Urgente: salvar el patrimonio

La destrucci¨®n del paisaje es uno de los legados m¨¢s tristes que los espa?oles de hoy dejamos a los espa?oles que vienen. En el ¨²ltimo art¨ªculo que escribi¨® antes de morir, publicado el pasado lunes en EL PA?S, el periodista Pedro Altares citaba al poeta que hablaba de Espa?a como uno de los pocos pa¨ªses del mundo "donde los mayores no tienen paisajes de infancia para memorizar su pasado". Afirmaba Altares que, engullidas por tuneladoras, gr¨²as y urbanizaciones de chal¨¦s adosados, apenas quedan referencias en nuestras costas, monta?as y pueblos para saber c¨®mo era la Espa?a de nuestros abuelos.

Puede que poeta y periodista se dejaran llevar por su amor al paisaje y a la cultura al escoger sus palabras, pero es un hecho incontestable que Espa?a ha hecho poco por conservar la herencia recibida si se compara con Francia, Italia, Reino Unido, Alemania o, sin ir m¨¢s lejos, Portugal. No hay m¨¢s que recorrer esos pa¨ªses en coche o en tren para comprobar c¨®mo la mayor¨ªa de sus pueblos se han salvado de la locura inmobiliaria y la corrupci¨®n que ha arrasado buena parte de Espa?a, y que sus campos y construcciones conservan en muchos casos la belleza y el sabor de anta?o.

Publicado por el Observatorio de la Sostenibilidad en Espa?a (OSE), este libro es una aportaci¨®n al noble esfuerzo por propiciar un cambio hacia un desarrollo territorial y urbano m¨¢s sostenible, es decir, por preservar en lo posible todo lo bueno que hemos recibido de quienes vivieron en Espa?a antes que nosotros y convertirlo en una herramienta de progreso. En palabras del director ejecutivo del OSE, Luis M. Jim¨¦nez Herrero, el prop¨®sito es "llamar la atenci¨®n sobre la importancia de la cultura -entendida como conjunto de valores y normas presentes en una sociedad- y los valores patrimoniales en un contexto territorial".

Los autores del estudio subrayan que el modelo de desarrollo convencional ha marginado las dimensiones social y ecol¨®gica en beneficio de una dimensi¨®n exclusivamente econ¨®mica, adem¨¢s de no tener en cuenta suficientemente las culturas locales, los valores patrimoniales y el capital territorial. Por ello consideran necesario crear un nuevo modelo en el que la cultura ocupe un lugar protagonista como factor de desarrollo.

Bien ilustrado con fotograf¨ªas y gr¨¢ficos, el libro se estructura en tres partes. La primera es un an¨¢lisis te¨®rico sobre la necesidad de potenciar una cultura territorial que ponga en valor los recursos propios de cada pueblo, comarca o regi¨®n. En este cap¨ªtulo tambi¨¦n se repasa con detalle la riqueza paisaj¨ªstica y patrimonial de cada comunidad aut¨®noma espa?ola y las actuaciones puestas en marcha para su preservaci¨®n y mejora, as¨ª como su grado de cumplimiento del Convenio Europeo del Paisaje.

En la segunda parte se recogen las aportaciones de las instituciones p¨²blicas, centros de investigaci¨®n, universidades, ONG y fundaciones que participaron hace un a?o en el seminario Patrimonio, Paisaje y Sostenibilidad Territorial, que sirvi¨® de base para la elaboraci¨®n del libro. Este cap¨ªtulo incluye dos casos pr¨¢cticos en los que dan consejos para una gesti¨®n inteligente del patrimonio: la asociaci¨®n Hispania Nostra explica la importancia de la participaci¨®n social en la conservaci¨®n del patrimonio, y la Oficina t¨¦cnica del Consorcio de Santiago de Compostela destaca la importancia de que la gesti¨®n del patrimonio cuente con la cooperaci¨®n y coordinaci¨®n de entidades privadas y administraciones.

El libro se cierra con un resumen de los mensajes que m¨¢s puedan ayudar a tomar decisiones a todas las partes involucradas. Los responsables de trabajo sostienen que el patrimonio espa?ol, reconocido como la memoria viva de un pueblo, "es inmenso y tiene m¨²ltiples manifestaciones, tangibles e intangibles". En su opini¨®n, el patrimonio es un elemento de afirmaci¨®n de identidades que favorece la cohesi¨®n social y constituye un factor decisivo de desarrollo. Conclusi¨®n: un pa¨ªs que protege su patrimonio es un pa¨ªs m¨¢s democr¨¢tico, m¨¢s rico y m¨¢s igualitario.