Las religiones hacen gracia
Una fundaci¨®n del Ministerio de Justicia patrocina 'La sonrisa divina', un libro con chistes y vi?etas sobre jud¨ªos, cristianos, musulmanes, budistas, hinduistas, fe bah¨¢'¨ª y ateos
Estar en gracia, si uno se atiene a la teolog¨ªa tradicional, significa que una persona cuenta con el favor de Dios para salvarse e, incluso, para llegar a santo. Se trata de una gracia muy seria. Su ausencia te puede mandar a los infiernos, esa cosa terrible entre creyentes. Con el tiempo, sin embargo, la palabra gracia ha adquirido prestigio mundano: tener gracia, estar gracioso, ser gracioso. Pese a la general severidad de los eclesi¨¢sticos de toda condici¨®n, la gracia es hoy sin¨®nimo de alegr¨ªa, buen humor, diversi¨®n y risa. No pocos la identifican, incluso, con la buena salud, en la idea freudiana de que "la tristeza es la muerte". Lo afirm¨® antes Erasmo en Elogio de la locura.
Cada religi¨®n cuenta sus propios chistes porque "no es lo mismo re¨ªrse de uno mismo, a que lo haga el vecino de enfrente"
"La nuestra es una sociedad que ya es capaz de re¨ªrse de s¨ª misma y de sus problemas", dice Jos¨¦ Manuel L¨®pez
Otra cosa es re¨ªrse de las religiones. ?Se pueden contar chistes sobre jud¨ªos, musulmanes o cristianos, sin ser acusado de blasfemo? Seg¨²n y c¨®mo. Seg¨²n y d¨®nde. Los autores de las caricaturas del profeta Mahoma publicadas en un peri¨®dico escandinavo corrieron graves riesgos. Hay muchas maneras de ser gracioso, desde la provocaci¨®n irresponsable al chiste sobre las exageraciones de la religi¨®n. Tambi¨¦n depende de qui¨¦n sea el contador de los chistes. No es lo mismo re¨ªrse de uno mismo a que lo haga el vecino. Cuando la Fundaci¨®n Pluralismo y Convivencia, del Ministerio de Justicia, y el Centro Unesco de Catalu?a acordaron publicar un libro de chistes sobre religiones, la condici¨®n que pusieron fue que uno no pod¨ªa re¨ªrse de una tradici¨®n que no fuera la propia. El libro se titula La sonrisa divina. Chistes, editado por Icaria con sabrosas vi?etas de Jos¨¦ Luis Mart¨ªn, editor de la revista sat¨ªrica El Jueves.
La idea de publicar estos chistes surgi¨® durante una tertulia en la terraza de un caf¨¦ de la Universidad de Alicante, en el ¨²ltimo Parlamento de las Religiones, en mayo de 2007. Se trataba de demostrar que no existe divorcio entre humor y religi¨®n. Lo cuenta Francesc Torradeflot, secretario de la asociaci¨®n Unesco para el Di¨¢logo Interreligioso. "All¨ª se contaban chistes y todo el mundo re¨ªa. Aquel re¨ªr juntos ayud¨® a crear un sorprendente e inesperado clima de fraternidad que de otro modo hubiera sido dif¨ªcil de conseguir. Nos desafiamos a hacerlo p¨²blicamente, en una mesa redonda. Hubo dos sesiones, en Badalona y Barcelona. Estos chistes son una selecci¨®n realizada por los propios creyentes. No pretenden herir ni molestar a ninguna persona o comunidad, sea creyente o no. La voluntad de no hacer da?o a nadie es el principio fundamental".
Que nadie busque chistes crueles en La sonrisa divina. Pero los hay que van a doler fuera del ambiente de camarader¨ªa en que se contaron. Como era de esperar, los mejores son los chistes de jud¨ªos sobre s¨ª mismos. Un ejemplo:
"Un hijo pregunta a su padre:
-Pap¨¢, ?qu¨¦ es la ¨¦tica?
El padre, comerciante, responde:
-Te lo explicar¨¦. La ¨¦tica es lo siguiente: imagina que viene una clienta a la tienda, me compra unos tejanos que cuestan cincuenta euros, se equivoca, me da un billete de cien y se va. La ¨¦tica es: ?se lo cuento a mi socio o no?".
En cambio, los de cristianos son de guante blanco, inocentes gracietas. Una muestra:
"Tres curas conversan sobre los problemas que tienen con los murci¨¦lagos en sus iglesias y sobre c¨®mo ahuyentarlos.
El primero dice:
-Y agarr¨¦ una escopeta y los cos¨ª a tiros, pero lo ¨²nico que consegu¨ª fue llenar las paredes de agujeros.
El segundo dice:
-Yo puse veneno y se fueron, pero ya han vuelto.
El tercero, sonriendo, dice:
-Yo tengo la soluci¨®n. Los bautic¨¦, los hice miembros de la Iglesia y les habl¨¦ del diezmo. ?No han vuelto m¨¢s!".
