Cuesti¨®n de g¨¦nero(s)

El thriller de acci¨®n ha sido el g¨¦nero cinematogr¨¢fico m¨¢s expuesto a mutaciones formales a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas: desde la fragmentaci¨®n propiciada por la onda expansiva de la gram¨¢tica de los v¨ªdeos musicales hasta la atomizaci¨®n extrema y casi apocal¨ªptica del modelo Michael Bay, pasando por el formalismo ecl¨¦ctico de John Woo o las est¨¦ticas de la videovigilancia de, por ejemplo, un Tony Scott.

Ese incesante cuestionamiento de formas, que no siempre cristaliza en aportaciones relevantes para la evoluci¨®n del discurso del g¨¦nero, espolea en ciertos espectadores una reacci¨®n nost¨¢lgica de anhelo por lo que se considera el modelo cl¨¢sico del asunto y que, quiz¨¢s, ya no sea m¨¢s que un para¨ªso perdido. Cineasta de origen h¨²ngaro instalado en la puerta trasera de Hollywood -la levemente an¨®mala pel¨ªcula de terror Habitaci¨®n sin salida (2007) fue su carta de presentaci¨®n en esa industria-, Nimr¨®d Antal re¨²ne todos los n¨²meros para beneficiarse de ese acto reflejo (y reaccionario) con Blindado, su segundo largometraje estadounidense.

Es un poco imaginativo y un primario anacronismo

Conciso thriller con plan de simulado y fraudulento asalto a un sobreprotegido furg¨®n en el centro de su escueta trama, Blindado quiz¨¢s lleve a alg¨²n bienintencionado espectador a invocar el nombre de John Carpenter, en un intento de no asumir la propuesta como el poco imaginativo y fastidiosamente primario anacronismo que en el fondo es. Su modo de sobreactuar cierta dimensi¨®n de visceral ejercicio de cine viril -otra entelequia- no juega a su favor: su idea de la masculinidad resulta tan artificial y, en el fondo, caricaturesca como la idea de la feminidad que ofrecen los espect¨¢culos de travest¨ªs, que, por cierto, tambi¨¦n son cosa de hombres.