"Que no sea una bomba retardada"
La inclusi¨®n del t¨¦rmino 'nacionalidades' puso a prueba el consenso pol¨ªtico
Por momentos fueron alfareros pero tambi¨¦n orfebres de cincel, cirujanos y, sobre todo, equilibristas. Los 34 miembros de la Comisi¨®n Constitucional del Congreso abordaron el 12 de mayo de 1978 una de las "encrucijadas" del texto elaborado por los siete padres de la Constituci¨®n: el art¨ªculo 2, que proclama la "indisoluble unidad de la naci¨®n espa?ola" y, a la vez, la existencia de "nacionalidades" en su seno. La consigna, en pos del consenso, era "innovar" con los conceptos -ya ven¨ªan de hacerlo la v¨ªspera con el t¨¦rmino "monarqu¨ªa parlamentaria"-. Y tanta innovaci¨®n dio lugar a un debate hondo acerca de "la naturaleza de Espa?a", emocionante y lleno de dudas sobre lo que el futuro har¨ªa con las palabras.
Si UCD se hubiera plantado, el t¨¦rmino "nacionalidades" no habr¨ªa sobrevivido en la Constituci¨®n: sus votos y los de Alianza Popular lo habr¨ªan tumbado. Pero el t¨¦rmino se mantuvo, convencida UCD de que era imprescindible para sumar a PSOE, PCE y las minor¨ªas nacionalistas. Aun as¨ª, los centristas eran conscientes del riesgo de un t¨¦rmino que Gabriel Cisneros (UCD) tild¨® de "deslizante" y que, seg¨²n subray¨®, ya hab¨ªa tratado de conjurar la ponencia con "el af¨¢n compartido de que su introducci¨®n no supusiera una bomba de tiempo retardado en la construcci¨®n hist¨®rica de la unidad espa?ola".
Aunque la oposici¨®n m¨¢s frontal fue la de AP -el diputado Antonio Carro sac¨® la Constituci¨®n de la URSS para demostrar que la nacionalidad va ligada al derecho de secesi¨®n-, el rechazo lleg¨® por m¨¢s sitios: el centrista Jos¨¦ Miguel Ort¨ª se mostr¨® dispuesto, por ejemplo, a que se diera a las regiones m¨¢s autonom¨ªa incluso que en un Estado federal, pero sin concederles el tratamiento de "nacionalidad". "En este punto concreto se puede romper la concordia de los espa?oles", argument¨®.
"La clave" de la Constituci¨®n (Francisco Letamendia, Euskadiko Ezkerra), "la base de la futura distribuci¨®n territorial del poder" (Rafael Arias-Salgado, UCD), "una hora de inmensa responsabilidad" (Gonzalo Fern¨¢ndez de la Mora, AP), "el tema crucial de la tarea constitucional" (Cisneros). Todo eso y m¨¢s era el art¨ªculo 2, seg¨²n coincid¨ªan los diputados encerrados en comisi¨®n para intentar cuadrar el c¨ªrculo.
"Sentimos la gran responsabilidad de encontrar una formulaci¨®n constructiva que permita a todos los espa?oles sentirse tales en su propia especificidad y que no engendre entre ellos, por en¨¦sima vez, insuperables divisiones", sentenci¨® Arias-Salgado. Su colega Jos¨¦ Manuel Paredes a?ad¨ªa: "El fin trascendente de esta Constituci¨®n es resolver ese grav¨ªsimo problema, ll¨¢mesele forma de Estado o simplemente reflexi¨®n sobre la naturaleza de Espa?a".
"No son los problemas los que se constitucionalizan, son las soluciones. Dios quiera que los constituyentes del 78 no constitucionalicen el problema de las nacionalidades", le replicaba Ort¨ª. Otros, como Hip¨®lito G¨®mez de las Roces (Candidatura Aragonesa Independiente de Centro), recelaban del camino tomado y advert¨ªan: "Ning¨²n territorio espa?ol carece de historia, pero la m¨¢s relevante es la que hicieron en com¨²n".
El argumento de UCD era que suprimir el t¨¦rmino "nacionalidades" -alg¨²n diputado lo tach¨® de "pluriindefinible", la mayor¨ªa de, cuando menos, "confuso"- no har¨ªa desaparecer sino que "exacerbar¨ªa" los nacionalismos. Por eso hab¨ªa que "constitucionalizar" el concepto, d¨¢ndole una interpretaci¨®n que limitase su alcance y evitara "hipot¨¦ticas consecuencias desintegradoras". Pero hab¨ªa casi tantas interpretaciones como grupos. La pregunta clave era: ?Naci¨®n y nacionalidad son lo mismo? Si lo son, ?c¨®mo preservar la soberan¨ªa ¨²nica de la naci¨®n espa?ola? Ah¨ª van algunas respuestas en el calor del debate de 1978:
Arias-Salgado (UCD): "El vocablo nacionalidad no es ni puede ser fundamento de un derecho a constituirse en Estado [...] Implica, simplemente, el reconocimiento de la existencia de formaciones sociohist¨®ricas a las que se confiere un derecho a la autonom¨ªa cuyo l¨ªmite de principio infranqueable reside precisamente en la soberan¨ªa de la unidad pol¨ªtica que las comprende".
