La ira de los taxistas sorprende Madrid
24 horas de paro no anunciado dejan estaciones y aeropuertos sin taxis y el centro colapsado - Cinco ch¨®feres detenidos en el d¨ªa que se aprueba una ley liberalizadora
-Aqu¨ª no pasa ni Dios.
Tres y cinco de la tarde. Plaza de Neptuno. Un grupo de taxistas tira piedras a un taxi ocupado. La viajera sale corriendo. Apedrean los faros. Cada vez son m¨¢s. Cortan la calle. Doscientos taxistas paran el tr¨¢fico del Paseo del Prado. Est¨¢n indignados. Se acaba de aprobar en el Congreso la Ley ?mnibus. Su ruina, piensan. Creen que es abrir la puerta a cualquiera que quiera llevar a un pasajero.
Los polic¨ªas llegan corriendo. Los coches atrapados pitan. Pero no, por ah¨ª no pasa ni Dios durante m¨¢s de 20 minutos. "Son trabajadores, como nosotros, hay que dejarles pasar". Los taxistas negocian entre ellos, confusos. Unos piden barricadas, otros comprensi¨®n. Y abren un resquicio en una de las vallas. Pasa un autom¨®vil. Pasa una ambulancia. A Irene, al volante de su coche burdeos, le vuelven a cerrar el paso. Est¨¢ nerviosa. Llega tarde. Se sube al cap¨® y grita pidiendo paso.
"O paramos ahora o nos vamos a la ruina", gritaba por la noche un taxista
Al coche le caen golpes, patadas. A ella, gritos: "?Loca, loca!", le dicen. Un polic¨ªa la baja. Otros dos la rodean para que no la toquen. Responde: "?Loco t¨² que te vas a morir de hambre!". Silencio. Irene ha dado donde m¨¢s les duele. Los exaltados, como otros miles de taxistas que ayer se echaron a la calle, temen la ruina, el hambre de las 80.000 familias que viven del sector.
Los paros hab¨ªan empezado la madrugada anterior. Barajas se qued¨® sin taxis, igual que las estaciones de tren y autob¨²s. Hasta pedirlo por tel¨¦fono era dif¨ªcil.
Los taxistas quer¨ªan frenar ayer in extremis la votaci¨®n de la Ley ?mnibus. No lo consiguieron. Y durante unas horas, jugaron a tomar la ciudad, a "parar el pa¨ªs", como gritaban pu?o en alto a unos metros del Congreso, tomado por la polic¨ªa para impedirles pasar. Hubo cinco detenidos y 35 identificados. Por la noche, siguieron con cortes espor¨¢dicos de tr¨¢fico en calles c¨¦ntricas. Y promet¨ªan dejar la ciudad sin taxis durante los pr¨®ximos d¨ªas.Da marcha atr¨¢s aterrorizado. Lleva la luna ruta, los retrovisores aplastados, el rostro desencajado. Ese conductor, con su furgoneta negra llena de golpes, simboliza para ellos el diablo. Es la competencia, quien le disputa su pan, aunque los taxistas son 80.000 y s¨®lo hay 2.000 furgonetas en toda Espa?a, seg¨²n datos del Gobierno. Le gritan, le amenazan: "?Hay que partirle la cara!". El conductor huye, escoltado por la polic¨ªa, al inicio de la marcha. Una manifestaci¨®n convocada por la Uni¨®n Nacional de Asociaciones Libres de Autopatronos del Taxi (UNALT) y la Federaci¨®n Nacional de Asociaciones de Trabajadores Aut¨®nomos-ATA, con el respaldo de las grandes asociaciones de Madrid (Gremial y Federaci¨®n).
"?Le ten¨ªan que haber quemado, ¨¦l es contra lo que estamos luchando!", grita Laura Magaz, cabreada. Es taxista. Y guerrera. Durante todo el d¨ªa gritar¨¢ pidiendo m¨¢s madera: "?Ech¨¦monos a la calle, hay que parar Madrid!". Y como ella, otros dos centenares que pasaron del recorrido y el tiempo oficial -de 11.00 a 13.00, de Atocha a la plaza de la Lealtad- con grandes enfrentamientos.
Las proclamas siguen al entrar en el Paseo del Prado. "?Zapatero dimisi¨®n!", grita un hombre que se desga?ita. Delante de la pancarta, como dos amigas que pasean, las taxistas Feli Collado y Josefa Serrano se desmarcan de los v¨¢ndalos. "Ninguna protesta fuera de la oficial nos va a venir bien", asegura Feli. Demasiado tarde. Mucho de lo que ocurri¨® ayer se sali¨® de lo oficial. Taxis con lunas rotas por prestar servicio, viajeros sacados de los coches a empujones, piquetes en Barajas y en las grandes estaciones, como Pr¨ªncipe P¨ªo. "Vengo de Pamplona y no tengo con qu¨¦ llegar al centro", protesta Delia en la T-4. ?lvaro Agosti, cargado de equipaje, est¨¢ destrozado tras 11 horas de vuelo desde R¨ªo de Janeiro. Tampoco hay luz verde encendida para ¨¦l. Muchos pasajeros salieron del aeropuerto en metro, que ayer increment¨® un 67% el n¨²mero de viajes en la l¨ªnea 8, la de Barajas.
