El gran acelerador logra las primeras colisiones de part¨ªculas

La f¨ªsica de altas energ¨ªas est¨¢ de celebraci¨®n y con las esperanzas renovadas: el nuevo gran acelerador de part¨ªculas LHC, instalado en un t¨²nel de casi 27 kil¨®metros de circunferencia, junto a Ginebra, funciona por fin de nuevo. Ayer por la tarde se lograron las primeras colisiones de part¨ªculas, que fueron recogidas por los cuatro gigantescos detectores. "Es un gran logro haber llegado tal lejos en tan poco tiempo", declar¨® Rolf Heuer, director del Laboratorio Europeo de F¨ªsica de Part¨ªculas (CERN). "Pero tenemos que mantener el sentido de la perspectiva: todav¨ªa nos queda mucho que hacer antes de que podamos empezar el programa de f¨ªsica del LHC". Las primeras colisiones suponen un hito. El acelerador ha estado 14 meses parado por una aver¨ªa que se produjo en septiembre del a?o pasado, a los pocos d¨ªas de arrancarlo y antes de que se registrase ninguna colisi¨®n.

El pasado fin de semana se empezaron a inyectar de nuevo los haces de part¨ªculas, primero uno y luego el otro en sentido opuesto y se logr¨® mantenerlos estables. Ayer, a primera hora de la tarde, los ingenieros del acelerador enfocaron los haces para provocar las primeras colisiones en el centro del detector Atlas. Fue a las 14.22 horas, seg¨²n inform¨® el CERN. Despu¨¦s se repiti¨® la operaci¨®n en otro detector, CMS, tambi¨¦n con ¨¦xito, y siguieron los otros dos: Alice y LHCb.

"Fant¨¢stica era"

"Es una gran noticia, el inicio de una fant¨¢stica era para la f¨ªsica y, esperemos, de descubrimientos, tras 20 a?os de trabajo en la comunidad internacional construyendo una m¨¢quina y unos detectores de complejidad y prestaciones sin precedente", dijo Fabiola Gianotti, jefa de Atlas. Las primeras colisiones "marcan el inicio de la segunda mitad de este incre¨ªble viaje hacia descubrimientos de los secretos de la naturaleza", apunt¨® Tejinder Virdee, de CMS.

La situaci¨®n, celebrada ayer con entusiasmo en el CERN, parece por fin encaminada hacia el pleno funcionamiento del acelerador, aunque habr¨¢ que esperar un tiempo para obtener, con miles de millones de colisiones, los datos cient¨ªficos que los especialistas esperan para explorar nuevos territorios de la f¨ªsica.

Un nuevo tipo de part¨ªculas, (supersim¨¦tricas), tal vez una clave de la naturaleza de la materia oscura del universo, mayor conocimiento del espacio/tiempo o las sutiles diferencias entre la materia y la antimateria, son algunas de las expectativas creadas en torno al LHC. Su objetivo m¨¢s famoso es dar con el bos¨®n de Higgs, una nueva part¨ªcula que explicar¨ªa el origen de la masa y cuya existencia se ha predicho te¨®ricamente. "Es un momento muy emocionante. Lo que m¨¢s nos emocionar¨ªa ser¨ªa encontrar cosas que no se le hab¨ªan ocurrido antes a nadie", coment¨® Luis ?lvarez-Gaum¨¦, director del departamento de teor¨ªa del CERN. Unos 10.000 f¨ªsicos de todo el mundo participan en el LHC, que ha costado 2.200 millones de euros, m¨¢s 1.200 millones m¨¢s de los cuatro detectores.

Los haces circulan de momento a baja energ¨ªa, sin aceleraci¨®n del LHC, es decir, a 450 gigaelectronvoltios que es la energ¨ªa a la que entran desde los aceleradores previos. El plan es ir aumentando hasta 1.200 GeV este a?o, y en 2010 subir hasta 3,5 TeV, para m¨¢s adelante pasar a los 7 TeV previstos por haz. "Con natural entusiasmo, los f¨ªsicos m¨¢s inexpertos y los menos serios querr¨ªan que la maquina funcionase de entrada a gran energ¨ªa y luminosidad, para lanzarse a por descubrimientos revolucionarios", comenta ?lvaro de R¨²jula, f¨ªsico te¨®rico del CERN, del IFT/UAM y del Ciemat. "Otros, sin embargo, aceptan con gusto un periodo con una energ¨ªa en el LHC comparable a las ya estudiadas en Fermilab [en el acelerador estadounidense en funcionamiento], periodo durante el cual las grandes novedades estar¨ªan excluidas. Un tiempo de rodaje tranquilito y suficiente como para poner a punto el acelerador y los detectores antes de lanzarse a tope".

Los f¨ªsicos de los detectores del LHC felicitaron ayer a sus colegas del acelerador. "No cab¨ªa ni un alfiler en la sala de control de Alice, y los aplausos estallaron con las primeras colisiones", cont¨® Jurgen Schkraft, su responsable. "Las se?ales que vemos son preciosas", a?adi¨® el jefe de LHCb, Andrei Golutvin. "Estaremos listos para empezar a tomar datos serios dentro de unos d¨ªas".