Lenta y dolorosa recuperaci¨®n
El pasado domingo coment¨¢bamos en esta p¨¢gina las cifras de la contabilidad nacional del tercer trimestre. A partir de esta informaci¨®n, y de la que proporcionan el resto de indicadores, procede revisar las previsiones para lo que resta del a?o y los dos pr¨®ximos. Valga una consideraci¨®n inicial: estamos en un momento de inflexi¨®n en el ciclo y con enormes inc¨®gnitas acerca de c¨®mo y a qu¨¦ ritmo se va a ir resolviendo la crisis financiera, tanto en el ¨¢mbito internacional como nacional, lo que constituye un contexto de especial incertidumbre para cualquier ejercicio de previsi¨®n.
Esta incertidumbre empieza por el plazo m¨¢s inmediato. Si nos fijamos en la tendencia del PIB en los dos ¨²ltimos trimestres [gr¨¢fico superior izquierdo] y hacemos una simple extrapolaci¨®n, llegar¨ªamos a la conclusi¨®n de que en el cuarto trimestre de este a?o "ya toca" una tasa de crecimiento positiva. Sin embargo, hay que tener presente que la mejora observada se ha basado en buena parte en factores transitorios. Algunos datos importantes de octubre, como los afiliados a la Seguridad Social, las ventas al por menor o los indicadores de confianza, muestran una interrupci¨®n en la tendencia de mejora. Todo ello nos hace pensar que en este trimestre el PIB volver¨¢ a caer un par de d¨¦cimas, y algo similar podr¨ªamos ver en el primero de 2010. Seguimos pensando que ser¨¢ en la pr¨®xima primavera cuando veamos brotes verdes generalizados en nuestra econom¨ªa.
El PIB caer¨¢ de media un 3,6% este a?o y un 0,5% en 2010, algo menos de lo previsto anteriormente
No veremos aumentos del empleo hasta bien entrado 2011 debido a la ca¨ªda de la poblaci¨®n activa
En todo caso, lo importante no es si la recuperaci¨®n empieza un trimestre antes o despu¨¦s, sino la fuerza que va a adquirir y cu¨¢ndo vamos a ver creaci¨®n de empleo neta. Obviamente, el deseo de todos ser¨ªa que la recuperaci¨®n fuera vigorosa, pero desafortunadamente existen numerosos problemas en escena como para pensar lo contrario. Al margen de la incertidumbre sobre el contexto internacional, la econom¨ªa espa?ola lleva mucho lastre en sus alas que llevar¨¢ tiempo soltar. Tenemos que absorber la crisis inmobiliaria, algo que hubiera tenido que afrontarse decididamente desde sus inicios (dar salida al enorme stock de viviendas sin vender) y para lo que no hay apenas planes, salvo la lenta y costosa digesti¨®n por el mercado. Esta crisis es la que ha puesto contra la pared a los bancos y cajas, que se enfrentan a un saneamiento de sus balances tambi¨¦n lento y costoso, lo que significa que el cr¨¦dito va a seguir escaseando. El proceso de ajuste de los d¨¦ficit y el endeudamiento de las familias y empresas avanza r¨¢pidamente, pero est¨¢ inconcluso, lo que merma su capacidad de gasto. Las cuentas p¨²blicas sufren desequilibrios estructurales en proporciones desconocidas, y su consolidaci¨®n en los pr¨®ximos a?os va a ejercer un efecto restrictivo sobre la demanda agregada de la econom¨ªa, lo contrario de lo que sucede ahora. Tenemos que reparar la p¨¦rdida de competitividad de los ¨²ltimos a?os y, ante la rigidez de los precios y salarios nominales a la baja, no queda otra v¨ªa que aumentar la productividad m¨¢s que nuestros competidores a base, entre otras cosas, de generar poco empleo. Y esto, unido a la elevada tasa de paro de partida, constituye otro handicap para que despegue el consumo.
Por todo ello, el ritmo de la recuperaci¨®n ser¨¢ probablemente lento, m¨¢s o menos seg¨²n el contexto internacional y las medidas de pol¨ªtica econ¨®mica que se tomen. El escenario de Funcas no contempla tasas de crecimiento del orden del 2% hasta finales de 2011. En medias anuales, el PIB caer¨ªa un 3,6% este a?o y un 0,5% el pr¨®ximo, dos y cinco d¨¦cimas menos de lo previsto anteriormente, lo que quiere decir que, a¨²n con problemas, la recuperaci¨®n va algo m¨¢s r¨¢pida. Para 2011 esperamos una tasa del 1,3%, modesta, pero algo superior a las pronosticadas recientemente por la Comisi¨®n Europea y la OCDE (1% y 0,9%, respectivamente).
Estas previsiones significan, entre otras cosas, que no veremos aumentos del empleo hasta bien entrado 2011. La tasa de paro desestacionalizada aumentar¨ªa hasta el 19,5% en la pr¨®xima primavera y descender¨ªa hasta el 18% a finales de 2011, debido no tanto a la creaci¨®n de empleo, sino a la disminuci¨®n de la poblaci¨®n activa.
Para acabar con un tinte positivo, debo recordar que los analistas solemos quedarnos cortos al predecir las recesiones, y lo mismo cuando encaramos las recuperaciones. Ojal¨¢ sea as¨ª tambi¨¦n esta vez. -
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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