Miremos a Latinoam¨¦rica

Si la duraci¨®n acredita el valor de cualquier empresa, Arco no s¨®lo ha conseguido asentarse tras m¨¢s de un cuarto de siglo de existencia, sino que lo ha hecho en un campo, como el del arte contempor¨¢neo, donde no hab¨ªa apenas tradici¨®n local. En esta ya larga historia, la respuesta masiva del p¨²blico y su efecto medi¨¢tico han sido contundentes. Es cierto que, siendo una feria, todos sus esfuerzos finalmente deber¨ªan fructificar en la creaci¨®n de un mercado, algo que a¨²n dista mucho de haberse logrado, a pesar del fort¨ªsimo apoyo institucional al respecto. En todo caso, la crisis actual debe servir para afrontar este d¨¦ficit comercial end¨¦mico ideando alternativas viables que no se limiten a reclamar indefinidamente el sufragio del contribuyente.

La competencia en el sector es muy fuerte, y probablemente Arco s¨®lo podr¨¢ sobrevivir mediante una oferta especializada, donde tenga ventaja de salida. En este sentido, parece que la reinvenci¨®n de Arco ha de venir por el cauce natural de convertirse en la plataforma internacional del arte latinoamericano. Es un tema que tiene indudable inter¨¦s cultural y un potencial comercial todav¨ªa muy poco explotado, pero, sobre todo, a trav¨¦s del cual el apoyo institucional encuentra un justificado acomodo. Madrid no puede pretender ser Londres, Basilea o Colonia, pero puede capitalizar m¨¢s y mejor algo que muchas ciudades occidentales buscan entre dificultades comparativamente mayores que las que haya en nuestro pa¨ªs.