, pero hay que dar vida a esas estructuras, y eso se hace afrontando los problemas y construyendo consensos. Lo impresionante es c¨®mo Solana convirti¨® al Alto Representante en el foco de la diplomacia europea. ?l cre¨® el cargo. Su sucesor parte de una posici¨®n m¨¢s fuerte, pero tampoco lo tendr¨¢ f¨¢cil. Si estamos desunidos, nos volvemos irrelevantes, pero en pol¨ªtica exterior el fracaso es normal: lo raro es el ¨¦xito.
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