El surco
Las declaraciones del lehendakari L¨®pez citando los versos de Aresti sobre la defensa de la casa del padre, poema que el lehendakari Garaikoetxea incorpor¨® a la cultura nacionalista en una intervenci¨®n en la primera legislatura con el fin de defender lo vasco, empieza a hacerme temer que el discurso socialista sigue el mismo surco que el nacionalista.
Aunque el poeta Aresti no fuera nacionalista -nunca poeta alguno ha sido tan denostado en vida como rehabilitado en muerte por los mismos que lo crucificaron- es evidente que en su poema hace todo una concesi¨®n sentimental y emotiva, pues es un poeta, a la figura de la patria vasca desde la sacralizaci¨®n del pasado -casa y padre-, mostrando una veta rom¨¢ntica tan amplia como contradictoria con su pensamiento pol¨ªtico de izquierdas. A la postre es lo mismo que hiciera el PCE de la mano de Astigarrabia desde tiempos anteriores a la guerra civil, una aproximaci¨®n al nacionalismo introduci¨¦ndose en su ideolog¨ªa y or¨ªgenes culturales, dej¨¢ndose asimilar, posiblemente, porque la izquierda careciera de un proyecto pol¨ªtico propio para Euskadi. Finalmente, en todo caso, la concesi¨®n al nacionalismo podr¨ªa quedar en un mero oportunismo ante la inminente revoluci¨®n proletaria que pondr¨ªa fin a estos t¨¢cticos devaneos peque?o burgueses.
Mario Onaindia, en su ¨²ltima etapa de patriotismo republicano, dio en la clave contraponiendo al poema de Aresti otro, tambi¨¦n en euskera, que se fundamentaba en "defender¨¦ la casa de mis hijos". No se trata s¨®lo de una paternal preocupaci¨®n, que lo era ante tanta amenaza y amigos asesinados, sino de abandonar la exaltada legitimidad de los ancestros, del pasado, la concepci¨®n rom¨¢ntica, por otra de responsabilidad desde el presente, racionalista, libre, pues un pasado falsamente reconstruido no debiera movernos como a los nacionalistas. Esa es la diferencia entre una concepci¨®n rom¨¢ntica, nacionalista, y otra racionalista desde la izquierda: defender¨¢ la Euskadi del futuro con los medios democr¨¢ticos, a la b¨²squeda de la libertad, sin ninguna legitimaci¨®n fundamental m¨¢s.
El reto de la izquierda es poseer una pol¨ªtica propia para el Pa¨ªs Vasco, ajena a la nacionalista, donde los artificiales mitos del pasado y sus construcciones historicistas, etnicitas y comunitaristas no nos arrojen a la visi¨®n rom¨¢ntica de la pol¨ªtica, pues ella nos acabar¨¢ arrastrando al confederalismo, es decir, m¨¢s o menos al Plan Ibarretxe y de ah¨ª a la secesi¨®n.
Que sepa, en el pasado s¨®lo se salv¨® de caer en el surco Indalecio Prieto. El resto, comunistas y socialistas vascos, asumieron concepciones del nacionalismo aunque fuera desde una actitud oportunista, consiguiendo s¨®lo a la postre hacer m¨¢s grande al nacionalismo. Va siendo hora de un proyecto propio para Euskadi, entre otras cosas porque el que gobierna es socialista. En caso contrario los nacionalistas seguir¨¢n creyendo que les han robado Euskadi. Y con raz¨®n.
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