Revuelta contra Geithner
El Congreso de Estados Unidos pone en peligro la independencia de la Reserva Federal
Timothy Geithner ya tiene colgado el cartel de "Mr. Recesi¨®n". Toda la frustraci¨®n que genera un paro en el 10,2%, el rescate de los bancos y las multimillonarias primas en Wall Street se concentran en el secretario del Tesoro y su antigua casa, la Reserva Federal. Dem¨®cratas y republicanos en el Capitolio le piden cuentas en un debate en plena ebullici¨®n que amenaza con estancar una reforma financiera necesaria para evitar otro Lehman Brothers.
Las emociones est¨¢n a flor de piel a un a?o de que se celebren las elecciones de medio mandato que pueden trastocar el delicado equilibrio de poder, decantado ahora en el Congreso hacia los liberales. Y los electores hacen escuchar su rabia inundando a sus representantes de cartas. As¨ª, lo que ten¨ªa que ser una audiencia de rutina sobre los cambios regulatorios, se convirti¨® en una bronca al secretario del Tesoro.
Ha prosperado una iniciativa para auditar las cuentas de la Reserva Federal
El dem¨®crata Peter DeFazio le pidi¨® directamente la dimisi¨®n a Geithner
Kevin Brady, representante republicano por Tejas, fue directo al cuello de Geithner al preguntarle si no cre¨ªa que deb¨ªa dimitir a la vista del pobre impacto que tiene su paquete de est¨ªmulos en la recuperaci¨®n del empleo. "Es un gran privilegio para m¨ª servir a este presidente", le respondi¨®, recordando que cuando Obama lleg¨® en enero a la Casa Blanca la econom¨ªa estaba "al borde del colapso".
El enfrentamiento tambi¨¦n surgi¨® desde las filas dem¨®cratas. Peter DeFazio le pidi¨® directamente la dimisi¨®n. "Es embarazoso para una Administraci¨®n y un Congreso dem¨®cratas ser identificados por prestar plena atenci¨®n a Wall Street. Necesitamos un equipo econ¨®mico nuevo, que se preocupe m¨¢s de la gente", dijo a la MSNBC, la cadena que m¨¢s apoyaba al equipo de Obama. "No creo que tenga que ser despedido, creo que nunca deber¨ªa haber sido contratado", remach¨® el republicano Michael Burgers.
Geithner volvi¨® a defenderse diciendo que la crisis se gest¨® durante los a?os del ex presidente George Bush. Kevin Brady le pidi¨® que le recordara el puesto que ocupaba entonces. "Presidente de la Reserva Federal de Nueva York", dijo, el brazo ejecutor del rescate de Wall Street.
Nunca antes su posici¨®n al frente del Tesoro pareci¨® tan vulnerable, ni siquiera al calor de la pol¨¦mica surgida en su designaci¨®n por no haber pagado algunos impuestos. Barack Obama, a su regreso de Asia, reiter¨® su confianza en su escudero y urgi¨® al Congreso a avanzar en la reforma financiera para prevenir el caos. Su iniciativa empieza a cobrar forma, aunque con modificaciones importantes en su pilar principal: el poder de la supervisi¨®n.
El Congreso, a diferencia de la Casa Blanca, quiere limitar el papel que la Reserva Federal (Fed)desempe?ar¨¢ en la futura estructura. Quiere que, en lugar de convertirla en un superregulador, se concentre en la gesti¨®n de la pol¨ªtica monetaria y reducir su margen de acci¨®n en operaciones de rescates de grandes instituciones financieras en apuros, como AIG, Citigroup o Bank of America.
El dem¨®crata Christopher Dodd, presidente del comit¨¦ bancario del Senado, dijo que "no se trata de castigar" a la Fed por no poner freno a los abusos que llevaron al colapso financiero. "Es m¨¢s un reconocimiento de la realidad", dijo. "Se trata de que el banco central vuelva a sus funciones b¨¢sicas: preservar la estabilidad de precios y la creaci¨®n de empleo", explic¨®.
