Sensatez
?ltimamente, quiz¨¢ por efecto del estr¨¦s social causado por la crisis, en este pa¨ªs se est¨¢ perdiendo la sensatez. He aqu¨ª algunas an¨¦cdotas indicativas. El portavoz del episcopado acusa de herejes a excomulgar, como si violasen alg¨²n dogma de fe, a los legisladores que van a reformar la actual penalizaci¨®n del aborto, dada su grave inseguridad jur¨ªdica. La Universidad de A Coru?a, que no imparte la asignatura de Geolog¨ªa, se ha gastado un mill¨®n de euros en un instrumento geol¨®gico a cuyo ¨²nico usuario le vence su contrato de becario. La nueva ley de financiaci¨®n auton¨®mica ha sido aprobada gracias al voto favorable de dos representantes de un territorio foral en el que no se puede aplicar. Ante los graves esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que desacreditan al PP, su l¨ªder proclama su flem¨¢tica indiferencia como si aquello no fuera de su incumbencia. El Ayuntamiento de Madrid present¨® su candidatura a los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016 a sabiendas de que no pod¨ªa ganar. El ¨²ltimo premio Pr¨ªncipe de Asturias de Ciencias Sociales le ha sido otorgado a un divulgador de las ciencias naturales...
Es hora de una reforma laboral para crear dos millones de empleos
Y as¨ª podr¨ªamos seguir, acumulando perlas semejantes. Pero como broche de oro s¨®lo se?alar¨¦ otros dos ejemplos extremos de falta de sensatez. El PP se propone solicitar la anulaci¨®n de los procesos incoados sobre la base de escuchas obtenidas mediante el sistema Sitel, que ¨¦l mismo adopt¨® cuando ocupaba el poder, pero que hoy juzga inconstitucional. Su causa justificante es ejercer el derecho de defensa, dada su esperanza de que con ello se logre anular todos los procesos de corrupci¨®n pol¨ªtica incoados contra miembros de su partido, haciendo del caso G¨¹rtel una especie de caso Naseiro bis. Pero si triunfase su prop¨®sito, tambi¨¦n se anular¨ªan otros muchos procesos penales, otorgando una inmerecida impunidad a los criminales y poniendo en muy grave peligro no s¨®lo la lucha antiterrorista sino tambi¨¦n la lucha anticorrupci¨®n, cuya fiscal¨ªa contra el fraude est¨¢ obteniendo tantos y tan buenos resultados gracias al sistema Sitel.
Y en el otro bando pol¨ªtico, la ¨²ltima muestra de falta de sensatez ha sido la crisis del atunero Alakrana, provocada por la grave imprudencia cometida tras la captura de dos piratas por la fragata Canarias. Entonces el Gobierno decidi¨® traerlos a Espa?a para su entrega a la justicia, lo que no pod¨ªa menos que bloquear las negociaciones para liberar a sus rehenes, como en efecto ha ocurrido. Toda persona sensata sabe que no se puede nadar y guardar la ropa. Y ante dos opciones contradictorias, como las que se le abr¨ªan al Gobierno (hacer justicia o liberar a los rehenes), lo m¨¢s sensato es elegir pragm¨¢ticamente el mal menor. Pero lo que no se puede hacer, porque es una muestra de irresponsabilidad, es tratar de hacer las dos cosas a la vez (como los ni?os que lo quieren todo y ahora). Veremos ahora c¨®mo acaba la cosa.
?Tenemos derecho a esperar de nuestros gobernantes mayores pruebas de sensatez? Conced¨¢mosles un nuevo voto de confianza, y esperemos que sea as¨ª. Ahora se les abre un nuevo campo de pruebas para demostrarlo, y adem¨¢s de importancia crucial. Me refiero a la reapertura del di¨¢logo social tripartito, tras el reciente acuerdo entre patronal y sindicatos sobre la negociaci¨®n colectiva. Solventado ese obst¨¢culo, y tras la aprobaci¨®n por el Congreso de los pr¨®ximos Presupuestos y la nueva financiaci¨®n auton¨®mica, ahora el Gobierno ya puede concentrarse de lleno en la lucha contra la crisis, el paro y el d¨¦ficit, procediendo a plantear a los interlocutores sociales las reformas estructurales necesarias para establecer un nuevo modelo productivo de econom¨ªa sostenible: el gran objetivo estrat¨¦gico que propuso solemnemente como salida de la crisis en el ¨²ltimo debate sobre el estado de la naci¨®n. ?Sabr¨¢ hacerlo con sensatez y responsabilidad?
Hasta ahora no ha sido as¨ª. Al comienzo, se empe?¨® en negar la evidencia de la crisis, perdiendo con ello una credibilidad que no le sobra precisamente. Y despu¨¦s se ha limitado a poner pa?os calientes, a la espera de que las cosas mejoren por s¨ª mismas. Pero ya no se puede seguir as¨ª. Si dejamos que el tiempo pudra el problema, volveremos a las mismas andadas especulativas e inmobiliarias dentro de cinco a?os. Y mientras tanto seguir¨¢n pagando el precio de la crisis los de siempre: los desempleados. Por eso, ya es hora de hacer algo: una reforma laboral capaz de crear dos millones de empleos (¨²nica forma de enjugar el d¨¦ficit estructural) en los pr¨®ximos a?os. Pero una reforma laboral verdaderamente eficaz, y no s¨®lo el nuevo ERE a la alemana (Kurzarbeit) que se va a adoptar para cubrir el expediente. ?Tendr¨¢ el Gobierno sensatez suficiente para cumplir con su deber?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.