Algunos chistes exigen cierta cultura religiosa. Quienes hayan estudiado religi¨®n con el catecismo del padre Astete, a mediados del siglo pasado -durante el llamado nacionalcatolicismo franquista- conocen qu¨¦ es el diezmo. ?Lo saben los chicos que cursan ahora Religi¨®n y Moral Cat¨®lica en la escuela p¨²blica? Por si acaso, La sonrisa divina pone una nota a pie de p¨¢gina: "Diezmo. Derecho a una d¨¦cima parte de la cosecha, u otra fracci¨®n variable, que se pagaba a la Iglesia, al rey o a otros se?ores. Por extensi¨®n, cualquier colaboraci¨®n econ¨®mica requerida por los eclesi¨¢sticos".
La Fundaci¨®n Pluralismo y Convivencia fue creada por el Gobierno en 2004 para "contribuir a la ejecuci¨®n de programas y proyectos de car¨¢cter cultural, educativo y de integraci¨®n social de las confesiones minoritarias con notorio arraigo en Espa?a", y para fomentar "el pleno ejercicio de la libertad religiosa". Su patronato lo preside el ministro de Justicia.
El actual director de la fundaci¨®n, Jos¨¦ Manuel L¨®pez, justifica este libro de chistes en la madurez de los espa?oles, superadas las posiciones clericales o anticlericales del pasado. "La nuestra es una sociedad que ya es capaz de re¨ªrse de s¨ª misma y de sus problemas. Re¨ªrnos de las diferentes creencias es en el fondo una manera de reconocer que esas creencias forman parte de nosotros", dice. Los fieles de las religiones minoritarias -protestantes, musulmanes, jud¨ªos, mormones, budistas, testigos de Jehov¨¢, cienci¨®logos, etc¨¦tera- ya suman en Espa?a los dos millones y medio de personas.
La sonrisa divina no se olvida de los ateos porque "el desaf¨ªo de este siglo no ser¨¢ el di¨¢logo entre culturas y religiones, sino el di¨¢logo entre religiosos y no religiosos". Lo sostiene Francesc Torradeflot. "En diferentes iniciativas ya hace unos a?os que se incluyen las convicciones no religiosas en un marco de igualdad y respeto", a?ade el directivo de la Unesco.
He aqu¨ª un chiste de ateos, adem¨¢s del ya cl¨¢sico "soy ateo, por la gracia de Dios":
"?Por qu¨¦ hay tantos funcionarios ateos? Pues porque consideran que no puede haber otra vida mejor".
La verdad es que los chistes sobre ateos no paran de hablar de Dios.
"Se encuentran dos ateos y uno le dice al otro:
-El otro d¨ªa estuve en la biblioteca y le¨ª un libro titulado La Biblia.
-?Ah, s¨ª? ?Y de qu¨¦ va?
-Pues mira, trata de un tal Jes¨²s que ten¨ªa un amigo llamado L¨¢zaro. Un d¨ªa, estando de viaje, su colega va y se muere. As¨ª que, cuando Jes¨²s llega al pueblo, su amigo lleva tres d¨ªas enterrado. Entonces va Jes¨²s, abre el sepulcro, le toma el pulso, le mira la respiraci¨®n, le hace un masaje cardiaco, prueba un desfibrilador, llama a una ambulancia, lo llevan deprisa a un hospital, le ponen suero y... ?El amigo resucita!
El otro dice:
-?Pues no me lo creo!
-?Caray! Pues mira que si te lo explico como sale en el libro...".
Otro de ateos: "El obispo llama a un cura de pueblo y le rega?a:
-Que hagas misa con tejanos en lugar de con sotana..., ?est¨¢ bien! Que vayas con camisas hawaianas..., ?pase! Que te recojas el cabello con una coleta..., ?no dir¨¦ nada! Que lleves un pendiente..., ?lo soportar¨¦! Lo del tatuaje en el brazo..., ?me lo trago! Que lleves un piercing en el ombligo..., ?cerrar¨¦ los ojos! ?Pero esto otro no lo pienso tolerar. No estoy dispuesto a que durante la Semana Santa te vayas de vacaciones y cuelgues un cartel en la parroquia que diga: 'Cerrado por defunci¨®n del hijo del jefe". ?Eso s¨ª que no lo acepto!".
Hablando de Semana Santa, hay este otro chiste sobre un padre y el hijo de siete a?os que salen del oficio de Viernes Santo. En el libro lo cuenta un cristiano, pero podr¨ªa ser de un ateo.
"El hijo pregunta al padre.
-Pap¨¢, Jes¨²s es bueno, ?verdad?
-S¨ª, hijo, s¨ª.
- Pap¨¢, Jes¨²s es muy generoso con nosotros, ?verdad?
-Por supuesto que s¨ª, hijo.
-Pero, pap¨¢. ?Jes¨²s es bobo y desmemoriado, o qu¨¦?
