El CO2 puede ser un buen negocio
La captura y almacenamiento de di¨®xido de carbono est¨¢n llamando a convertirse en un nuevo sector econ¨®mico. Su ¨¦xito depender¨¢ en gran medida de los acuerdos que se alcancen en Copenhague
Copenhague no s¨®lo interesa a los partidarios de frenar el cambio clim¨¢tico. Tambi¨¦n el mundo empresarial tiene su atenci¨®n puesta en lo que est¨¢ pasando estos d¨ªas, en especial las grandes multinacionales de infraestructuras y equipos el¨¦ctricos, que esperan los resultados de la cumbre como agua de mayo. La prosperidad de un nuevo sector de actividad, la captura y almacenamiento de CO2 (CO2 Capture and Storage, o CCS) depende mucho de que los pa¨ªses all¨ª reunidos decidan una fuerte reducci¨®n de las emisiones de di¨®xido de carbono.
De momento, y pese al car¨¢cter algo experimental de Kioto y a las dudas sobre la profundidad de los compromisos en Copenhague, la verdad es que el emergente sector no ha estado, que digamos, parado. El apoyo financiero de gobiernos, organismos e instituciones internacionales y la implicaci¨®n de las propias compa?¨ªas el¨¦ctricas, que han avanzado con proyectos de demostraci¨®n en la captura de CO2, le ha dado fuelle. Seg¨²n el Global Carbon Capture and Storage Institute hay en marcha unos 213 proyectos, de los que 55 est¨¢n en fase de lanzamiento y construcci¨®n y otros siete funcionando.
El mercado principal ser¨¢n las centrales el¨¦ctricas por carb¨®n
La nueva tecnolog¨ªa permitir¨¢ reducir las emisiones de CO2 en un 90%
La extracci¨®n de carb¨®n, considerada obsoleta, podr¨¢ revivir
El sector crecer¨¢ m¨¢s r¨¢pido si se acuerda un fuerte recorte de emisiones
Entre los principales actores destacan Alstom, ABB, GE y Siemens
Las empresas espa?olas del sector son a¨²n escasas y peque?as
Todo indica que el nuevo sector, que empez¨® a producir los primeros equipos en 2005 o 2006, tiene el futuro despejado. Su mercado principal son las centrales el¨¦ctricas por carb¨®n en funcionamiento, que tendr¨¢n que cerrarse a menos que se reconviertan a las nuevas tecnolog¨ªas de captura, pero tambi¨¦n las que se construyan en el futuro, a las que ofrece, con sus tecnolog¨ªas CCS, una reducci¨®n de emisiones de CO2 del 90%. Pese a que se espera que el mercado abarque tambi¨¦n las centrales de ciclo combinado, refiner¨ªas, cementeras o papeleras, "de momento", se?ala Javier Alonso, de CENIT CO2, "nos centraremos en las centrales t¨¦rmicas, que emiten, cada una, un mill¨®n de toneladas de CO2 al a?o. Claro que, con el tiempo, seg¨²n suban las exigencias, las dem¨¢s tendr¨¢n tambi¨¦n que capturar CO2".
Un dato decisivo es que las nuevas tecnolog¨ªas CCS permitir¨¢n el uso de una fuente de energ¨ªa como el carb¨®n, que hace a?os se consideraba finiquitada, precisamente por su car¨¢cter contaminante. Santiago Sabugal, presidente de la Plataforma Tecnol¨®gica del CO2 (PECO2), cree que "estas tecnolog¨ªas de quema limpia del carb¨®n permitir¨¢n relanzar este combustible a partir de 2015". La garant¨ªa de que las distintas tecnolog¨ªas utilizadas en la captura del CO2 van a funcionar ha cambiado ya las perspectivas del carb¨®n en todo el mundo. China, Estados Unidos y muchos pa¨ªses europeos aprovechar¨¢n sus enormes reservas.
Ello explica, en parte, la decisi¨®n del Gobierno espa?ol de asegurar la continuidad del sector espa?ol del carb¨®n, una decisi¨®n que fue criticada pero que puede ser m¨¢s verde de lo que muchos creen. "Debemos cuidar el carb¨®n ya que es el ¨²nico combustible f¨®sil que tenemos en Espa?a, un pa¨ªs con una dependencia energ¨¦tica del exterior superior al 80%", dice Sabugal, quien cita como ejemplo el caso de Alemania, "que ha prorrogado las ayudas al carb¨®n hasta 2018".
