La telara?a batasuna
La estrategia de formar un escudo protector con 'amigos' cumple la funci¨®n de tratar de deslegitimar al Estado y aportar a los violentos un fondo de raz¨®n moral
Qu¨¦ tienen en com¨²n los cantantes Benito Lerxundi y Ferm¨ªn Muguruza, el levantador de piedra Inasio Perurena, el ex lehendakari Carlos Garaikoetxea, el payaso Porrotx, la acad¨¦mica de Euskaltzaindia (Academia de la Lengua Vasca) Sagrario Alem¨¢n, el empresario Antxon Lafont, el ex presidente de la Cofrad¨ªa de Pescadores de Hondarribia Esteban Olaizola, el ex secretario general del sindicato ELA Jos¨¦ Elorrieta o el representante del Instituto Europa de los Pueblos Urtza Errasti, m¨¢s all¨¢ de sus notorias o supuestas simpat¨ªas nacionalistas? ?stas y otras figuras, as¨ª hasta 29, tienen en com¨²n que Batasuna ve en ellas ladrillos para la formaci¨®n del "muro protector" con el que blindarse contra la justicia y burlar la ilegalizaci¨®n. El listado de nombres, agrupados en el documento original bajo el ep¨ªgrafe "pantalla humana potente", fue intervenido en el sindicato LAB en San Sebasti¨¢n e incorporado al sumario abierto contra los dirigentes de Batasuna Rafael D¨ªez y Arnaldo Otegi.
ETA ha buscado desde siempre arrastrar a su terreno a los sectores m¨¢s soberanistas o independentistas
Los terroristas se hab¨ªan propuesto conectar con diversos colectivos para agruparles en la "unidad popular soberanista"
Descartado, por quim¨¦rico, el prop¨®sito fundacional de erigirse en el "brazo armado" del "pueblo vasco", ETA ha buscado desde siempre arrastrar a su terreno a los sectores m¨¢s abiertamente soberanistas o independentistas. El bosque de siglas con el que se envuelve la izquierda abertzale violenta responde no s¨®lo a la conveniencia oportunista de multiplicar los reclamos sectoriales de captaci¨®n, sino tambi¨¦n a la necesidad de recrear la idea de que una multiplicidad de sectores convergen en el espacio en el que ETA se reserva la plaza de piedra angular. La experiencia parece demostrarle que las "unidades de acci¨®n" y los acuerdos t¨¢cticos con otras fuerzas soberanistas son una forma eficaz de empedrar el camino del "frente abertzale", y de romper el "cord¨®n sanitario" democr¨¢tico establecido en torno a ellos. No por casualidad, esa b¨²squeda de socios y aliados se ha intensificado en los ¨²ltimos tiempos, a medida que la presi¨®n judicial y pol¨ªtica ha ido cerc¨¢ndoles y desaloj¨¢ndoles de las instituciones. Ahora necesitan, imperiosamente, el abrigo de personas y siglas no contaminadas por el terrorismo para obtener el marchamo de normalidad y legitimidad y colocar a la justicia ante la tesitura de actuar contra chiringuitos creados por una mezcolanza pol¨ªtica de gentes o renunciar a la persecuci¨®n. Saben muy bien que, como ilustra el caso del diario Egunkaria, el arresto de gentes consideradas fuera de sospecha desvirt¨²a la operaci¨®n policial a los ojos de la opini¨®n p¨²blica vasca.
El caso Egunkaria dio lugar a la creaci¨®n de lo que en la documentaci¨®n intervenida se denomina babes taldeak (grupos de abrigo). De acuerdo con las notas incautadas, los dirigentes de Batasuna reflexionaron sobre la manera de evitar que la eventual anulaci¨®n de ese juicio acarreara la disoluci¨®n del grupo de apoyo, despu¨¦s de constatar, con pesar, "el desmantelamiento o la volatilizaci¨®n", por m¨²ltiples causas, de la "plataforma 18/98", el colectivo constituido en defensa de los encausados bajo la acusaci¨®n de integrar las estructuras civiles de ETA.
