Los diamantes siguen siendo para siempre
Shirley Bassey regresa 20 a?os despu¨¦s directa a las listas de ¨¦xitos
Shirley Bassey est¨¢ protagonizando uno de los escasos cuentos de hadas del actual negocio musical: con 72 a?os, ha vuelto a la zona alta de la lista brit¨¢nica de ventas gracias a The performance (Geffen). Un disco que se desmarca: en vez de modernizar a la voz veterana, se encarg¨® a compositores actuales que intentaran meterse en el personaje de Shirley. Respondieron desde creadores de sensibilidad gay (Pet Shop Boys, Rufus Wainwright) a paisanos de la vocalista galesa (los Manic Street Preachers), pasando por cantautores de prestigio (Richard Hawley, K. T. Turnstall) o el cl¨¢sico John Barry.
Bassey ya hab¨ªa hecho los gui?os propios de una diva de nuestra era ir¨®nica: triunf¨® en un festival de rock (Glastonbury), trabaj¨® con grupos electr¨®nicos (Yello, Propellerheads), son¨® en ¨¦xitos de rap (Kanye West) y realiz¨® duetos con artistas pop (Chris Rea). Pero se consideraba jubilada como artista discogr¨¢fica. Felizmente, ahora vuelve a lo que mejor sabe hacer: baladas poderosas, que juegan con su tormentosa biograf¨ªa o potencian su leyenda de mujer hecha a si misma.
Aunque grab¨® en espa?ol, Shirley Bassey s¨®lo es recordada entre nosotros por su voz de bronce en temas de la serie James Bond. Por el contrario, en el Reino Unido tiene car¨¢cter de instituci¨®n: en 2000, fue nombrada Comandante de la Orden del Imperio Brit¨¢nico e insiste en su prerrogativa de ser denominada como Dame (el equivalente masculino es Sir). Ella no se toma a broma el t¨ªtulo, concedido a pesar de una vida turbulenta.
En 1963, gan¨® una querella contra una revista londinense que revel¨® que hab¨ªa sido madre soltera y que gustaba de interpretar canciones picantes (ambos extremos eran ciertos). Fue llevada a juicio y multada por una bronca alcoh¨®lica con un bobby; tambi¨¦n debi¨® defenderse frente a una demanda de su asistente personal. Conoci¨® la tragedia: se divorci¨® de su primer marido, un gay en el armario, que luego muri¨® por una sobredosis; una hija apareci¨® ahogada, en lo que ella insiste en considerar como "circunstancias sospechosas".
Sin embargo, lo que ha quedado en el recuerdo es la ¨¦pica de sus or¨ªgenes: nacida en 1937 en los muelles de Cardiff, era la menor de siete ni?os, producto de la uni¨®n entre una madre inglesa y un padre nigeriano, un marinero que desapareci¨® poco despu¨¦s. En el colegio y en la vida laboral, fue humillada por el color de su piel. Lo extraordinario es que, aunque se identifica con su ra¨ªz galesa, apenas tiene contacto con su familia. Y tampoco ejerce de defensora de la Gran Breta?a multicultural: sus posturas pol¨ªticas la sit¨²an a la derecha del Partido Conservador.
Cabe imaginar que esas opiniones son las propias de una expatriada fiscal -reside en M¨®naco- que se informa a trav¨¦s de los tabloides. Frente a esas particularidades, la constataci¨®n de su excelente forma f¨ªsica y vocal. El acierto de The perfomance consiste en esquivar la autoparodia y reforzar su imagen p¨²blica: la diva con escasa suerte para los hombres, que vuelca todas las energ¨ªas en su arte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.