La prueba de este relanzamiento -debido a las tecnolog¨ªas de captura del CO2- es que se est¨¢n planificando nuevas centrales termoel¨¦ctricas de carb¨®n. Estas centrales, se?ala Alonso, "s¨®lo deber¨¢n ser autorizadas bajo la condici¨®n de incorporar plantas de captura". Esto proporcionar¨¢ un nicho de actividad espec¨ªfico al sector, aun cuando la reducci¨®n de emisiones en Copenhague no sea tan profunda como se desea. El Estado de Queensland, en Australia, acaba de anunciar que ninguna nueva central de carb¨®n ser¨¢ homologada si no ha sido validada como compatible con la tecnolog¨ªa CCS.
Dicho esto, es evidente que el crecimiento del sector ser¨¢ mucho m¨¢s r¨¢pido si hay consenso en Copenhague a favor de una fuerte reducci¨®n de emisiones, ya que los precios de los derechos de emisi¨®n -en d¨®lares por tonelada- dependen estrechamente de los objetivos de reducci¨®n: cuanto m¨¢s elevados sean, m¨¢s caro ser¨¢ el precio de los derechos de emisi¨®n, que deben ser adquiridos por industrias emisoras de CO2 como las centrales el¨¦ctricas de carb¨®n. Si el precio por comprar derechos de emisi¨®n es muy bajo, a las el¨¦ctricas les resultar¨¢ m¨¢s barato adquirir esos derechos que invertir en una costosa planta de captura.
De momento, los derechos de emisi¨®n est¨¢n baratos, tanto que no compensar¨ªa la construcci¨®n de plantas de captura de CO2 a los propietarios de las centrales el¨¦ctricas. La tonelada, que estaba sobre los 30 d¨®lares en junio de 2008, se sit¨²a ahora en torno a los 15, explica Agust¨ªn Delgado, director de Innovaci¨®n de Iberdrola. "A este precio, a menos que se cuenten con ayudas estatales para construir una planta de captura, es mejor pagar los derechos en el mercado", dice Delgado.
Todo ello explica que el sector est¨¦ con el coraz¨®n en un pu?o ante la cumbre. Se trata b¨¢sicamente de las mismas empresas que ahora participan en el dise?o, construcci¨®n y gesti¨®n de grandes centrales e instalaciones el¨¦ctricas -de carb¨®n, fuel, ciclo combinado o nucleares-, desde los grandes constructores de talla mundial a los instaladores, fabricantes de componentes, ingenier¨ªas o proveedores de equipos. Entre ellos destacan nombres como Alstom, General Electric, Siemens o ABB.
Alstom se apunta como la l¨ªder. "Fuimos de los primeros en apostar por el sector, ya en 2004", asegura Philippe Paelink, director de CO2 de Alstom, "y ahora tenemos seis plantas piloto en Europa y Estados Unidos. Hay otras empresas trabajando en el sector, pero apenas tienen plantas". Adem¨¢s, Alstom se ha venido armando para competir mediante la compra de empresas que le aportan tecnolog¨ªas espec¨ªficas, como fue el caso de la divisi¨®n de ingenier¨ªa de Lummus Global, un suministrador de tecnolog¨ªas para la industria de procesamiento de hidrocarbonos, o mediante alianzas como la firmada con Schlumberger, especialista en la extracci¨®n de combustibles y minerales.
Pero las dem¨¢s empresas tambi¨¦n se mueven. La lista de acuerdos y proyectos empieza a ser larga. Ah¨ª est¨¢n la alianza de General Electric con BP para construir plantas de captura en EE UU y el desembarco en este pa¨ªs de ABB con el mismo objetivo. El CO2 de la planta de captura operada por ABB en Oklahoma es vendido a la industria de alimentaci¨®n, despu¨¦s de purificado y licuado.
En Espa?a, el Gobierno analiz¨® este viernes el anteproyecto de Ley de almacenamiento geol¨®gico de di¨®xido de carbono. Las primeras iniciativas para crear un sector de captura y almacenamiento, iniciadas en 2006, a¨²n est¨¢n en fase embrionaria: la PTECO2, promovida por empresas, centros de investigaci¨®n y universidades con el respaldo de diversos ministerios, tiene como prop¨®sito incentivar a las empresas espa?olas a investigar, dise?ar y exportar sus propias tecnolog¨ªas. Entre las empresas no energ¨¦ticas que participan en la plataforma est¨¢n Dragados Industrial, Aries, Duro Felguera, Samca, Masa, Inerco, T¨¦cnicas Reunidas o Inabensa. "Tratamos de desarrollar una serie de proyectos con tecnolog¨ªas espa?olas, que luego puedan ser utilizados por nuestras empresas, aqu¨ª y en el exterior", apunta Sabugal.