"Es probable que algunos de sus actuales componentes se bajen en la estaci¨®n Egunkari, pero podemos disponer de base suficiente e interesante para un relanzamiento potente, sin necesidad de crear otro chiringuito "made in izquierda abertzale", escribieron en el folio que encabeza la consigna Epaiketarik ez; Ilegalizaziorik ez; eskubideak denonzako (No a los juicios; no a la ilegalizaci¨®n; derechos para todos). Tras advertir que algunas de estas plataformas "ya est¨¢n quemadas" y son "imposibles de reactivar", los autores del informe creen poder retener a un "n¨²cleo b¨¢sico" ante futuros compromisos. "N¨²cleo b¨¢sico que puede asumir la iniciativa: Xabier Arzalluz, Carlos Garaikoetxea, Jos¨¦ Elorrieta (ex secretario general del sindicato ELA), Koldo Gorostiaga (ex eurodiputado de Batasuna), Laura Mintegui (escritora navarra), Jonan Fern¨¢ndez (ex promotor del grupo Elkarri, que intervino en la modificaci¨®n del trazado de la autov¨ªa de Leizar¨¢n), Ram¨®n Mendiguren y Ferm¨ªn Muguruza (cantante). Posiblemente, se caer¨ªan Garbi?e Biurrun (magistrada), Baltasar Errasti (empresario), Uzkudun, y Bernardo Atxaga (escritor)", indican.
Desde que en 2006, el entonces presidente del PNV, Josu Jon Imaz, rechaz¨® el chantaje terrorista e hizo causa com¨²n con el PSE en las "conversaciones de Loyola", que discurrieron en paralelo a las de ETA con el Gobierno, la b¨²squeda de un aliado pol¨ªtico se ha convertido para ellos en una prioridad. Necesitan una sigla democr¨¢tica blanqueadora que detenga su desgaste electoral y les abra el camino de la mayor¨ªa con la que sue?an. En el plano sindical, ya mantienen desde hace tiempo unas relaciones privilegiadas con ELA, la central que, con el 40% de la representaci¨®n y m¨¢s de 100.000 afiliados, estuvo en el embri¨®n mismo del pacto nacionalista de Lizarra y ha sido el ariete de la ofensiva soberanista.
En septiembre de 2003, ETA decidi¨® que hab¨ªa llegado el momento de apretar el cerco sobre tan valiosa pieza e instruy¨® a Bateragune (direcci¨®n pol¨ªtica com¨²n a las organizaciones de la izquierda abertzale violenta) para que iniciara la seducci¨®n diplom¨¢tica sobre los responsables de ELA. "El sentido de las relaciones que cada organizaci¨®n de la izquierda abertzale mantenga con ELA se plantear¨¢, analizar¨¢ y decidir¨¢ en ese foro de direcci¨®n. Los pasos se dar¨¢n de forma unitaria", indicaba ETA en la nota Elarekiko ezker abertzale osoaren jarrera finkatuz (fijando la posici¨®n de toda la izquierda abertzale respecto a ELA).
?Y qu¨¦ es toda la izquierda abertzale, seg¨²n ETA? La respuesta la aporta ese mismo informe cuando asigna la tarea a realizar por cada una de las organizaciones involucradas. As¨ª, el sindicato LAB deb¨ªa promover "desde el ¨¢mbito socioecon¨®mico" din¨¢micas que fomentasen "la implicaci¨®n de ELA en la construcci¨®n nacional". Batasuna ten¨ªa que "llevar a cabo la labor de intermediaci¨®n, interpelaci¨®n y emplazamiento que considere adecuada para buscar la implicaci¨®n de ELA". A Askatasuna (encargada de la cobertura y el control de los detenidos y huidos de ETA), la organizaci¨®n terrorista le exigi¨® que realizara ante el sindicato mayoritario "un esfuerzo especial en la din¨¢mica a favor de los presos" y que le interpelara a prop¨®sito de "?qu¨¦ pasa con los carceleros y los polic¨ªas de ELA?". Tambi¨¦n las juventudes de SEGI fueron movilizadas para remover las posiciones de ELA.
ETA, por su parte, tras reservarse la tarea de "impulsar las iniciativas para asegurar la implicaci¨®n de ELA", comunic¨® al resto de las organizaciones de su brazo pol¨ªtico que tambi¨¦n ella llevar¨ªa a cabo "las labores de interlocuci¨®n, interpelaci¨®n y emplazamiento que considere adecuadas". En el escrito, descubierto el 8 de octubre de 2003 en el domicilio de Arantza Mart¨ªn S¨¢enz, se subraya que ETA "ser¨¢ el ¨²nico interlocutor con capacidad para actuar en lo que se refiere a la lucha armada y a las iniciativas relacionadas con ella". La sinton¨ªa, casi perfecta, entre los sindicatos ELA y LAB -"esa ficha funciona", escribe el ex secretario de esa ¨²ltima central D¨ªez Usabiaga en una de sus cartas intervenidas- prueba el ¨¦xito de la operaci¨®n de seducci¨®n, pero no hasta el punto de haber eliminado el rechazo de ELA a la utilizaci¨®n del terrorismo "en el proceso de liberaci¨®n nacional". El sindicato mayoritario vasco ha venido exigiendo que el proceso de convergencia soberanista debe ser civil y democr¨¢tico. "La lucha armada es un obst¨¢culo para la soberan¨ªa de Euskadi", insiste el nuevo secretario general de ELA, Adolfo Mu?oz.
