La sanidad as¨ª no es sostenible
Los espa?oles van demasiado al m¨¦dico - El uso innecesario, la descoordinaci¨®n interna y el envejecimiento amenazan el futuro del sistema p¨²blico - Un estudio plantea cobrar a los usuarios
Ir al m¨¦dico para recoger una receta. Para renovar una baja. O porque en la anterior consulta se nos quedaron unas cuantas cosas que decir. Los espa?oles visitan al m¨¦dico ocho veces al a?o de media. Un 40% m¨¢s que el promedio de la Uni¨®n Europea. El sistema sanitario espa?ol ha ganado prestigio por sus niveles de gratuidad y asistencia universal. Pero todos los a?os consume m¨¢s recursos de los previstos. A pesar de que su coste es de los cuatro m¨¢s bajos de la UE en t¨¦rminos de proporci¨®n del PIB, tiene un gran problema: un d¨¦ficit acumulado (entre 2003 y 2007) de unos 11.000 millones de euros. Un agujero que los expertos auguran que aumentar¨¢. Algunos sostienen que el sistema sanitario tal y como lo conocemos no puede durar.
Un informe presentado por la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (Fedea) y la consultora McKinsey asegura que el d¨¦ficit sanitario -la desviaci¨®n entre gastos previstos y reales, y que acaba en su mayor parte en la deuda de las autonom¨ªas- puede superar en 2020 los 50.000 millones de euros. Los analistas de estas dos entidades hacen una proyecci¨®n de los presupuestos en Sanidad para ese a?o y calculan cu¨¢nto ser¨ªa el gasto sanitario. Las cuentas son escalofriantes. "Las comunidades gastan m¨¢s de lo que tienen presupuestado", apunta como explicaci¨®n Mar¨ªa del Mar Mart¨ªnez, socia de McKinsey y una de las personas que ha elaborado el informe Impulsar el cambio es posible en el sistema sanitario. Un d¨¦ficit que a?o tras a?o se cronifica y va arrastrando en la mochila otros problemas como el retraso del pago a los proveedores sanitarios.
A esto hay que sumarle otro ingrediente ineludible, el envejecimiento de la poblaci¨®n. En diez a?os, uno de cada cinco espa?oles tendr¨¢ m¨¢s de 65 a?os. Esto significa que 10 millones de personas tendr¨¢n un coste sanitario entre 4 y 12 veces mayor que el del resto de la poblaci¨®n. "Los enfermos cr¨®nicos tambi¨¦n ser¨¢n m¨¢s y se incrementar¨¢ el gasto sanitario", a?ade Mart¨ªnez.
"Con este esquema actual, el sistema sanitario tal y como lo conocemos es insostenible", opina el director ejecutivo de Fedea, Pablo V¨¢zquez. "Si no se introducen reformas, en una d¨¦cada cada espa?ol deber¨¢ trabajar al menos 30 d¨ªas al a?o para atender el coste del sistema sanitario p¨²blico. Adem¨¢s, m¨¢s del 50% del gasto p¨²blico de las comunidades tendr¨¢ que ir a la sanidad", dicen. El porcentaje ahora ronda el 35%.
Hace unos d¨ªas la Comis¨®n Europea daba un toque de atenci¨®n a Espa?a para que controlase su desbocado d¨¦ficit presupuestario. Este pa¨ªs deber¨ªa, dijeron, entre otras cosas, emprender reformas de calado en el sistema sanitario y de pensiones. Una f¨®rmula para controlar el gasto. Y una reforma que los expertos llevan a?os proponiendo. V¨¢zquez lo tiene claro: a este ritmo el sistema sanitario espa?ol est¨¢ en riesgo. La soluci¨®n, sin embargo, es compleja. ?Por d¨®nde ha de llegarle a la sanidad p¨²blica la tabla de salvaci¨®n?
Y como cada vez que se habla de sostenibilidad de la sanidad y de d¨¦ficit, surgen los mismos fantasmas: la necesidad de m¨¢s financiaci¨®n y la sombra del llamado copago. Todos parecen compartir la opini¨®n de que m¨¢s financiaci¨®n hace falta. "Lo que necesita el sistema es, entre otras cosas, una inyecci¨®n de dinero", argumenta Marciano S¨¢nchez-Bayle, presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica. Una soluci¨®n que, para Ram¨®n Forn, socio director de McKinsey y otro de los autores del estudio, es "s¨®lo un parche". "?nicamente con m¨¢s presupuesto para sanidad no valdr¨ªa para solucionar los problemas a largo plazo", sostiene. Su informe plantea cuatro soluciones, una de ellas la del famoso copago, tambi¨¦n llamado ticket moderador. Una tasa fija y baja por cada visita al m¨¦dico con reducciones para las rentas m¨¢s bajas y para los enfermos cr¨®nicos. Una medida, dicen, que no pretende ser recaudatoria sino "disuasoria". Acudir a urgencias, donde una de cada tres visitas se considera innecesaria, ser¨ªa m¨¢s caro.
