El Madrid tiene una joya
Con un gran Velickovic, el conjunto de Messina doblega a un limitado Joventut
Dos cuartos y medio. Eso fue lo que le dur¨® el Joventut al Real Madrid. Una nueva victoria, la octava madridista, que cay¨® por su propio peso, sin grandes alardes ni rupturas abruptas, sino como l¨®gica consecuencia de la distancia que separa actualmente a ambos equipos.
El Madrid juega con diez jugadores ¨²tiles (y est¨¢ a la espera de otro dos) mientras que el DKV no va m¨¢s all¨¢ de los 6-7.
A partir de ah¨ª, y sin entrar en cuestiones de calidad, el f¨ªsico empieza a convertirse en un factor clave. Mientras el Madrid, una vez que se le pas¨® la torrija del primer cuarto (17-20), fue progresivamente apretando las clavijas defensivas y ya no baj¨® sus revoluciones, al Joventut no le daba para tanto.
REAL MADRID 84 - DKV JOVENTUT 70
Real Madrid: Prigioni (7), Bullock (2), Hansen (9), Garbajosa (4) y Lavrinovic (9) -quinteto inicial-, Kaukenas (8), Velickovic (29), Llull (16) y Vidal.
DKV Joventut: Valters (3), Tucker (27), Koffi (14), Tripkovic (11) y Hern¨¢ndez-Sonseca (2) -quinteto inicial-; Fern¨¢ndez (6), Bogdanovic (3), Bueno, Jelinek (4), Norel y Tomas.
?rbitros: Xavier Amor¨®s, Vicente Bult¨® y Castillo. Eliminado Valters por faltas personales.
Buena entrada en el Palacio Vistalegre.
El serbio cuenta con un f¨ªsico ideal, t¨¦cnica a raudales y tiro desde cualquier posici¨®n
Sal¨ªan y entraban los jugadores blancos para mantener esa frescura y all¨ª segu¨ªan los Tucker, Triptovic o Bodganovic, sin mucho recambio y exigidos al m¨¢ximo, sobre todo Tucker, que, aun as¨ª, demostr¨® que es un diablo de tirador. Pero no encontr¨® la ayuda necesaria y, achuchado por Hansen, Llull, Kaukenas, Prigioni o Vidal, pas¨® por fases de improductividad que lastraron a su equipo.
No es de extra?ar que, llegado el momento de la debilidad, fueran Llull y Velickovic, los m¨¢s j¨®venes y lozanos, los encargados de apuntillar a los verdinegros. A Llull ya le conocemos y sabemos de la onda expansiva de sus explosiones de fuerza y arrojo. Lo de Velickovic es otra cosa.
Casi todos los jugadores fichados por Messina para este Real Madrid tan ilusionante poseen un perfil parecido. Son gente contrastada, con m¨¢s a?os de carrera por detr¨¢s que por delante, curtidos en muchas batallas y lo suficientemente vers¨¢tiles para permitir al t¨¦cnico italiano jugar de varias formas de diferentes.
Todos menos uno. Pensando sobre todo en lo fiable, Messina no se olvid¨® de inyectar algo de sangre fresca y se ha tra¨ªdo una aut¨¦ntica perla preciosa de Serbia.
Despu¨¦s de dejar detalles en todos los partidos anteriores, al Joventut le toc¨® la mala suerte de asistir a una completa demostraci¨®n de las posibilidades que su enorme talento atesora.
Velickovic lo tiene todo. Un f¨ªsico ideal, t¨¦cnica a raudales, capacidad para tirar desde cualquier posici¨®n, triples incluidos; velocidad y hasta bote, como demostr¨® en un par de contraataques en los que se atrevi¨® a llevar por el centro el bal¨®n con mucho estilo al menos hasta medio campo.
Su ¨¢rea de actividad cubre todos los recovecos de la cancha y por ello resulta dif¨ªcilmente detectable y anulable.
Haciendo da?o por dentro y por fuera, sus n¨²meros fueron superlativos (29 puntos y 13 rebotes en 29 minutos); sus canastas, de todos los colores, y su influencia en el resultado, definitiva.
No es raro que Messina le tenga bajo constante presi¨®n, pues es el que mejor sabe todo lo que puede dar de s¨ª. Al menos, hasta que dentro de dos o tres a?os se largue a la NBA.
El partido se rompi¨® a partir de la mitad del tercer cuarto (55-50), cuando se empez¨® a notar que al aseado juego del DKV le empezaba a faltar el oxigeno.
En su constante y casi anual reinvenci¨®n, el Joventut ha formado una plantilla pintona, con m¨¢s juego exterior que interior, pero a la que le cuesta maniobrar cuando el partido se pone m¨¢s industrial que de pasarela. Llull meti¨® dos triples y un mate casi consecutivos al comienzo del ¨²ltimo cuarto (68-57) y ya no hubo marcha atr¨¢s.
El DKV, sin bajar los brazos, asumi¨® su inferioridad y lo dej¨® para mejor ocasi¨®n. El Madrid termin¨® gust¨¢ndose y se fue alegre a la ducha. Por la victoria y por confirmar que Velickovic es una joya.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.