Rendici¨®n anticipada

Antes incluso del encuentro hoy en Pek¨ªn entre Barack Obama y el presidente chino Hu Jintao, ambas potencias han hecho saber al mundo que no podr¨¢n llegar a un acuerdo sobre reducciones de gases de efecto invernadero en la reuni¨®n de Copenhague, que se abre el 7 de diciembre y cuyo objetivo era sentar las bases de un acuerdo pos-Kioto con compromisos cuantificables en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Mala noticia cuando los efectos del recalentamiento atmosf¨¦rico se medir¨¢n en hambrunas en amplias regiones del globo en los pr¨®ximos a?os, como est¨¢ advirtiendo estos d¨ªas la FAO. Porque Estados Unidos y China, pese a sus diferentes circunstancias, son los dos pa¨ªses m¨¢s contaminantes del planeta. Sin su firme voluntad pol¨ªtica, ning¨²n acuerdo sustancial es posible y, en consecuencia, crecen las probabilidades de un largo punto muerto en un tema tan crucial.

Estados Unidos, que ya se desmarc¨® del protocolo de Kioto, ha seguido aumentando sus emisiones durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. A pesar de las prioridades reiteradamente proclamadas por Obama, el presidente est¨¢ pr¨¢cticamente prisionero de un Congreso con grandes dependencias locales y reacio a aprobar legislaci¨®n rigurosa sobre la materia. El Senado todav¨ªa no se ha puesto de acuerdo en las reducciones de di¨®xido de carbono, aunque sus l¨ªmites sean menos ambiciosos que los planteados por la Uni¨®n Europea. Pek¨ªn, el espejo en que se miran otras grandes econom¨ªas emergentes, ha mostrado a desgana su disposici¨®n a cumplir con objetivos de limitaci¨®n, siempre sobre la base de que Washington aceptara la parte de compromiso que le corresponde.

Los cient¨ªficos han llegado a la casi un¨¢nime conclusi¨®n de que la utilizaci¨®n de los combustibles f¨®siles para producir energ¨ªa es la fuente de un aumento sin precedentes en millones de a?os de historia de la Tierra de la concentraci¨®n de CO2 en la atm¨®sfera, y que este aumento venenoso tendr¨¢ consecuencias graves. Si se aplicaran las medidas m¨¢s rigurosas que se han venido enunciando a lo largo de los ¨²ltimos a?os, algo ut¨®pico hoy y ya descartado en Copenhague, a¨²n estar¨ªamos abocados a una subida de la temperatura media del planeta de serias consecuencias. Pero ser¨¢n mucho m¨¢s graves si se mantiene la mezcla de ret¨®rica y falta de voluntad pol¨ªtica actual.