Los presos por violencia machista aumentan el 50% en un a?o
La reincidencia y el endurecimiento del C¨®digo Penal elevan los reclusos a 4.100
La cifra de presos preventivos y penados por alg¨²n delito de violencia de g¨¦nero se ha disparado este a?o. El 1 de enero hab¨ªa en Espa?a 2.865 reclusos por este motivo y a principios de noviembre ya sumaban 4.161. Son m¨¢s del doble de los apenas 1.900 internos con los que acab¨® el a?o 2007. Los juristas explican el aumento por la dureza del C¨®digo Penal y por el f¨¦rreo redactado de alg¨²n art¨ªculo, que no deja al juez ning¨²n margen de maniobra, pero tambi¨¦n por la actuaci¨®n de buena parte de los abogados, que en su d¨ªa aceptaron una condena menor para su cliente sin necesidad de juicio en lugar de batallar la absoluci¨®n. Y de aquellos antecedentes penales llegan ahora nuevas condenas que acaban con el acusado entre rejas por reincidente.
"Tarde o temprano, las penas se acaban cumpliendo", dice Soledad Cazorla
Una psic¨®loga critica que la c¨¢rcel por s¨ª sola no ayuda a la rehabilitaci¨®n
Soledad Cazorla, fiscal de Sala del Tribunal Supremo delegada contra la violencia sobre la mujer lo expresa claramente. "La maquinaria judicial es lenta, pero tarde o temprano los procesos llegan a su fin y las penas se acaban cumpliendo". Cuando a principios de 2005 empezaron a imponerse las primeras condenas por violencia de g¨¦nero por delitos menores, muy pocos hombres acababan en prisi¨®n a no ser que hubieran cometido delitos graves. Seg¨²n la estad¨ªstica del Observatorio contra la Violencia de G¨¦nero, en 2005 se enjuiciaron a 23.747 personas en los juzgados de lo penal, que son los competentes para delitos castigados hasta con seis a?os de c¨¢rcel: malos tratos, lesiones, amenazas y violencia habitual. Casi la tercera parte de aquellos acusados (7.615) aceptaron la pena sin celebrar juicio, otros 8.901 acabaron condenados tras la vista y 7.231, lo que representa el 30,4%, acabaron absueltos. Cuatro a?os despu¨¦s, el panorama es distinto. S¨®lo una quinta parte de los hombres juzgados en 2008 aceptaron la pena (6.063 de un total de 29.421) y las absoluciones fueron 14.224, y representan ya el 48,3%. Los otros 9.134 casos acabaron con condena tras el juicio.
Es decir, que las condenas, por peque?as que sean, generan antecedentes penales y, si existe reincidencia, los jueces acuerdan el encarcelamiento, y eso es lo que est¨¢ ocurriendo cada vez m¨¢s. Desde que se inici¨® el a?o y hasta primeros de noviembre han pisado la c¨¢rcel por primera vez 1.240 hombres por alg¨²n delito de violencia de g¨¦nero, casi el doble de los poco m¨¢s de 700 que entraron en 2008 sin haber estado antes dentro.
Los malos tratos son el delito principal entre estos presos (1.284), seg¨²n las cifras de la Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias, que no incluyen Catalu?a, cuyos datos estad¨ªsticos no permiten conocer esas cifras.
El Observatorio contra la Violencia Dom¨¦stica y de G¨¦nero asegura que el a?o pasado se celebraron en Espa?a 41.439 juicios por malos tratos f¨ªsicos o ps¨ªquicos, pero tampoco detalla el desenlace.
La segunda conducta m¨¢s numerosa entre estos presos es el quebrantamiento de pena o medida de alejamiento, que ha llevado a la c¨¢rcel a 578 personas. El C¨®digo Penal espa?ol determina que una condena por violencia de g¨¦nero lleva aparejada "en todo caso" la pena accesoria de alejamiento del agresor. La constitucionalidad de ese redactado ha sido cuestionada por diversos jueces y est¨¢ pendiente desde hace a?os de lo que determine el Tribunal Constitucional. Lo que ocurre en la pr¨¢ctica es que, pese a la condena y la orden de alejamiento, muchas parejas reanudan la convivencia y acuden al juzgado a solicitar que se deje sin efecto la obligaci¨®n del alejamiento. Pero si la polic¨ªa o la fiscal¨ªa se entera o la mujer vuelve a denunciar, el agresor es detenido y acusado de un nuevo delito. Y como ya tiene antecedentes, aumentan las posibilidades de que acabe en prisi¨®n.
La abogada Mar¨ªa P¨¦rez Galv¨¢n, con 29 a?os de experiencia y secretaria de la Asociaci¨®n Espa?ola de Abogados de Familia, cuestiona abiertamente la obligatoriedad de imponer la pena de alejamiento. "Es muy dif¨ªcil cumplirla cuando hay hijos menores comunes si la pareja vive en una localidad peque?a, porque los pisos y los colegios pueden estar muy pr¨®ximos y es inevitable que los padres se comuniquen por temas de salud o educaci¨®n". El a?o pasado se quebrantaron 4.129 penas de alejamiento.
Las amenazas son otro de los delitos m¨¢s comunes y es lo que mantiene en prisi¨®n a 574 hombres. La estad¨ªstica no detalla cu¨¢ntos de esos reclusos las profirieron tras salir de la c¨¢rcel. "La prisi¨®n por s¨ª sola no es la soluci¨®n, porque es como castigar a un ni?o en un rinc¨®n sin decirle nada m¨¢s. Hay que llenar de contenido esa estancia", explica la psic¨®loga Mar¨ªa Vega, con 20 a?os de experiencia y que desde 2005 trata condenados por violencia de g¨¦nero que le derivan los juzgados de Madrid. "No he visto todav¨ªa ning¨²n caso en el que no haya sido ¨²til el tratamiento", precisa.
Otros de los delitos m¨¢s frecuentes son las lesiones (519 presos) y la violencia habitual (406), mientras que los asesinatos y homicidios suman 194 reclusos condenados o preventivos. Son los delitos m¨¢s graves y, aunque son una minor¨ªa en relaci¨®n con el resto, se van acumulando a?o tras a?o. Por abusos o agresiones sexuales de violencia de g¨¦nero tambi¨¦n hay en las c¨¢rceles 189 hombres, pero una de las cifras m¨¢s chocantes es que haya 25 reclusos por una falta de violencia de g¨¦nero, una pena que se castiga con multa.
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