Soplillo
La imagen me enterneci¨®: Enric Gonz¨¢lez, mi periodista favorito, cuyas columnas me parecen inteligentes, divertidas, provocativas y provocadoras, tiene orejas de soplillo. Hasta hace unos d¨ªas s¨®lo lo hab¨ªa visto en la foto que encabeza su columna, en la que es dif¨ªcil intuir los sobresalientes pabellones auditivos que posee el autor de los mejores p¨¢rrafos contenidos en este peri¨®dico. Era una fotograf¨ªa en la que sal¨ªa con los Pr¨ªncipes de Asturias, quienes le entregaron el Premio de Periodismo Francisco Cerecedo: all¨ª estaba Gonz¨¢lez, con una sonrisa picarona y unos espl¨¦ndidos ejemplares de oreja a cada lado de la cabeza. Parec¨ªa que se iba a echar a volar en cualquier momento.
"Echar¨¦ de menos leer por las ma?anas los art¨ªculos de Enric Gonz¨¢lez"
Digo que me enterneci¨® porque siempre es bonito compartir un rasgo con alguien a quien admiras. En mi caso, m¨¢s que orejas enormes se da un fen¨®meno m¨¢s extra?o: son grandes s¨ª, pero una est¨¢ m¨¢s salida de la otra, como si mi cabeza tuviese un intermitente que se?alara que voy a girar a la izquierda. La misma ternura me embarg¨® cuando vi fotos juveniles de George Lucas: cuando, comprob¨¦ como un adolescente con orejas de soplillo que el creador de "La guerra de las galaxias" e "Indiana Jones" hac¨ªa oposiciones para sustituir a Dumbo. Sin embargo, este parecido dej¨® de hacerme ilusi¨®n all¨¢ por finales de los 90, cuando estren¨® esa ponzo?osa segunda trilog¨ªa gal¨¢ctica.
Pero Enric Gonz¨¢lez es un tipo al que sigo admirando, porque me parece que casi siempre da en el clavo desde su columna de francotirador en las p¨¢ginas de televisi¨®n de EL PA?S. Odio la expresi¨®n "Pepito Grillo", m¨¢s que nada porque hay mucho autoproclamado "agitador de conciencias" que en realidad ni agita, ni provoca, ni nada... Pero si hay alguien que pone el dedo en la llaga en temas como la profesionalidad e independencia del periodista, ¨¦se es Gonz¨¢lez. Atenci¨®n, que esto lo digo desde el "intrusismo": no soy periodista, no soy licenciado en Periodismo, sino una firma invitada en esta publicaci¨®n. A¨²n as¨ª, como la profesi¨®n de periodista me interesa como lector y paciente (como sujeto pasivo en entrevistas o cr¨ªticas cinematogr¨¢ficas), por eso soy fan de este hombre. Porque se?ala el que para m¨ª es el gran peligro de periodismo actual. Los peri¨®dicos dependen de grandes grupos de comunicaci¨®n donde los intereses burs¨¢tiles est¨¢n por encima de la informaci¨®n.
S¨®lo hay que echar un vistazo a las p¨¢ginas de televisi¨®n de cualquier diario para darse cuenta de que los art¨ªculos no se centran en noticias de inter¨¦s sino que se tratan de publirreportajes corporativos. Un peri¨®dico que tenga intereses econ¨®micos en un canal de televisi¨®n hablar¨¢ exclusivamente de ese canal de televisi¨®n, aunque sucedan cosas m¨¢s interesantes en otras cadenas. Se les ve el plumero y ¨¦ste es s¨®lo un ejemplo.
Por todo esto me da pena que EL PA?S gane un extraordinario corresponsal en Oriente Medio (por si no lo saben, mandan a Gonz¨¢lez a Jerusal¨¦n) y este mes pierda a su mejor "opinador", ya que abandona su columna. Echar¨¦ de menos leer sus art¨ªculos por las ma?anas. Ahora que s¨¦ que tiene orejas de soplillo, los habr¨ªa le¨ªdo con m¨¢s cari?o, con mayor familiaridad.
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