La UE pide su opini¨®n

El Tratado de Lisboa, que entrar¨¢ en funcionamiento el 1 de enero pr¨®ximo, abre la posibilidad de que un mill¨®n de ciudadanos pueda dirigirse a la Comisi¨®n Europea para pedirle que elabore una propuesta sobre un tema de su competencia. Se supone que esa iniciativa ciudadana ayudar¨¢ a que los europeos tengan la ocasi¨®n de hacer o¨ªr su voz en temas que les afectan directamente. Por supuesto, no se trata de que ese mill¨®n de personas pueda exigir un refer¨¦ndum dentro de la UE, lo que ser¨ªa una locura, sino, simplemente, de alimentar el debate p¨²blico y ampliar los derechos ciudadanos.

No todo el mundo est¨¢ de acuerdo con la idea: para algunos es una p¨¦rdida de tiempo y de dinero, porque la comisi¨®n har¨¢ finalmente lo que le parezca bien; para otros, ser¨¢ la ocasi¨®n para que todos los grupos de presi¨®n de Europa vuelvan loca a la comisi¨®n, intentando ver protegidos sus intereses particulares. Para otros muchos, sin embargo, es un paso interesante en la b¨²squeda de la participaci¨®n directa de los ciudadanos y de la transparencia en el funcionamiento de los poderes p¨²blicos, obligados a dar explicaciones, por escrito y razonadas, de sus decisiones. Al fin y al cabo, los poderosos siempre han encontrado el camino para hacer o¨ªr sus propuestas y exigir respuestas, y son los simples ciudadanos los que nunca han encontrado la ventanilla abierta.

La participaci¨®n ciudadana podr¨ªa contribuir a acercar las instituciones a la sociedad civil

La cuesti¨®n es que la iniciativa ciudadana est¨¢ ya incorporada al tratado, pero nadie sabe realmente c¨®mo se puede poner en marcha, porque el texto legal est¨¢, en ese tema como en otros muchos, lleno de agujeros y trampas. Habla, por ejemplo, de un mill¨®n de ciudadanos, como m¨ªnimo, procedentes de "un n¨²mero significativo" de Estados miembros. ?Cu¨¢nto es eso? ?La cuarta parte de los pa¨ªses de la Uni¨®n?, ?la mitad?

Para aclarar todas esas dudas, la comisi¨®n ha decidido pedir su opini¨®n a los propios ciudadanos. As¨ª que si usted est¨¢ interesado puede dirigirse, antes del 31 de enero de 2010, a ECI-Consultation@ec.europa.eu con su respuesta, entre otras, a las siguientes preguntas:

1. ?Cree usted que un tercio del total de pa¨ªses miembros ser¨ªa suficiente? 2. ?Cu¨¢ntas firmas se deben reunir, como m¨ªnimo, en cada uno de esos pa¨ªses? Un mill¨®n de personas es el 0,2% del total de los 500 millones de habitantes de la Uni¨®n en su conjunto, as¨ª que la comisi¨®n propone un 0,2% de los ciudadanos de cada pa¨ªs. Eso representar¨ªa, aproximadamente, 160.000 firmas en Alemania, unas 88.000 para Espa?a y cerca de 20.000 para B¨¦lgica. 3. ?Cu¨¢l es la edad m¨ªnima para firmar? La comisi¨®n propone la misma que cada pa¨ªs haya dispuesto para poder votar (18 a?os en pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses de la Uni¨®n), pero otros quieren aprovechar para bajar el tope hasta los 16 a?os. La pega es que eso exigir¨ªa preparar nuevos censos. 4. ?Se puede firmar por v¨ªa electr¨®nica? ?Qu¨¦ medidas de seguridad son exigibles? 5. ?Durante cu¨¢nto tiempo se pueden recoger firmas? ?Un a?o desde que se deposita el texto de la iniciativa?, ?seis meses? 6. Los promotores de una de estas iniciativas, ?deben dar informaci¨®n sobre c¨®mo se financian? 7. ?Cu¨¢nto puede tardar la comisi¨®n en responder? ?Seis meses? 8. ?Cada cu¨¢nto se puede impulsar una iniciativa sobre un mismo tema? ?Un a?o, dos a?os, seis meses?

Incluso los m¨¢s cr¨ªticos admiten que la posibilidad de que un mill¨®n de ciudadanos europeos se dirija a la comisi¨®n para pedirle que examine una propuesta y que le d¨¦ una respuesta en un plazo determinado (un derecho que s¨®lo estaba reservado hasta ahora a los jefes de Estado y de Gobierno, y al Parlamento) puede contribuir a colocar el debate europeo en el centro del debate p¨²blico y a acercar las instituciones a la sociedad civil. De hecho, no estar¨ªa mal comenzar por responder a las preguntas planteadas. ?Se animar¨ªan a hacerlo grupos de estudiantes de ¨²ltimos cursos de instituto? ?De la universidad? ?Asociaciones ciudadanas? ?nimo. No siempre le piden a uno su opini¨®n.