Estr¨ªas en la piel de toro
Si Catalu?a proh¨ªbe al fin las corridas, como se pretende, no puede indultar los 'correbous'
Las corridas de toros pueden tener los d¨ªas contados en Catalu?a. El Parlamento catal¨¢n admiti¨® el viernes a tr¨¢mite una iniciativa legislativa popular, suscrita por 180.000 ciudadanos, que solicita su prohibici¨®n. En la votaci¨®n secreta los abolicionistas se impusieron por ocho votos de ventaja: 67 frente a 59. Esto es, ni todos los parlamentarios de CiU apoyaron la prohibici¨®n, ni todos los del PSC la rechazaron. Una muestra m¨¢s de la pluralidad de la sociedad catalana.
El debate rehuy¨®, con t¨ªmidas excepciones, el argumentario cruzado entre nacionalismos opuestos, tan apasionadamente alentado por ciertos medios de comunicaci¨®n. Los nacionalistas, mayoritariamente antitaurinos, negaron que su prop¨®sito fuera dar la puntilla a un s¨ªmbolo de la unidad espa?ola, la fiesta nacional, que de hecho tiene presencia en Latinoam¨¦rica y en antiguos condados catalanes hoy bajo jurisdicci¨®n francesa. Precisaron tambi¨¦n que no pretenden desterrar el toreo por considerarlo una tradici¨®n for¨¢nea, habida cuenta de su antiguo arraigo en el territorio catal¨¢n.
De forma que los razonamientos fueron presentados en forma at¨ªpicamente objetiva. En el tendido taurino destacaron las apelaciones a la tradici¨®n hist¨®rica (que arranca de las milenarias tauromaquias minoicas); al arte del toreo y su importancia cultural; al dinamismo econ¨®mico inducido por el espect¨¢culo, no s¨®lo para la industria tur¨ªstica...
La tribuna animalista se concentr¨® en un ¨²nico pero potente argumento: la condena del sufrimiento de los animales, y por ende la lucha contra la crueldad en su trato, como se?a de identidad de una civilizaci¨®n respetuosa y compasiva.
Guste o disguste su resultado, y de todo hay en la sociedad espa?ola y entre los lectores de este peri¨®dico, el Parlamento catal¨¢n sintetiz¨® bien los ejes de esta recurrente discusi¨®n. Tambi¨¦n es positivo que se haya atendido una iniciativa popular reglada, lo que, esta vez s¨ª, combina adecuadamente los elementos participativos y parlamentarios de la democracia.
Pero ensombreci¨® el asunto el car¨¢cter secreto de la votaci¨®n, s¨®lo explicable -pero no justificable- por la divisi¨®n interna de CiU y PSC. Cada palo debe aguantar su vela y actuar con coherencia. Si se proh¨ªben las corridas no cabe indultar espect¨¢culos tan cruentos como los ancestrales correbous, tradicionales en la Catalu?a meridional. O todos, o ninguno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.