Desde el comit¨¦ financiero de la C¨¢mara de Representantes, Barney Frank cree que la Fed no puede tener tanta responsabilidad, un rechazo frontal a la idea de Geithner. Seg¨²n los analistas, as¨ª se despojar¨ªa virtualmente a la Reserva Federal de todos los poderes de supervisi¨®n. Y muchos temen que este desaf¨ªo a la autoridad del banco central m¨¢s poderoso del mundo afecte a otros bancos centrales.
De momento, el ganador en este tira y afloja es el republicano Ron Paul. Horas despu¨¦s de que Geithner fuera acribillado a cr¨ªticas, el ex candidato presidencial aprovech¨® la rabia popular para sacar adelante su iniciativa para auditar las cuentas de la Reserva Federal. "Es la fuente de nuestros problemas", suger¨ªa el tambi¨¦n autor de Acabar con la Fed.
La medida pone en peligro la independencia del banco central y su capacidad de hacer dinero pr¨¢cticamente de la nada. "Es el m¨¢s serio ataque contra la Fed en d¨¦cadas y pone en cuesti¨®n el trabajo hecho en esta crisis", alerta el profesor Frederic Mishkin, mientras recuerda que la autoridad monetaria ya est¨¢ sometida al control del Congreso y a requisitos de transparencia.
A Ron Paul le apoya el dem¨®crata por Florida Alan Grayson. Y a la vista del abrumador resultado de la votaci¨®n, est¨¢ claro que no est¨¢n solos. "El 75% quiere una auditor¨ªa", dec¨ªa el tejano, mientras desde Wall Street le recuerdan que la Fed fue creada para estar libre de cualquier interferencia pol¨ªtica. Warren Buffett, el inversor con m¨¢s ¨¦xito de EE UU, insiste en que "no hay nada m¨¢s importante para la econom¨ªa que la independencia de la Fed".
Lo que temen los observadores es que todo esto interfiera en la habilidad del banco central de guiar la recuperaci¨®n de una econom¨ªa fr¨¢gil. Y auguran un aumento de la confrontaci¨®n cuando el banco central empiece a indicar que sube los tipos de inter¨¦s cerca de las elecciones. Como dijo el ex presidente William McChesney, "el trabajo de la Fed es retirar el ponche justo cuando todo el mundo empieza a disfrutar de la fiesta". -
Nueva forma a las ayudas
El Tesoro debe decidir en breve qu¨¦ hacer con el fondo de estabilidad financiera (TARP, por sus siglas en ingl¨¦s), el mecanismo que utiliz¨® en plena crisis para inyectar liquidez a las entidades en apuros. La vida de este instrumento, dotado con 700.000 millones de d¨®lares, acaba sobre papel el 31 de diciembre. La cuesti¨®n ahora est¨¢ en saber si se deja morir
o se prorroga mirando m¨¢s al consumidor, a la conocida Main Street.
"Nadie estar¨¢ m¨¢s feliz que yo cuando est¨¦ desmantelado", dec¨ªa Timothy Geithner, mientras explicaba que su equipo tiene intenci¨®n de poner cerrojazo "tan pronto como sea posible" a los programas que ya no son de utilidad, porque el dinero puede conseguirse por la v¨ªa privada. Sin embargo, se dej¨® la puerta abierta, al decir que este proceso no debe hacerse de forma prematura.
Y es que cuando han pasado 14 meses del derrumbe de Lehman Brothers, el fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos (FDIC) cifra 552 entidades en apuros. "Hay demasiado da?o a¨²n por reparar", admite Geithner. A esto se le a?ade el riesgo para el sector financiero por el alza del paro y un mercado inmobiliario renqueante, lo que se traduce en p¨¦rdidas potenciales en balance.
A¨²n quedan 200.000 millones por utilizar en el TARP. El Tesoro ya recuper¨® 70.000 millones devueltos por 42 bancos y otros 10.000 millones en dividendos. La Casa Blanca espera poder reconfigurar el mecanismo para usar ese dinero de forma que ayude m¨¢s a la econom¨ªa real, poniendo capital a disposici¨®n de las pymes o reduciendo una deuda p¨²blica que toca ya los 12 billones. -
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