De la tormenta a la gloria
El equipo espa?ol discuti¨® sobre la sede y luego se uni¨® con bromas y carteles de cine
Antes de llegar a la final de Barcelona, el equipo espa?ol ofreci¨® los primeros s¨ªntomas de una tormenta en lo que hasta entonces hab¨ªa sido una balsa de aceite. "Es la tercera final en casa y creo que Madrid, como capital de Espa?a, se lo merec¨ªa", dijo Feliciano L¨®pez, con el que se mostr¨® de acuerdo el madrile?o Fernando Verdasco, quien tambi¨¦n prefer¨ªa esa sede. Rafael Nadal, el l¨ªder del equipo, sinti¨® que esas palabras no se correspond¨ªan con las necesidades del conjunto. "Feliciano y Verdasco han hecho la guerra por su cuenta con Madrid", les contest¨®; "los jugadores nos deber¨ªamos dedicar a jugar y no a opinar". Pudieron haber sido las primeras grietas en la unidad de la caseta, que luego se enfrent¨® a otra situaci¨®n peliaguda. Juan Carlos Ferrero, el h¨¦roe de cuartos y semifinales, fue convocado como suplente —condici¨®n que subray¨® el capit¨¢n al seleccionarle m¨¢s tarde que al resto— y luego roz¨® la titularidad: Verdasco estuvo en el hospital dos d¨ªas antes de que arrancara la eliminatoria, haci¨¦ndose pruebas de su lesi¨®n en el psoas. El valenciano se sinti¨® "dolido" por quedarse fuera de la final, pero como Tommy Robredo —que no fue convocado— y Verdasco —sustituido por David Ferrer en los individuales— ha estado en el banquillo animando a sus compa?eros.
?C¨®mo se ha desactivado una situaci¨®n potencialmente explosiva? Una pesada puerta roja separa el vestuario espa?ol del pasillo. Una vez superada, una pizarra blanca espera a los integrantes del equipo. Sobre ella hay una letra pintada con rotulador rojo, el resumen de c¨®mo el equipo t¨¦cnico fomenta la uni¨®n del conjunto. "Pasan los a?os/ pasan los jugadores/es por un sue?o/que vamos a luchar. Vale la pena/la roja es lo m¨¢s grande. El p¨²blico que cante/gritando sin parar. Por eso, yo, te quiero dar (nombre del jugador) mi coraz¨®n. Yo te sigo a todas partes/gracias por ser espa?ol".
Los seleccionados entonan la canci¨®n entre saltos y unidos en c¨ªrculo antes de cada partido. Lo hicieron el viernes y lo hicieron ayer, justo antes de que L¨®pez y Verdasco lograran el punto definitivo. No es el ¨²nico elemento con el que el cuerpo t¨¦cnico ha querido subir el ¨¢nimo de sus tenistas, entre los que Feliciano, toledano y madrile?o de adopci¨®n, ha destacado hablando en catal¨¢n, fruto de tantos a?os entren¨¢ndose en Barcelona. "Cada d¨ªa, en el sal¨®n del hotel y en el vestuario", cuentan fuentes del vestuario, "iban apareciendo un par de carteles con las caras de los jugadores. Ellos bajaban todos los d¨ªas dici¨¦ndose: '?A ver qui¨¦n aparece hoy! ?A ver a qui¨¦n le toca! As¨ª quer¨ªamos rebajar la tensi¨®n de la final".
El primer cartel que se encuentra el visitante mide m¨¢s de dos metros de ancho. Son las Davis Wars, una reproducci¨®n del de La Guerra de las Galaxias en la que los cuatro guerreros jedis tienen cara de tenista y el resto de personajes mira con los rasgos del equipo t¨¦cnico. No es el ¨²nico cartel de cine. Nadal aparece sobre los m¨²sculos de Rocky. L¨®pez con el abrigo de cuero de Neo en Matrix. Ferrer caracterizado como Gladiator, un acierto, vista su remontada ante Stepanek. ?Y Verdasco? "Pues mire", cuentan desde el vestuario; "buscamos pel¨ªculas que fueran con el car¨¢cter de los tenistas. El objetivo era generar risas, quitarle tensi¨®n al ambiente. El primer cartel que le hicimos a Verdasco fue el de Fiebre del S¨¢bado noche, porque en ingl¨¦s es Fever (y ese es el juego de palabras con el que se le publicita en Estados Unidos: FEver, mezcla de su nombre y apellido). Se ri¨® mucho. Luego, dijo: '?Yo tambi¨¦n quiero un cartel de una peli de acci¨®n!". No hubo problemas. Verdasco fue el Incre¨ªble Hulk.
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