Obtenido, en lo posible, el concurso de ELA, descartado el PNV y vetada Aralar, por la competencia directa que supone como izquierda abertzale no violenta, ETA-Batasuna puso sus ojos en Eusko Alkartasuna, (EA), formaci¨®n a la que en sus comunicaciones internas se refieren con el t¨¦rmino Hostoa (la hoja), en alusi¨®n a la hoja de roble que constituye su anagrama. Los escritos intervenidos el pasado 10 de abril en Par¨ªs al responsable del "aparato pol¨ªtico" de ETA Ekaitz Sirvent pusieron en manos de los jueces franceses la prueba de que la organizaci¨®n terrorista se hab¨ªa propuesto contactar con organizaciones y colectivos pol¨ªticos, sindicales y sociales para agruparles en la "unidad popular soberanista" o el "bloque independentista". En aras de ese objetivo, ETA se mostraba dispuesta a "modular" la "lucha armada", a llevar a cabo "treguas" de hasta seis meses en el Pa¨ªs Vasco y Navarra y a no cometer atentados mortales en el resto de Espa?a.
Se trataba, y se trata, de una maniobra envolvente con la que ETA ofrece a sus interlocutores la coartada, ef¨ªmera o ficticia, de contribuir temporalmente a la paz a cambio de involucrarse en su estrategia pol¨ªtica. Con el se?uelo de la posible tregua a conseguir, Arnaldo Otegui y D¨ªez Usabiaga propusieron a EA formar una candidatura conjunta ante las elecciones al Parlamento vasco de marzo ¨²ltimo. Aunque las dos l¨ªneas pol¨ªticas que pugnan dentro de ETA-Batasuna comparten la maniobra t¨¢ctica de las treguas parciales, la operaci¨®n suscit¨® resistencias en la organizaci¨®n terrorista. Algunos dirigentes de ETA consideraron que se le estaban haciendo demasiadas concesiones a la Hostoa, particularmente en lo relativo al periodo de tregua. "Parece que hemos interiorizado que en la situaci¨®n de ilegalizaci¨®n en que estamos, EA nos hace un favor, pero si analizamos sus resultados, igual son ellos los m¨¢s necesitados", indica uno de los escritos intervenidos judicialmente.
Tras el asesinato del empresario nacionalista Inaxio Uria, el 14 de diciembre de 2008 en Azpeitia (Guip¨²zcoa), Batasuna lleg¨® a un acuerdo con Iniciativa Internacionalista para que diera asiento a sus votos y su electorado no se dispersara a favor de otras opciones. Esta decisi¨®n tambi¨¦n molest¨® a algunos representantes de ETA que hab¨ªan asumido la conveniencia de la alianza independentista y no terminaban de entender que el asesinato de Ur¨ªa, uno de tantos empresarios que se negaron a ser extorsionados, hab¨ªa deshecho una alianza ya encarrilada. "?La izquierda abertzale ha trabajado bien con Hostoa? ?Le hemos explicado a Hostoa la propuesta todo lo bien que era necesario hacerlo?", preguntaban a Batasuna.
Pese a que, en palabras del propio D¨ªez Usabiaga, EA estaba pr¨¢cticamente en "desguace", Batasuna retom¨® m¨¢s tarde los contactos con Hostoa para perfilar la "alianza independentista, fieles a un gui¨®n que les exige mantener "el control de los tiempos y de los pasos del proyecto". La incorporaci¨®n del sindicato ELA a ese "polo independentista" ha estado sujeta a la concesi¨®n por parte de ETA de un tiempo de tregua con el que mostrar su disposici¨®n al futuro abandono de la "lucha armada". El 24 de abril pasado, el militante de Batasuna Santiago Orue telefone¨® a Arnaldo Otegui, encarcelado en la prisi¨®n de Martutene, en San Sebasti¨¢n, y le transmiti¨® el siguiente mensaje: "Me ha dicho Txiki (apodo con el que se conoce a Adolfo Mu?oz, secretario general de ELA) que eres un fen¨®meno, que haces el bacalao al pilpil de cojones, que cocinas muy bien, que eres muy bueno y que no podemos perderte como cocinero". El l¨ªder de Batasuna ha sido apodado por sus correligionarios Ronaldhino por sus habilidades dial¨¦cticas y malabarismos t¨¢cticos sobre los que sustenta su poder de convicci¨®n.