Miquel Roca (Minor¨ªa Catalana): "Nacionalidades y naci¨®n quieren decir absolutamente lo mismo. Lo que ocurre es que, en la vida pol¨ªtica, los t¨¦rminos se amoldan [...] Naciones sin Estado [son] lo que modernamente ha venido en llamarse nacionalidades [...] Es evidente que Espa?a es una realidad plurinacional".
De la Fuente (AP): "He tratado de investigar gramatical, sociol¨®gica y pol¨ªticamente este concepto y no he encontrado la manera de desvincularlo del concepto de naci¨®n [...] ?Entonces es posible la existencia de la unidad nacional desde la pluralidad de naciones? [...] El mantenimiento de los dos conceptos conduce a una tremenda, a una indudable confusi¨®n que deja en el futuro en la indeterminaci¨®n lo que vaya a ser la organizaci¨®n territorial de este pa¨ªs".
Gregorio Peces-Barba (PSOE): "Espa?a es una naci¨®n de naciones y esto no es nuevo, porque esto es el Reino Unido de Gran Breta?a y del Norte de Irlanda, esto es B¨¦lgica, esto es Checoslovaquia, esto es Yugoslavia y no se puede decir que no sea esta realidad una realidad sin peligro ninguno de separatismos [...] Nacionalidad es sin¨®nimo de naci¨®n".
Jordi Sol¨¦ Tura (PCE): "Estamos ante dos conceptos, ante dos visiones de lo que es Espa?a y de lo que es unidad [...] La aut¨¦ntica unidad de Espa?a se basa en el reconocimiento de lo que hay. Eso es lo que hay que articular".
G¨®mez de las Roces (CAIC): "La ponencia se limita a dar un puntapi¨¦ al problema, a trasladarlo a ma?ana. En vez de quitar el proyectil del ca?¨®n para que no se dispare, ha preferido ponerle un tap¨®n [...] ?Qui¨¦n impedir¨¢ que crezca la semilla de la nacionalidad y que en una segunda fase se trate de ocupar una parte al¨ªcuota de la soberan¨ªa nacional?"
Joan Revent¨®s (Socialistas de Catalu?a): "Pretenden conjurar unas posibilidades secesionistas que no existen detr¨¢s de la palabra nacionalidades".
Xavier Arzalluz (PNV): "No buscamos ni en la palabra nacionalidades ni en la autonom¨ªa un trampol¨ªn para la secesi¨®n".
Tras pasar por la Comisi¨®n Constitucional, todav¨ªa habr¨ªa m¨¢s filtros al texto -y nuevos debates-: el pleno del Congreso, el del Senado, un foro mixto... Pero el art¨ªculo 2 no cambi¨®, y ya en comisi¨®n distintas interpretaciones del "alcance" del t¨¦rmino nacionalidades dieron lugar a diagn¨®sticos de futuro muy diferentes. "Habr¨¢ dos clases de territorios en Espa?a y, por tanto, dos clases de espa?oles [...] Las autonom¨ªas nacionalistas van m¨¢s all¨¢, no nos enga?emos, y crear¨¢n de alguna manera la punta de lanza permanente", augur¨® De la Fuente. Ese peligro, terci¨® Sol¨¦ Tura, depender¨ªa a su juicio de otra cosa: "De c¨®mo organicemos el poder pol¨ªtico, de cu¨¢l sea el juego real de las autonom¨ªas y la relaci¨®n con el poder central". "All¨ª est¨¢ la clave del asunto, no en el concepto de nacionalidades", subray¨®.
Miguel Herrero de Mi?¨®n (UCD) sostuvo que "Espa?a era antes, y ser¨¢ despu¨¦s de esta Constituci¨®n, una entidad permanente". Pero su compa?ero Jos¨¦ Luis Meil¨¢n apunt¨®: "Evidentemente, no somos due?os de las palabras; a veces las palabras siguen su curso independientemente de quien las pronuncia". "En un periodo constituyente como ¨¦ste", conclu¨ªa el diputado centrista hace algo m¨¢s de tres d¨¦cadas, "nadie puede saber exactamente c¨®mo terminar¨¢n las cosas".

Art¨ªculo 2
- "La Constituci¨®n se fundamenta en la indisoluble unidad de la naci¨®n espa?ola, patria com¨²n e indivisible de todos los espa?oles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonom¨ªa de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas".
- Aprobado en la Comisi¨®n Constitucional del Congreso el 12 de mayo de 1978 por 30 votos a favor (UCD, PSOE, PCE, Minor¨ªa Catalana y PNV), dos en contra (AP) y dos abstenciones (Francisco Letamend¨ªa y Emilio Gast¨®n, del Grupo Mixto).
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