Un proletario del viol¨ªn
El italiano Massimo Spadano es concertino de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia
Cuatro cuerdas atan firmemente a Massimo Spadano (Lanciano, 1968) a A Coru?a. Son las que tiene su viol¨ªn. Desde 1994 es concertino de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia. Violinista de la tierra de los mejores instrumentos de cuerda, ha encontrado un lugar donde se siente a gusto para hacer sonar su m¨²sica. Tal vez porque la ciudad de A Coru?a es en realidad un gran instrumento de viento. Massimo Spadano no naci¨® para violinista. De familia humilde, su padre, camionero, criaba a cinco ni?os. La m¨²sica le lleg¨® por casualidad: una vecina apunt¨® a su hija a clases de piano y entonces su madre le anot¨® tambi¨¦n a ¨¦l para acompa?arla. El maestro le mir¨® las manos y dijo: "Vale". A Massimo le faltaban las ra¨ªces pero ten¨ªa buena madera.
Pensaba quedarse en A Coru?a dos a?os y ya lleva 16 en Galicia
"La Sinf¨®nica de Galicia es la mejor orquesta de Espa?a"
Es delgado y muy hablador, un aut¨¦ntico terremoto, como los que han hecho tristemente famosa su tierra natal de Los Abruzos. A trav¨¦s de an¨¦cdotas en las que apenas le da tiempo a pararse, desgrana una historia que por momentos hace recordar la de Tot¨®, aquel ni?o de la pel¨ªcula Cinema Paradiso que so?aba con proyectar pel¨ªculas y lleg¨® a director. En su caso, fue un fraile mexicano del convento de San Antonio el que le inculc¨® el amor por la m¨²sica, y un bar¨®n, Francesco Borgia, el que lo aliment¨®, convirti¨¦ndose en su protector: "Cuando ven¨ªa de Roma, tra¨ªa siempre nuevas partituras", recuerda Massimo. Entre los dos dieron alas al sue?o fant¨¢stico que el ni?o ve¨ªa surgir de los pentagramas. "A veces me saltaba las clases para ir a m¨²sica", recuerda.
En ese camino siempre tuvo el apoyo de sus padres, que nunca pusieron pegas a las profesiones elegidas por sus v¨¢stagos: "Tengo una hermana que es reportera gr¨¢fica en Kenia y otro que dise?a joyas", explica. A pesar de la dificultad de su empresa, consigui¨® entrar en el conservatorio de Pescara (Italia) y all¨ª una profesora, Eleanora Pontano, le dio el empuj¨®n final hacia la carrera. Desde los 18 a?os, fue integrante de la Joven Orquesta Europea, lo que le permiti¨® seguir aprendiendo y tambi¨¦n conocer mundo. Se fue a Utrecht, a estudiar con el concertino ruso Viktor Liberman, con el que practicaba ocho horas cada d¨ªa. Se diplom¨® tambi¨¦n en direcci¨®n de orquesta con Donato Renzetti: "Ser concertino es una ventaja para ser director de orquesta, ya que es un concepto de liderazgo que hay que transmitir a los dem¨¢s", explica.
Su pasi¨®n es la m¨²sica antigua, a la que dedica gran parte de su trabajo; investiga con instrumentos originales. Con la Camerata Anxanum, orquesta italiana de la que es miembro fundador, ha grabado numerosos vol¨²menes de m¨²sica barroca. Como concertino y solista en distintas orquestas, conoci¨® las salas m¨¢s prestigiosas del mundo.
En 1994, el director de la Sinf¨®nica de Galicia, V¨ªctor Pablo P¨¦rez, le llam¨® para entrar en la nueva formaci¨®n de concertino. Eligi¨® A Coru?a pese a tener ofertas de Lyon, Lausanne, Colonia y Madrid. No se ha arrepentido: "Pensaba quedarme dos a?os y llevo 16".
Al llegar a Galicia le sorprendi¨® el verde y la movida nocturna, aunque ahora se ha pasado a la rutina responsable del hombre de familia. Se ha atado a la ciudad con fuerza. Conoci¨® a su mujer, la soprano Mar¨ªa Jos¨¦ Moreno, en un concierto, y desde entonces comenz¨® a gustarle la ¨®pera. Tienen dos hijos que hablan espa?ol e italiano y aprenden gallego e ingl¨¦s. Han fijado residencia en Oleiros y disfrutan de la tranquilidad y los buenos servicios: "Estuve en Madrid un a?o estudiando direcci¨®n de orquesta y descubr¨ª que no se puede vivir all¨ª". De Italia no habla mucho. Si le preguntas por Berlusconi, afirma: "Es como el difunto se?or Gil". Massimo es de izquierdas, "aunque no s¨¦ por qu¨¦ mi orquesta, la Camarata Anxanum, act¨²a m¨¢s cuando gobierna la derecha". Echa de menos un l¨ªder para los suyos.
En A Coru?a se ha encontrado un buen p¨²blico: hay una gran proyecci¨®n de la orquesta y muchos abonados, casi 1.400. "Aqu¨ª viene gente joven a los conciertos, en Alemania el patio de butacas es como una marea blanca", asegura. ?l toca a gusto: "Vienen con ilusi¨®n al concierto y hay emoci¨®n en la sala". Dice que le recuerda a Viena. "Voy al mercado y me reconocen, es sorprendente". Eso es lo que atrae a los m¨²sicos extranjeros a esta formaci¨®n: entre los 85 profesionales que integran la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia se cuentan 23 nacionalidades. Y tratan de corresponder a su auditorio. "Creo que es la mejor orquesta de Espa?a", afirma Massimo.
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