Otro paso fue la fundaci¨®n del Consorcio Estrat¨¦gico Nacional en Investigaci¨®n T¨¦cnica del CO2 (CENIT CO2), tambi¨¦n en 2006 y con objetivos muy similares a los de la PTECO2. Financiado en parte por el CDTI (47,5%), el consorcio est¨¢ liderado por Endesa con la colaboraci¨®n de Uni¨®n Fenosa y la participaci¨®n de 12 socios industriales y 16 organismos de investigaci¨®n.
De momento, Espa?a cuenta ya con dos proyectos en marcha, uno de ellos en El Bierzo (Le¨®n), promovido por la Fundaci¨®n p¨²blica Ciudad de la Energ¨ªa (CIUDEN) con la colaboraci¨®n de Endesa. La Comisi¨®n Europea anunci¨® el jueves que financiar¨¢ el proyecto con 180 millones de euros. Se prev¨¦ que esta planta de captura y almacenamiento, junto a la central t¨¦rmica de carb¨®n de Compostilla, de Endesa, se inaugure la pr¨®xima primavera. A las ayudas comunitarias se sumar¨¢n entre 280 y 450 millones en derechos de emisi¨®n. La otra iniciativa es de Elcogas: una planta piloto de captura de CO2 y producci¨®n de hidr¨®geno en su central de ciclo combinado de Puertollano, que empezar¨¢ a operar en 2010.
Estos desarrollos son decisivos. Las el¨¦ctricas espa?olas empiezan a interesarse por la captura de CO2. Dada la presencia internacional de Iberdrola, Endesa o Uni¨®n Fenosa, ello podr¨ªa suponer una oportunidad de negocio para las firmas espa?olas de ingenier¨ªa, componentes o equipos. Pero, de momento, las empresas que est¨¢n participando en estos programas son escasas, peque?as y act¨²an en segmentos muy parciales del proceso de captura. Espa?a no posee ahora mismo ninguna empresa como Alstom o ABB, capaz de integrar todas estas tecnolog¨ªas y vender esas plantas llave en mano.
Delgado, de Iberdrola, atribuye en parte el menor dinamismo del sector en Espa?a a que "si bien aqu¨ª hay ayudas para I+D, no los hay en la misma medida que en el Reino Unido para montar plantas experimentales". Estas instalaciones son muy caras. Una planta como la de Iberdrola en Escocia cuesta por encima de los mil millones de euros. De hecho, la construcci¨®n y puesta en marcha de la planta de El Bierzo -72 millones de euros- ha sido contratada con dos empresas no espa?olas: Foster Wheler Energ¨ªa y Praxair. Estas insuficiencias explican que Iberdrola haya contratado la construcci¨®n de su planta de captura y almacenamiento de CO2, que est¨¢ desarrollando a trav¨¦s de su filial Scottish Power en su central t¨¦rmica de Longannet, la tercera m¨¢s grande de Europa, con una empresa no espa?ola, Ackermann. Los objetivos de Iberdrola en Escocia son ambiciosos. Scottish Power ha sido preseleccionada por el Gobierno brit¨¢nico (entre nueve candidatos, reducidos a tres) para operar una planta de captura y almacenamiento de CO2 a escala comercial en el Reino Unido a partir de 2014. La el¨¦ctrica ha establecido, adem¨¢s, en el Reino Unido su centro global de excelencia para las tecnolog¨ªas de captura y almacenamiento de CO2. "En Escocia confluyen caracter¨ªsticas interesantes, como una fuerte industria de crudo y gas, y la exploraci¨®n de petr¨®leo en el Mar del Norte, los que nos facilita el tema del almacenamiento y el transporte", explica Delgado. "Hay empresas habituadas a trabajar en el mar, a transportar fluidos del mar a tierra".
