El taxi est¨¢ caliente
En Madrid hay unas 17.000 licencias de taxi. Es una de las capitales europeas mejor surtidas en este tipo de servicio p¨²blico. Ahora mismo est¨¢n col¨¦ricos los 70.000 taxistas de toda la naci¨®n. El jueves har¨¢n una manifestaci¨®n por el centro de la capital. La concentraci¨®n puede ser hist¨®rica; el marasmo circulatorio, tambi¨¦n. Ese d¨ªa es mejor no salir del barrio.
El meollo de todo el tinglado est¨¢ en el art¨ªculo 21 del proyecto de Ley ?mnibus impulsada por el Partido Socialista en el Congreso. Los taxis de Madrid llevan estos d¨ªas una pegatina atr¨¢s: "No al art¨ªculo 21 de la Ley ?mnibus". Seg¨²n representantes de los trabajadores, si ese art¨ªculo es aprobado, pr¨¢cticamente ser¨ªa como legalizar la pirater¨ªa en el sector, a?adi¨¦ndose as¨ª a la extensa lista de pirater¨ªas que nos acechan.
"Cualquiera podr¨ªa convertir su coche en un veh¨ªculo de transporte de viajeros", dicen. "Eso dar¨ªa lugar a todo tipo de estafas y otros actos criminosos. Y, adem¨¢s, quitar¨ªa el trabajo a mucha gente de un gremio que est¨¢ pasando por momentos cr¨ªticos", siguen diciendo. En fin, que est¨¢n calientes y muy mosqueados por su futuro inmediato.
Los taxistas son una instituci¨®n en Madrid, pero cada vez se ven m¨¢s aparcados en las paradas o dando vueltas por las calles. Aunque algunos ciudadanos les echan gran culpa del ca¨®tico tr¨¢fico rodado en la ciudad, otros muchos opinan que los taxistas hacen que sea algo m¨¢s fluida la circulaci¨®n.
El viernes pasado, Pedro, un amigo taxista y liberal, me llev¨® a visitar la llamada Bolsa del Taxi en la terminal T-4 de Barajas. Es un amplio espacio reservado para ellos durante las largas esperas de hasta tres y cuatro horas. A las 12 de la ma?ana hab¨ªa all¨ª aparcados cerca de 800 taxistas. Tienen un bar-restaurante donde no se sirve alcohol. All¨ª se re¨²nen para tomar caf¨¦, charlar de sus cosas o echar una partida de naipes. Las conversaciones suelen girar todo el a?o en torno a la jubilaci¨®n; ahora el tema estrella es el ?mnibus de marras y la movilizaci¨®n del jueves.
Durante las eternas esperas, algunos, habilidosos y agricultores, han construido peque?os huertos privados donde cosechan patatas, legumbres, tomates, cebollas, menta, melones, alg¨²n que otro ¨¢rbol frutal. Incluso se junta a veces un grupo de taxistas dulzaineros que, bajo un puente cercano, suavizan con peque?os conciertos buc¨®licos el ardor b¨¦lico del sector.
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