-?Pero por qu¨¦ dices eso ahora, hijo?
-?Hombre, esto de la cruz! ?Ya lo hab¨ªan crucificado el a?o pasado!".
Pese a la proverbial seriedad de los cl¨¦rigos, tambi¨¦n en la Biblia hay humor. Ocurre, por ejemplo, cuando Dios anuncia a Abraham que su mujer Sara le va a dar un hijo. Sara escucha detr¨¢s de la puerta y se echa a re¨ªr. Ya ha cumplido los 90. Nace el ni?o y lo llamar¨¢n Isaac, en hebreo itzjak, del verbo tzjok, que quiere decir re¨ªr. Pero no busquen aqu¨ª chistes, tan frecuentes en la calle, sobre "m¨¢s abajo de la regi¨®n abdominal", por citar de nuevo a Erasmo.
Los hay, en cambio, pol¨ªticos de guante blanco. Por ejemplo, una se?ora de muy buena fe que lee el peri¨®dico:
"-?Este conflicto en Palestina! ?Estos jud¨ªos y estos musulmanes...! ?Por qu¨¦ no solucionan sus cosas como buenos cristianos?".
En fin, un chiste de musulmanes:
"Un d¨ªa el mul¨¢ Nasreddin sali¨® de paseo con su asno, por el que sent¨ªa gran afecto. Tras pararse a descansar, se qued¨® dormido. Cuando despert¨®, vio que su asno hab¨ªa desaparecido, pero en lugar de buscarlo volvi¨® a la ciudad gritando con euforia.
-Al-l?hu Akbar, Al-l?hu Akbar. ?Alabado sea Dios, alabado sea Dios!
La gente se le acerc¨®, extra?ada.
-?Qu¨¦ te ocurre, Nasreddin? ?Por qu¨¦ est¨¢s tan contento?
-?Porque mi asno se ha perdido!
-Pero, hombre... si t¨² aprecias mucho a tu asno. Deber¨ªas estar triste.
Y Naresddin contest¨®:
-No entend¨¦is nada, ignorantes. Doy gracias a Dios porque mi asno se ha perdido mientras yo no estaba encima de ¨¦l".
Despu¨¦s de resucitados, ?se nos permitir¨¢ beber y comer?
"Preguntan a un monje zen:
Maestro, usted que es sabio, d¨ªgame, ?qu¨¦ hay despu¨¦s de la muerte?
No lo s¨¦, responde el sabio.
Anda, cre¨ªamos que usted era un sabio.
Sabio puede que s¨ª, pero muerto no".
Es uno de los chistes budistas en La sonrisa divina. El monje era un tipo prudente, no como los te¨®logos que "se pasan la vida encerrados entre libros intentando dar respuestas a preguntas que nadie se hace". La definici¨®n, del arzobispo anglicano William Temple, la recuerda el te¨®logo Juan Jos¨¦ Tamayo. ?l mismo ofrece en el libro una mejor. La escuch¨® a un argentino en un congreso sobre la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n. "?Sabes lo que es un fil¨®sofo? Es una persona que se pasa la vida encerrada en una habitaci¨®n oscura intentando encontrar un gato negro con ojos negros. ?Y un te¨®logo? Una persona que se pasa la vida encerrada en una habitaci¨®n oscura intentando encontrar un gato negro con ojos negros donde no hay ning¨²n gato". Sostiene Jos¨¦ Mar¨ªa Diez-Alegr¨ªa que "debemos fiarnos de Dios y empezar por re¨ªrnos de nosotros mismos". Lo escribi¨® en Teolog¨ªa en broma y en serio y le cost¨® en 1975 la execraci¨®n del Vaticano, donde, ya en tiempo de Erasmo, "las sinuosidades del Laberinto son cosa de juego junto a los rodeos de los teologuchos tomistas o albertistas". Un ejemplo: "Despu¨¦s de resucitados, ?se nos permitir¨¢ beber y comer?".
A Jos¨¦ Luis Mart¨ªn, editor del semanario sat¨ªrico El Jueves, la idea de compartir en La divina sonrisa el humor hecho por diferentes religiones le pareci¨® revolucionaria. Creci¨® en un mundo "en el que s¨®lo hab¨ªa una religi¨®n y las dem¨¢s eran todas mal¨ªsimas". Autor de la serie ?Dios m¨ªo!, avala la teor¨ªa freudiana de que "hacemos humor sobre lo que nos atemoriza". Ha tenido varios juicios por injurias a lo cat¨®lico. En sus historietas, Dios es redondito, con las barbas blancas. Pero un d¨ªa le puso unas medallas y se lo llev¨® a presidir "un desfile conmemorativo de la victoria y en peque?ito sobre Lucifer". El fiscal le acus¨® de "dibujar a alguien superior a Dios, puesto que alguien le pon¨ªa medallas". "Hostia, no se me hab¨ªa ocurrido nunca", musit¨® Mart¨ªn, at¨®nito. Casi lo encarcelan.
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