La f¨®rmula no es nueva. Ya se aplica en pa¨ªses como Francia, Portugal, Italia o Suecia. "En algunos de ellos el tique moderador ha conseguido reducir la demanda asistencial entre un 5% y un 15%", sostiene Mar¨ªa del Mar Mart¨ªnez. Tampoco es la primera vez que se plantea que Espa?a adopte este modelo. El pasado mes de marzo, el Congreso rechaz¨® de plano introducir cualquier tipo de f¨®rmula de copago por parte de los pacientes. "Estas medidas afectan a la universalidad y la equidad de la salud p¨²blica", concluy¨® el Congreso. Planes de algunas autonom¨ªas como Catalu?a para ensayar f¨®rmulas de este tipo quedaron aparcadas.
Un rechazo que comparte Albert Jovell, presidente del Foro Espa?ol de Pacientes. Jovell, adem¨¢s de presidir esta organizaci¨®n, es tambi¨¦n m¨¦dico. Conoce, por tanto, la realidad desde los dos lados de la mesa de la consulta. "El problema de lo que algunos llaman sobreuso de la sanidad, el hecho de que algunos pacientes vayan tantas veces a los centros de salud es un problema que viene directamente provocado por el propio sistema. Hay una gran falta de comunicaci¨®n entre la atenci¨®n primaria y la especializada, muchas veces se duplican las pruebas que se piden. Tambi¨¦n el poco tiempo que se tiene con cada paciente lleva a que se le vuelva a citar para la semana que viene para tener otros siete minutos con ¨¦l y volver a estudiar su caso", diagnostica. "Deber¨ªa haber un cambio desde esa base y lograr que las visitas que se consuman fueran s¨®lo las necesarias".
"La gente no va al m¨¦dico por placer. La atenci¨®n m¨¦dica no es cara, lo que es caro es lo que luego el m¨¦dico puede decidir, por ejemplo, las pruebas", dice Jos¨¦ Manuel Freire, director de la Escuela Nacional de Sanidad. Y alude a los datos que muestran que el coste de la sanidad espa?ola es de los m¨¢s bajos de Europa. Freire rechaza adem¨¢s radicalmente cualquier sistema de tique moderador. "No es equitativo, afecta m¨¢s a los que menos tienen e introduce barreras econ¨®micas al acceso a los servicios sanitarios. "Adem¨¢s, no hay evidencia emp¨ªrica alguna de que ese copago simb¨®lico cree una conciencia que evite el exceso de uso de la sanidad. Sin contar con que lo que para unos es un gasto simb¨®lico para otros es importante", dice.
S¨¢nchez-Bayle a?ade un punto interesante: "El copago terminar¨ªa con muchas consultas preventivas que son necesarias porque muchos no ir¨ªan al m¨¦dico para ahorrarse el precio".
Manel Peiro, responsable del ¨¢rea de gesti¨®n sanitaria de la escuela de negocios Esade, s¨ª ve la utilidad de la medida del tique sanitario. "De la UE, Espa?a es el pa¨ªs con frecuencia m¨¢s alta de visitas al m¨¦dico. En la OCDE, los que m¨¢s f¨¢rmacos utilizan son Francia y Espa?a. El sistema de introducir alg¨²n tipo de copago deber¨ªa probarse", dice. Y va m¨¢s all¨¢. "Una manera de contribuir a la financiaci¨®n es apoyarse en seguros privados para prestaciones que no est¨¦n incluidas en el sistema nacional de salud. Deber¨ªamos plantearnos que no todo est¨¦ incluido", argumenta.
El tique moderador divide a los expertos. Pero lo que todos tienen claro es que el sistema necesita reformas. Una revisi¨®n del copago de los f¨¢rmacos y la introducci¨®n de una mayor utilizaci¨®n de gen¨¦ricos, por ejemplo, reducir¨ªan el incesante gasto sanitario. "El sistema actual es injusto. No paga m¨¢s quien m¨¢s tiene, algunos pensionistas ganan m¨¢s que muchos activos, por ejemplo. De haber un copago en los medicamentos deber¨ªa estar basado en criterios de necesidad-efectividad terap¨¦utica. Los medicamento vitales necesarios deber¨ªan ser gratis para todos", opina Freire.
El informe de Fedea y McKinsey no s¨®lo se queda ah¨ª. Plantea otras medidas como la elaboraci¨®n de un ranking de centros sanitarios nacionales para garantizar la transparencia de su funcionamiento y as¨ª conocer su calidad y el servicio que prestan; o analizar que todas las mejoras tecnol¨®gicas que se introducen en el sistema compensan econ¨®micamente y en efectividad. Adem¨¢s proponen que se fomente la autonom¨ªa de gesti¨®n para los centros sanitarios. "Algo parecido a trabajar por objetivos, no s¨®lo financieros, tambi¨¦n de calidad o de servicios. Darles autonom¨ªa para que gestionen su presupuesto, para cumplir esos objetivos y para que el super¨¢vit que consigan revierta en mejoras tecnol¨®gicas y m¨¢s investigaci¨®n para sus propios centros", explica Mar¨ªa del Mar Mart¨ªnez. Un sistema que ya usan pa¨ªses como Noruega o Alemania, pero que a S¨¢nchez-Bayle no le convence. "Que se premie a los centros con m¨¢s calidad es estupendo, pero hay que saber c¨®mo se controla esto y que en el control est¨¦n implicados los profesionales, la administraci¨®n y los ciudadanos".
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