Pero no todas las tecnolog¨ªas se limitan a la captura del CO2. Otros dos ejes de negocio ser¨¢n el transporte y el almacenamiento del di¨®xido de carbono. El problema es que si bien las tecnolog¨ªas de captura empiezan a estar maduras, las de almacenamiento -en el que participar¨¢n empresas constructoras, ingenier¨ªas, firmas de equipamientos, de estudios geol¨®gicos y hasta mineras y petroleras- presentan desaf¨ªos sin resolver. Las condiciones para almacenar el CO2 (en tierra o en el mar) est¨¢n a¨²n en discusi¨®n. En Espa?a, Hunosa est¨¢ estudiando la posibilidad de almacenar CO2 en algunas de sus minas abandonadas, una opci¨®n que es cuestionada por algunos acad¨¦micos, entre ellos Stuart Haszeldine, de la Universidad de Edimburgo, quien considera que las formaciones rocosas de arenisca bajo el lecho marino son la ¨²nica alternativa para almacenar el carbono. Delgado tambi¨¦n lo piensa: "Los yacimientos terrestres son limitados. S¨®lo pueden guardar una peque?a parte del CO2 producido".
Por eso Iberdrola se ha decantado por el mar. La el¨¦ctrica acaba de firmar, a trav¨¦s de Scottish Power, un acuerdo con Shell para almacenar el CO2 en el fondo marino. La elecci¨®n no es casual. Las petroleras son expertas en trabajar offshore y adem¨¢s disponen de yacimientos de crudo ya explotados en donde almacenar el di¨®xido de carbono. Tambi¨¦n ABB est¨¢ estudiando f¨®rmulas para almacenar CO2 en el mar, en su caso en el Pac¨ªfico. BP, sin embargo, va a almacenar cerca de un mill¨®n de toneladas de CO2 al a?o en sus campos petrol¨ªferos de Argelia. Alonso, de CENIT CO2 advierte que, en efecto, el tema del almacenamiento "puede ser un tap¨®n para el desarrollo del sector, si no lo resolvemos. Y, de momento, no sabemos qu¨¦ va a pasar. Espa?a es un pa¨ªs cuyo subsuelo no ha sido muy explorado".
Luego est¨¢, por ¨²ltimo, el tema del transporte, otro nicho que se augura rentable. En Espa?a se desconoce qu¨¦ modelo de negocio se utilizar¨¢ para gestionar lo que los expertos han bautizado ya como ceoductos, tuber¨ªas por las que se desplazar¨¢ el CO2 licuado desde las plantas de captura a los almacenamientos. Algunos creen que al tratarse de una actividad muy similar a la del transporte de gas o gasolina, podr¨ªa ser encomendada a los transportadores actuales. En el Reino Unido, National Greed, la empresa l¨ªder de transporte de gas y otras energ¨ªas, est¨¢ muy interesada en el tema del transporte y de hecho est¨¢ colaborando ya con Iberdrola. Otra opci¨®n, apunta Sabugal, "ser¨ªa la creaci¨®n de una empresa nacional de transporte, regulada por el Estado, como ocurre ahora con el gas o el crudo".
Todo est¨¢, pues, a punto para que se estrene un nuevo sector. Cu¨¢ndo coger¨¢ velocidad es lo que no se sabe. Aun cuando se cree que pueda empezar a moverse a partir de 2015, nadie se arriesga a hacer vaticinios precisos. Quedan muchos imponderables, entre ellos el grado de compromiso sobre reducciones que se alcance en Copenhague.
Los expertos creen que los altos niveles contaminantes de algunas industrias y centrales suscitan el rechazo de sectores cada vez m¨¢s amplios de las poblaciones de Europa o Estados Unidos. La captura de CO2 supone tambi¨¦n una forma de aprovechar los enormes yacimientos de carb¨®n a¨²n por explotar (sobre todo fuera de Europa) y, adem¨¢s, el nuevo sector cuenta con el apoyo de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa y de la Comisi¨®n Europea, deseosa de posicionar su emergente industria de captura, transporte y almacenamiento de OCO2 en todo el mundo. "Europa cree que podr¨¢ ser l¨ªder en estas tecnolog¨ªas, de ah¨ª que Bruselas presione en esa direcci¨®n", apunta Alonso, de CENIT CO2. El ambiente tiende m¨¢s al optimismo que al pesimismo. "Creo que entre los compromisos que se tomen en Copenhague, el fin de la crisis y la recuperaci¨®n de la demanda el¨¦ctrica, habr¨¢ un aumento del precio de la tonelada de CO2, y ello asegurar¨¢ el futuro del sector", asegura Delgado, de Iberdrola.
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