Marionetas con alma surafricana

La Handspring Puppet Company, due?a de un lenguaje que le permite hacer teatro contempor¨¢neo ideol¨®gicamente comprometido con una gran sensibilidad, ha vuelto a sus ra¨ªces. Ha vuelto a lo esencial para mostrar la realidad de su pa¨ªs, Sur¨¢frica, en los a?os cincuenta en pleno auge del apartheid. La compa?¨ªa mezcla actores, marionetas, m¨²sica y proyecciones en Woyzeck en lo alto de la colina, una producci¨®n basada en la obra del escritor alem¨¢n Georg B¨¹chner que podr¨¢ verse hoy y ma?ana en el Teatro Central de Sevilla.

En el obra de B¨¹chner el protagonista es un soldado alem¨¢n de 1800 en lucha contra una sociedad insensible que termina por destruirlo; mientras que en la versi¨®n de la compa?¨ªa sudafricana, que se estren¨® en 1992 y que han repuesto el pasado a?o, Woyzeck es un criado negro en el Johannesburgo de 1956. El montaje fue la primera colaboraci¨®n entre la Handspring Puppet y el artista visual y director de cine William Kentridge.

La obra, dirigida por Kentridge, llega al Teatro Central de Sevilla

"Desde que hicimos Woyzeck hemos ido evolucionando y complicando cada vez m¨¢s nuestros trabajos. Tanto que creo que llegamos a un punto en el que ¨¦ramos demasiado extravagantes. Volver a Woyzeck ha supuesto recuperar la simplicidad y la verdad teatral del principio", aclar¨® ayer en Sevilla el actor y manipulador Mncedisi Shabangu.

"Desde el principio, la compa?¨ªa tuvo que buscar textos cl¨¢sicos y autores extranjeros para poder acercarlos a la realidad de Sud¨¢frica y hacer una cr¨ªtica del apartheid. Era la ¨²nica forma que ten¨ªamos de sobrevivir hasta 1994 -fecha en que se derog¨® la ley que separaba a la poblaci¨®n blanca de la negra-. Si hubi¨¦semos hecho un texto de un pol¨¦mico de un autor sudafricano lo podr¨ªamos haber estrenado en el extranjero, pero en cuanto hubi¨¦semos vuelto a casa la polic¨ªa nos hubiese estado esperando en el aeropuerto para detenernos", recuerda Mncedisi Shabangu.

La compa?¨ªa, creada en 1981 por Basil Jones y Adrian Kohler, tuvo su primer ¨¦xito internacional en 1991 con Starbrites y, desde entonces, se la rifan en los mejores festivales internacionales y en los teatros de todo el mundo. Trabajos como Fausto en ?frica, que pudo verse en el Central en 1996, Il ritorno d'Ulisse, una versi¨®n de la ¨®pera de Monteverdi realizada en colaboraci¨®n con La Monnaie (B¨¦lgica), o su colaboraci¨®n en War horses, una super-producci¨®n del West End londinense basada en la obra de Michael Morpurgo, han elevado a la Handspring Puppet a los altares del teatro contempor¨¢neo.

"El trabajo de la compa?¨ªa ha servido para situar a Sud¨¢frica, desde el punto de vista teatral, a un alto nivel internacional", apuntaba Hamilton Dhalamini, quien encarna a Woyzeck, un hombre "que se siente desplazado".

"Muy pocas veces podemos asistir a un espect¨¢culo en el que el manipulador y la marioneta se funden en un mismo personaje y muestran las mismas emociones", explica Manuel Llanes, coordinador del Central, quien habla de teatro con "T may¨²scula" para referirse al trabajo de la compa?¨ªa.

En el escenario podr¨¢ verse a los actores manipulando a las marionetas y las proyecciones de William Kentridge que desvelan los sentimientos del protagonista. "Nos sincronizamos tanto con la marioneta que es como si fu¨¦semos un alma", a?ade