"?Vamos al Congreso, al Congreso!". La marcha -en la que participaron hasta 30.000 personas, seg¨²n los organizadores- para frente al museo del Prado. A mediod¨ªa, el grupo m¨¢s numeroso se mantiene en el lado correcto. "No podemos ir all¨ª, no est¨¢ permitido, tendremos problemas", se desga?ita un organizador. No todos escuchan. Corren por decenas a la calle Lope de Vega. Llegan gritando a la sede de Comisiones Obreras. Lanzan huevos y vallas y golpean la puerta a patadas. "?Hijos de puta!, ?d¨®nde est¨¢n los sindicatos? ?Apoyadnos!", grita uno. Otro se baja los pantalones frente a la puerta ya cerrada.
En Neptuno, frente al Congreso, el paso est¨¢ cerrado. Siete furgonetas policiales (el n¨²mero se ir¨¢ incrementando con el paso de las horas) est¨¢n cruzadas e impiden el paso a las Cortes. "?Avalancha, a las barricadas!", grita un taxista.
Jos¨¦ Ignacio, que tiene la mirada triste, hace resumen de p¨¦rdidas. Acaba de sacarse la licencia del taxi: 180.000 euros. La letra, la gasolina, los seguros suponen 3.000 euros mensuales. Se sienta al volante 12 horas al d¨ªa. Entre unas cosas y otras, dice, gana un sueldo de mileurista. Como otros, aguarda a unos metros del Congreso. Son miles que acabar¨¢n reducidos a cientos y que cortaron la avenida durante m¨¢s de cuatro horas despu¨¦s de la marcha oficial.
Negociaci¨®n en el cord¨®n policial. Los representantes del sector lo traspasan (con permiso) para llegar hasta el Congreso. Tienen una cita con parlamentarios de la oposici¨®n. Entre ellos, Mariano Rajoy, que los saluda uno a uno y les promete dar la batalla: "S¨®lo quiero deciros que sig¨¢is ah¨ª, ¨¦sta es una muestra m¨¢s de que este Gobierno hace una pol¨ªtica econ¨®mica absurda".
Pero la ley se aprueba. El grupo parlamentario socialista insiste en que no hay nada en ese articulado que da?e al taxi. "No afecta a ese sector, hemos eliminado la ¨²nica parte que ellos interpretaban como un riesgo", asegura la diputada Mar¨ªa Antonia Trujillo. Dentro del art¨ªculo 21 hab¨ªa una coletilla que permit¨ªa a los veh¨ªculos de alquiler con conductor moverse libremente por todas las comunidades aut¨®nomas. Ayer se borr¨® antes de la aprobaci¨®n. El articulado no afecta a sus tarifas, ni a las nuevas posibles licencias de furgonetas, asegura la diputada, porque ¨¦stas se regulan desde las comunidades aut¨®nomas. "Todo lo dem¨¢s es un gran malentendido", a?ade Trujillo.
Un "malentendido" que prendi¨® Madrid tras los votos. Que sac¨® de quicio a Irene cuando le cortaron el paso en el Prado, que llen¨® la estaci¨®n de Atocha con 200 piquetes por la tarde. Lanzaron piedras y huevos. "Es incre¨ªble que te juegues as¨ª el pan de tus hijos y tu carrera", grit¨® uno a otro compa?ero que llevaba a una pasajera. La hicieron bajar. Cinco taxistas fueron detenidos, acusados de coacciones, da?os y des¨®rdenes p¨²blicos, adem¨¢s de lesionar a un taxista.
Los dirigentes llamaron a la calma, condenaron la violencia. Pero a las puertas de la Gremial, en la calle de Santa Engracia, los concentrados promet¨ªan anoche m¨¢s movilizaciones. "O lo paramos ahora o nos vamos todos a la ruina", chill¨® uno. Otros amenazaron con llenar la noche de piquetes.
El art¨ªculo de la pol¨¦mica
- El art¨ªculo 21 de la Ley ?mnibus incluye una modificaci¨®n del 131 de la Ley de Transportes Terrestres, que queda as¨ª: "El arrendamiento de veh¨ªculos con conductor tendr¨¢, a efectos de (...) ordenaci¨®n de los transportes por carretera, la consideraci¨®n de transporte discrecional de viajeros (...)". Ayer se elimin¨® la coletilla: "Las autorizaciones de arrendamiento de veh¨ªculos con conductor no podr¨¢n condicionar el origen o destino (...)".
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