Vuelta a este lado de la carretera

Insisten en que nunca se hab¨ªan marchado del todo, pero llevaban siete a?os sin encerrarse en un estudio de grabaci¨®n. Por eso cuando en marzo vea la luz T¨ªa Luc¨ªa, el nuevo ¨¢lbum de los malague?os Danza Invisible, puede que alg¨²n seguidor ya no los tuviera en sus oraciones. "Necesit¨¢bamos tomar aire. No puedes grabar un disco, y otro, y otro, sin una m¨ªnima l¨ªnea argumental", arguye Javier Ojeda, el emblem¨¢tico cantante del sexteto, mientras apura una cerveza en los camerinos de El Sol. Una sala que llevaba reclam¨¢ndolos desde hace 17 a?os y con la que anoche saldaron una vieja cuenta pendiente.

Primer dato relevante: T¨ªa Luc¨ªa es un disco de versiones. ?Abandonaron las musas a Danza Invisible? Ojeda sabe que habr¨¢ de dar explicaciones al respecto, pero aventa las suspicacias de un plumazo: "Ya somos muy viejos para preocuparnos por esas tonter¨ªas. ?Qu¨¦ m¨¢s da! Un disco te gusta o no te gusta, es bueno o no lo es. Y nosotros, salvando las distancias, quisimos hacer un disco como el Pin ups de Bowie o These foolish things, de Bryan Ferry".

T¨ªa Luc¨ªa era el local italiano de Torremolinos donde los Invisibles se procuraban el avituallamiento en sus inicios, all¨¢ por 1982, a la salida del local de ensayo. "Le dec¨ªamos La pizzer¨ªa de M¨®nica, que estuvo a punto de ser el t¨ªtulo del trabajo", rememora Javier sin que su discurso incurra en la nostalgia. En aquel restaurante sonaba mucha m¨²sica norteamericana que la banda ha recuperado ahora, adaptada al castellano. Ring my bell (Anita Ward), Just the two of us (Grover Washington Jr.) o I don't wanna dance, de Eddie Grant, son algunas de aquellas melod¨ªas que a la vuelta del invierno refrescaremos en la memoria por gentileza de estos ilustres del pop patrio.

La idea suena bien y tampoco constituye del todo una novedad: los autores de Sabor de amor y Reina del Caribe cosecharon uno de sus mayores ¨¦xitos con A este lado de la carretera, recreaci¨®n de un cl¨¢sico de Van Morrison. Anoche, v¨ªspera navide?a, la entrada en El Sol fue pobretona, pero Javier Ojeda no se alarma. "Llevamos casi 30 a?os en esto porque la gente de los ochenta somos muy guerreros. Nunca nos tuvieron por demasiado modernos ni demasiado horteras. Hemos tenido alguna mala racha, como el rollo latino que tanteamos entre 1993 y 1996, pero tambi¨¦n podemos presumir de alg¨²n logro. Cuando introdujimos una parte de rap en Naturaleza muerta, en 1990, nadie sab¨ªa lo que era el buenrollismo. Y ahora, f¨ªjate...".