A partir de ¨¦sta y otras conversaciones intervenidas, los investigadores policiales dedujeron que los viajes que Otegui efectu¨® a Francia antes de su arresto respondieron al prop¨®sito de gestionar ante ETA la petici¨®n de que suspendiera temporalmente sus acciones. La conversaci¨®n intervenida les llev¨® a interpretar que el secretario general de ELA hab¨ªa atribuido a Otegi el "m¨¦rito" de conseguir una tregua que fue del 7 de mayo al 7 de junio. Doce d¨ªas despu¨¦s de la fecha l¨ªmite, ETA asesin¨® en Bilbao al inspector Eduardo Puelles, y m¨¢s tarde destruy¨® el cuartel de la Guardia Civil de Burgos con una furgoneta bomba y mat¨® con bombas lapa en Calvi¨¤ (Mallarca) a los guardias civiles Diego Salva y Carlos S¨¢enz.
El secretario general de ELA no es el ¨²nico que elogia a Otegui. Tambi¨¦n el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz admira al l¨ªder de Batasuna encarcelado: "Otegui es un patriota digno de respeto y admiraci¨®n", declar¨® Arzalluz al diario Gara d¨ªas antes de adjudicar al ministro Rubalcaba y al consejero vasco de Interior socialista, Rodolfo Ares, el sambenito de "enemigos directos del pueblo vasco". El ex presidente del PNV parece ajeno al declarado prop¨®sito del embrionario "bloque independentista" de arrebatarle la hegemon¨ªa a su partido y sustituirle "como primer interlocutor con el Estado" en ese proceso negociador que, seg¨²n asegura ETA en sus papeles, "tendr¨¢ que ponerse en marcha antes o despu¨¦s". Pero, sobre todo, parece ignorar que tras el debate interno llevado a cabo durante el verano de 2007 y la primavera de 2008, los terroristas se propusieron atentar contra los "miembros espa?olistas" del PNV. Aunque la salida del Gobierno hace suponer que el PNV ha dejado de ser un objetivo a batir, algunos compa?eros de Arzalluz siguen bajo escolta policial.
La escenificaci¨®n general de la pretendida unidad nacionalista no est¨¢ exenta de incongruencias. Al igual que el PNV, tambi¨¦n los militantes de Aralar participaron en las manifestaciones contra las detenciones de los dirigentes Otegui y D¨ªez y contra la ley de partidos, pese a que, meses atr¨¢s, ETA hab¨ªa dispuesto que sus j¨®venes simpatizantes apedrearan a los ediles de ese partido escindido de Batasuna. Peor suerte deb¨ªan correr los representantes del PP vasco, destinados a ser atacados con c¨®cteles molotov.
El listado de los compa?eros de viaje de la izquierda abertzale violenta tiene continuidad en el ¨¢rea internacional, el segundo pilar, despu¨¦s del bloque independentista, sobre el que se asienta el proyecto de ETA-Batasuna de negociaci¨®n con el Estado. Otegui lleva a?os vendiendo, quiz¨¢ m¨¢s hacia dentro que hacia fuera, la idea de que los observadores y la comunidad internacional siguen atentamente el "proceso vasco" y est¨¢n dispuestos a presionar al Gobierno de Espa?a y a colaborar en la soluci¨®n del conflicto.
De ah¨ª que la resoluci¨®n del Tribunal de Estrasburgo que ha validado la ilegalizaci¨®n de Batasuna haya sido percibida como un "desastre" por el propio Otegui. Otra cosa son los profesionales de la mediaci¨®n, que nunca faltaban cuando hab¨ªa presupuesto p¨²blico de por medio. Los amigos destinados a formar el escudo protector de ETA-Batasuna cumplen la funci¨®n de deslegitimar impl¨ªcita o expl¨ªcitamente el Estado y de aportar a los violentos un fondo de raz¨®n moral, adem¨¢s de alimentarles la esperanza de que siempre podr¨¢n llegar a un acuerdo.
"Mientras no se pase de los discursos a los hechos en los pasos por levantar un muro que detenga la represi¨®n y los ataques de los Estados y por llevar a este pueblo a un escenario de autodeterminaci¨®n, que nadie pida a ETA que renuncie a luchar con las armas para hacer frente al enemigo", advirti¨® ETA en su comunicado de abril ¨²ltimo.
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